Democracia suspendida en Frankfurt

Testimonio de una activista alemana Traducción: Lena Abraham

Carta desde Frankfurt sitiado, a 19 de mayo del 2012

Querid@s amig@s y compas:

Les escribo esta carta porque me resulta difícil escribir un artículo, que requeriría de algo de distancia. Y yo no la tengo. Estoy enojada, muy enojada. Desde hace 4 días están suspendidos los derechos fundamentales democráticos en Frankfurt del Meno. Estamos viviendo un estado policial, decretado por el gobierno y ratificado por los tribunales.

¿Qué sucedió?

Frankfurt es el centro banquero de Europa. Aquí se encuentra el Banco Central Europeo y es la sede de los grandes bancos alemanes. Pero también casi todos los bancos internacionales tienen una sede aquí. En total son más de 550 bancos. Hay una crisis en Europa. En Grecia, en España, en Portugal y en muchos otros países europeos, la gente resiente esta crisis. Hasta el momento, la situación en Alemania no es tan dramática. El Deutsche Bank (Banco Alemán) es el gran ganador. Pero en Frankfurt también viven personas. Y muchas de esas personas se manifestaron el 31 de marzo del 2012 contra la crisis y la consecuente reducción de los derechos sociales –por los que se luchó en el pasado– y marcharon junto con gente de toda Alemania y algunas personas de otros estados de la UE. Éramos 6 mil los que llevamos nuestra ira contra el sistema capitalista a las calles. Hubo varios ataques militantes y daño material de más de un millón de euros. La manifestación fue combativa y solidaria. Les pareció buena también a muchas personas que no participaron:

-Por fin una manifestación expresa mi ira- dijo un espectador común y corriente.

Después siguió una campaña de difamación sin par en los medios, que se fue intensificando cada vez más, pues del 16 al 19 de mayo se anunciaron unos días de acción contra el capitalismo con una marcha masiva como cierre. Bajo el título de Blockupy habría discusiones, eventos al aire libre, reuniones y acciones. Para el 17 de mayo se anunciaron dos raves, los parques se convertirían en campamentos en los que la gente podría platicar. Los campamentos empezarían el 16. Para el 18 se anunciaron varias acciones llenas de imaginación y para el sábado una marcha masiva. Por decisión de todos los grupos participantes, todo esto ocurriría de forma pacífica (¡porque no sólo sabemos lanzar piedras!).

Poco antes de ese día, todas las actividades, excepto la marcha, se prohibieron. Trajeron a 10 mil policías riot (antimotines) a la ciudad.

Pero miles de personas querían venir a Frankfurt. Pararon sus camiones, registraron todo en busca de objetos prohibidos. No encontraron nada. Pero la policía dispuso prohibiciones para el centro de la ciudad. Mandaron de regreso a la mayoría de los camiones, aunque muchos ya llevaban entre 10 y 20 horas de camino, o directamente detuvieron a los activistas. Varios cientos de personas pasaron horas y días en la cárcel. El centro bursátil fue acordonado, nadie podía pasar. Los empleados tuvieron que quedarse en casa. La ciudad, generalmente muy bulliciosa, se caracterizaba por el vacío y policías con uniforme de combate. Estaban en todas partes.

Y a pesar de ello, diario se realizaron muchas marchas pequeñas de hasta mil personas, a pesar de ello hubo innumerables acciones –pequeñas y grandes- llenas de fantasía y decisión. Durante varias horas se ocupó la plaza frente al ayuntamiento de Frankfurt, pero después la desalojaron de forma violenta. Cada día hubo varios cientos de detenciones, muchos otros fueron golpeados y heridos.

Pero el día de hoy, el 19 de mayo, estuvieron 25 mil personas en las calles y se manifestaron – en contra del capitalismo y sus consecuencias y del Mal Gobierno y sus cómplices-. Constantemente, la policía intentó provocar, intentó detener a personas de la marcha, destruyó símbolos y banderas que la gente llevaba. En partes, los policías caminaban en doble fila a las orillas de la marcha y en su interior e intentaban por todos los medios provocar a las activistas. Pero gracias a la prudencia y la resolución de los manifestantes pudimos evitar una escalada. Además, hacía buen tiempo y el sol brillaba.

Desde hace 45 años intento oponer resistencia al capitalismo y al Mal Gobierno. Pero francamente, compas, nunca había vivido algo así.

Creo que también nosotros tendremos que luchar duro por nuestros derechos democráticos, como el derecho a la libre expresión o la libertad de reunión. Pero lo haremos. También derribaremos este sistema que busca hacer imposible una vida digna para todos. Pero sólo si luchamos juntos, en todas partes. La solidaridad es un arma poderosa.

Quien aún esté vivo no diga «jamás».

Lo firme no es firme.

Todo no seguirá igual.

Cuando hayan hablado los que dominan, hablarán los dominados.

¿Quién puede atreverse a decir «jamás»?

¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.

¿De quién que se acabe? De nosotros también.

¡Que se levante aquel que está abatido!

¡Aquel que está perdido, que combata!

¿Quién podrá contener al que conoce su condición?

Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana

y el jamás se convierte en hoy mismo.

Bertolt Brecht

Con cálidos saludos combatientes desde Frankfurt del Meno, Alemania

Publicado el 21 de mayo 2012

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