Me llamo Carla y soy de Oaxaca. Me fui a Puebla a trabajar a la maquila y ahí conocí al papá de mi hijo. Nos juntamos y me embaracé, pero él me empezó a pegar muy fuerte y me exigía dinero. A los dos meses de nacido mi bebé, me metió al trabajo sexual. Me llevó a Córdoba, de ahí me trajo al Distrito Federal, luego me llevó a Mexicali, y así. Me pedía una cuenta de 800 o mil pesos, o mil 500, dependiendo de los días; el fin de semana me pedía más. Si no completaba el dinero o no trabajaba, me pegaba. Yo no podía platicar con otra compañera del trabajo porque luego me llamaba al teléfono o a la casa para decirme cosas, nada más para golpearme, me decía que dejara de platicar y me pusiera a trabajar.
Yo me quería ir pero él me amenazaba, me decía que si me iba me quitaba al niño, que si me largaba era sola y el niño se quedaba con él. Eran golpes muy feos y fuertes, y entonces decidí hablarle a mi papá. Le dije que él me golpeaba y que la que trabajaba era yo, que él no trabajaba. Nunca supieron mis papás de qué trabajaba. Mi papá, mi hermana y mi cuñado vinieron una vez acá y ya fue así como lo pude dejar. Le dije que me llevaba al niño y que en una semana iba a regresar, pero ya no regresé y me quedé aquí con mi hijo.
Una señora muy buena onda que conocí me cuidaba a mi hijo aquí, pero hace como un año mi mamá se puso muy grave y me pidió que fuera a verla a Oaxaca y le llevara al niño. Fui a cuidarla e inscribí al niño a la escuela de allá. Luego mi mamá murió y dejé al niño allá porque ya estaba en la escuela y porque mi hermana me dijo que ya no me lo llevara, que así lo había pedido mi mamá.
Me regresé a trabajar aquí y le mandaba dinero a mi hermana. Como no podía ir a verlo a cada rato,mi hermana pensó que ya no lo iba a ver o que ya no iba a ir por él. Además, como tres o cuatro meses no pude mandar dinero porque el trabajo estaba muy bajo y aquí pago renta. Entonces mi hermana se lo entregó al DIF (Desarrollo Integral de la Familia) sin avisarme. Yo hablaba por teléfono y siempre me decían que el niño estaba bien; yo quería hablar con él pero nunca me lo pasaban, hasta que apenas hace seis meses mi papá me dijo que mi niño estaba en una Casa Hogar y que no lo iba a ver hasta que tuviera 18 años y lo dejaran salir.
La señora que antes me cuidaba al niño me presentó con la licenciada Elvira, de Brigada Callejera. Ella es la que ahora me está apoyando; mi familia no quería dar la dirección de dónde estaba el niño, hasta que conseguimos el teléfono de una licenciada del DIF de Oaxaca. Ahorita mi hijo tiene siete años y está en la Casa Hogar de Oaxaca. Fuimos a verlo hace como un mes; está bien y estoy esperando a que venga la trabajadora social a checar la casa donde vivo para que me entreguen a mi niño. Es lo único que falta, porque yo ya mostré los comprobantes de que mandaba dinero al niño, su acta de nacimiento y todo eso. Entonces con más razón me lo van a devolver.
Cuando mi hijo me vio, al principio se quedó como si no me conociera o no se acordara de mí. Cuando le dijeron que me saludara, ya me vio y se quería venir conmigo. Le dijo a otro niño: “Ya me voy”. Yo le pregunté: “¿A dónde vas?” y respondió: “pues contigo, mamá, ya viniste por mí”. “No, hijo”, le respondí, “luego vengo por ti, voy a la casa y ya luego vuelvo por ti, todavía no te puedes ir conmigo”. Sentí feo porque se quedó llorando, pero vamos en buen camino para recuperarlo gracias a Elvira, a Jaime (de Brigada Callejera) y a la señora que me cuidaba antes a mi hijo porque por ella los conocí.
Yo quiero tener a mi hijo y darle estudios; quiero tener un futuro mejor. A veces me pongo a pensar hacer esto (el trabajo sexual) un rato hasta que mi hijo crezca y ya luego salirme y hacer otra cosa.
Your style is very unique in comparison to other people I’ve read stuff
from. Thanks for posting when you have the opportunity, Guess I will just bookmark this web site.