Winnie Mandela, su paso por México

Federico Campbell Peña

Winnie Mandela estremció su rostro, movió su cabeza y no emitió palabra, pero sus gestos reprobaban la existencia de desaparecidos políticos en México.Julio 31 de 1991. En el exterior de la cancillería mexicana en Tlatelolco, Rosario Ibarra de Piedra se había acercado a Winnie y a Nelson Mandela para denunciar ante ellos la situación de los desaparecidos.

Winnie entendió su mensaje, con el retrato de su hijo Jesús Piedra, sobre el pecho de su vestido negro; Nelson Mandela fue más diplomático y no dijo nada. Ambos salían de la Torre de Tlatelolco al acto en su apoyo de obreros de Ford en huelga, y ciudadanos, entre ellos Superbarrio Gómez, un enmascarado al que Mandela no dejaba de observar, muy sorprendido.

Winnie se definía totalmente de izquierda. Su esposo, de centro, en el espectro político. Habían pedido ambos al presidente Carlos Salinas respaldo económico para su amplio movimiento sudafricano, contra el régimen del apartheid.

(El embajador Andrés Rozenthal conoce los detalles a fondo. Él fue el encargado de la agenda junto con el entonces regente Manuel Camacho y el entonces canciller Fernando Solana, ambos ya fallecidos).

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de opinión  

Dejar una Respuesta