California, Estados Unidos. María Jiménez, inmigrante mexicana, recuerda que cuando vino a los Estados Unidos no sabía el idioma y no conocía a nadie. Con miedo de andar por la calle, pensaba que cada oficial uniformado era un agente de inmigración. Sabe lo que fue vivir en el miedo constante de ser deportada y por ello se sentía extraña. En 1989, María encontró a otras mujeres inmigrantes de Latinoamérica con experiencias similares. La Universidad de California desarrolló un estudio que alcanzó a cientos de mujeres inmigrantes como María. La última pregunta fue si estaban dispuestas a unirse en un grupo de apoyo. María dijo que sí, y esto cambió el curso de su vida.
María y otras migrantes latinoamericanas formaron el grupo de Mujeres Unidas y Activas (MUA), que proporciona apoyo a inmigrantes de Latinoamérica que viven en Misión de San Francisco. MUA también es un espacio donde las inmigrantes construyen su amor propio.
MUA tuvo su primera reunión en el Edificio de la Mujer de San Francisco (TWB). María recuerda que TWB no sólo les proporcionó el espacio para sus reuniones mensuales, sino también un espacio donde sus niños serían cuidados mientras ellas asistieran a sus reuniones.
La madre de los espacios
En 1971, un grupo de mujeres visionarias fundó el Centro de Mujeres de San Francisco (SFWC), con un área de proyectos que se ocupa de las emergencias de las mujeres. Las primeras oficinas abiertas por el equipo sobre Brady Street enseguida quedaron pequeñas para la cantidad de demanda que recibieron. Publicaron un boletín de noticias, proveyeron de personal una central para la comunidad y organizaron un grupo de activistas. En 1979, SFWC compró el pasillo Dovre, y lo transformó en el primer centro municipal tomado por las mujeres y manejado por ellas, el Edificio de la Mujer».
Desde entonces, el Edificio ha patrocinado a más de 170 organizaciones emergentes, como el MUA o la Casa de las Mujeres, el primer edificio-refugio para mujeres golpeadas y fundación para la mujer en California. Se estima que unas 20 mil personas pasan por allí cada año para acudir a sus servicios, incluyendo mujeres inmigrantes que reciben asesoramiento, cursos y ayuda para la integración.
El Centro de Mujeres afirma, desde 1971, que todas las mujeres tienen el mismo derecho a la vida laboral y creativa. El Edificio es en sí un espacio en la comunidad, conducido por mujeres, que aboga por la autodeterminación, la igualdad sexual y la justicia social.
En el Edificio, las mujeres pueden tener cuidados para ellas y sus familias, usando sus servicios sociales. Se apoya el bienestar de mujeres y jóvenes propugnando por justicia social.
Para reflejar lo que significa el espacio, en 1994 un grupo de siete mujeres artistas de diferentes generaciones creó El Mural, una obra concebida bajo una idea multicultural. El diseño del mural fue resultado de un año y medio de reflexión y planificación de una amplia gama de organizaciones, comunidades e individuos. Juana Alicia, Miranda Bergman, Edythe Boone, Susan Kelk Cervantes, Meera Desai, Yvonne Littleton e Irene Perez (y muchos ayudantes) cubrieron dos paredes exteriores con imágenes que reflejan las contribuciones valiosas de mujeres en el mundo entero. Algunas de las famosas incluidas son Audre Lorde, Georgia OKeefe y Rigoberta Menchu. Además, iconos femeninos como Quan Yin, Yemeyah, y Coyolxauqui son parte del motivo espiritual del diseño.
Ayuda a las inmigrantes
Trabajan en varias actividades y publicaciones, y las integrantes de MUA llevan adelante una campaña para abogar por los derechos de las trabajadoras inmigrantes.
Por 20 años, María y Juanita, ahora directoras de MUA, han ayudado a conducir los esfuerzos alrededor de mujeres inmigrantes y los derechos de los trabajadores, ayudado a otras mujeres latinoamericanas a encontrar sus propias voces en la lucha por el fortalecimiento personal, así como por la justicia y la igualdad de derechos para todos los inmigrantes.
Publicado el 23 de diciembre de 2013