Trinidad y Tobago, en alerta ante la explotación de arenas bituminosas

Macdonald Stainsby Traducción: Clayton Conn

“La minería de arenas bituminosas destruirá al Gobierno”, lanzó un titular periodístico en abril de 2012. La declaración fue hecha por el conocido activista ambiental Wayne Kublalsingh al periódico Trinidad y Tobago Express, como reacción a que el primer ministro Kamla Persad-Bissessar  anunció trabajos conjuntos con el gobierno de Canadá para iniciar la extracción de petróleo en arenas bituminosas en la península suroeste de Trinidad. Si alguien puede hacer que una declaración golpee fuerte en este país es Kublalsingh, un veterano de diversas luchas contra lo que él y miembros de la comunidad señalan como proyectos industriales poco aconsejables.

El petróleo no es nuevo para la nación de las islas gemelas. Trinidad fue uno de los primeros países productores de petróleo en la historia. Los desarrollos industriales son la fuerza impulsora del país más rico (per cápita) en el Caribe. Sin embargo, las preocupaciones sobre los impactos ambientales y sociales provocaron movilizaciones –en las que se involucró Kublalsingh- para evitar la construcción de dos fundiciones de aluminio, una fábrica de acero y puertos industriales. Durante los últimos dos años, tal vez la prueba más grande para la coalición de gobierno actual fue el Movimiento Re-Ruta de carretera (HRM), un grupo compuesto casi en su totalidad por familias que luchan contra el desalojo de humedales para levantar un segmento de una carretera industrial en la región, rica en petróleo.

Oficialmente independiente desde 1962, Trinidad y Tobago fue dominada por los bancos canadienses (históricamente considerados coloniales y racistas) hasta la década de los setentas. Hoy en día, Scotiabank, CIBC y TD tienen participación a gran escala en el país.

En lo que denominan su lucha contra el neocolonialismo y el racismo, grupos militantes de Trinidad y Tobago lanzaron una serie de bombas incendiarias contra bancos canadienses que emplean casi exclusivamente a blancos, en un país mayoritariamente no blanco, situación que terminó cuando éstos comenzaron a contratar a gente de color y realizaron alguas reformas. Es sorprendente entonces la poca crítica a la expansión de esta influencia extranjera. El Royal Bank of Canadá (RBC) compró el Royal Bank de Trinidad y Tobago en 2007. Esto hizo RBC -la mayor financiadora mundial de explotaciones de las arenas bituminosas- con la segunda mayor institución financiera en el país, mientras se prepara el escenario para una posible explotación de este tipo cerca de La Brea, en el suroeste de Trinidad.

Las arenas bituminosas afloran naturalmente en la tierra, e incluso directamente en el océano donde se localizan. La exploración hecha hace décadas en el territorio estimó que se pueden extraer entre 1.5 y 2 mil millones de barriles de combustible a base de bitumen. Vessigny, Guapo, Parrylands, Río Vance y La Brea son lugares que existen encima de los depósitos de las arenas bituminosas. A diferencia de la baja densidad de población y las vastas regiones que se explotan en un país gigante como Canadá, la región de las arenas bituminosas de Trinidad y Tobago está densamente poblada por personas que han vivido en la región durante generaciones.

Durante el internacionalmente famoso Carnaval de febrero de 2009, el gobierno del entonces partido Movimiento Popular Nacional anunció que Petrotrin (la compañía nacional de petróleo) firmó un permiso de exploración para las arenas bituminosas. Después de este anuncio, la discusión pública fue mínima. Anslim Carter, residente de La Brea, y quien vive a unos dos minutos a pie de las arenas bituminosas que afloran en la superficie, señala que hay falta de claridad entre la opinión pública.

«Han hecho todo en secreto, no se realizaron consultas con el pueblo, como se supone que deben hacer. Ese es el problema que tenemos», acusó Carter. Él sabe de lo que habla.

Las personas que viven en casas que se hunden en la tierra bituminosa han oído poco o nada del gobierno local sobre la posible explotación de las arenas. Eso no quiere decir que el gobierno local no haya hablado del asunto con desarrolladores internacionales.

En declaraciones élites económicas locales y periodistas o gobiernos extranjeros, funcionarios del gobierno presionan para el desarrollo de las arenas bituminosas.

«Sabemos que hay retos medioambientales implicados en la extracción de arenas bituminosas, pero también sabemos que hay jugadores en el mercado internacional que las han explotado con éxito -de una manera segura y ambientalmente aceptable-, para la producción de crudo sintético», afirmó Carolyn Seepersad-Bachan, ministra de Energía y Asuntos Energéticos, a principios de 2011.

Ese mismo día, Petrotrin publicó los planes preliminares para una posible minería de 600 pies de profundidad a cielo abierto, casi tres veces más profundo que cualquier otra hecha en Alberta, Canadá, y lo suficientemente hondo para enterrar cualquier edificio que exista en Trinidad y Tobago.

Poco después, el Banco Royal asistió a eventos organizados por la Autoridad de Gestión Ambiental [EMA] y habló abiertamente de métodos de «consulta» comunitaria, desarrollados en el «sector de arenas bituminosas” en Canadá. Esto coincidió con una declaración “ambientalista” conjunta con el banco Royal acerca de honrar los derechos indígenas en Canadá. RBC nunca definió ni estableció un mecanismo para hacer cumplir estas declaraciones.

Sandra Odendahl, directora corporativa de asuntos ambientales de RBC, promovió esas declaraciones como parte de su plan de limpieza de la tierra para el desarrollo en Trinidad. El doctor Herbert Sukhu, ingeniero petrolero y geólogo minero, también hizo una presentación sobre la viabilidad del desarrollo de las arenas bituminosas mientras Odendahl estuvo en el país. Sukhu formó una pequeña ONG específicamente diseñada para poner en marcha la explotación de las arenas bituminosas. Según Suhku, la organización trata de «atender a las necesidades específicas de lo que, en efecto, será una parte totalmente nueva de la industria petrolera local». El ingenieron llevó la defensa de las arenas bituminosas a un nuevo nivel. David Renwick, del Trinidad and Tobago Express, indica que «la teoría de Sukhu es que la gubernamental Alianza Popular no disfruta de tener que hacer frente a otro problema ambiental durante su mandato, pues ya tuvo bastante controversia con el proyecto de la autopista Point Fortin».

El Movimiento Re–Ruta la carretera representa a 300 familias cuyas casas serán evacuadas por la fuerza para dar paso a una carretera doble en la zona de Point Fortin oeste. Aquí se encuentra la mayor parte de las arenas bituminosas, y la carretera facilitará su extracción al unir la refinería recientemente modernizada que se encuentra al norte de San Fernando con la Union Estate, el centro de las arenas bituminosas, y el Pitch Lake.

Fue en 2012, sin embargo, que Kublalsingh hizo sus comentarios al principio de este artículo. Más tarde ese mismo año, su trabajo con el Movimiento Re –Ruta la carretera lo llevó a realizar una prolongada huelga de hambre frente a la oficina del Primer Ministro, que firmemente se negó a reunirse con él o las familias afectadas. La huelga de hambre sólo terminó cuando el gobierno se comprometió a emprender un análisis medioambiental adecuado.

En Cartagena, Colombia, funcionarios del gobierno de Trinidad y Tobago y representantes canadienses hablaron públicamente sobre la colaboración en el desarrollo petrolífero en Trinidad, lo que significa una primera discusión de este tema de vital importancia.

En abril de 2012, Kevin Ramnarine (del Congreso Nacional Unido), mantuvo reuniones oficiales con el primer ministro canadiense Stephen Harper y el primer ministro de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar mientras asistía a las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Un editorial sin firma en el Trinidad y Tobago Express respondió al rechazo público de Kublalsingh de la minería de las arenas bituminosas: “Este patrón de disminución en la industria vital ha definido una causa de la que el señor Ramnarine se ha convertido en un cruzado. Con el precio del petróleo a nivel internacional alto, el Ministerio de Energía dirige su atención tanto al petróleo pesado en la tierra en el sur de Trinidad y en el Golfo de Paria, y para las arenas bituminosas localizadas en unos 13 kilómetros cuadrados, también en el sur profundo”.

A pesar de estas palabras fuertes a favor del desarrollo, Ramnarine trató de restar importancia a su significado en el tiempo transcurrido desde la cumbre del ALCA y esquiva el tema.

Después de una nueva investigación del asunto, Ramnarine habló sobre las arenas bituminosas en agosto, indicando al reportero del Guardián, Zahra Gordon, que Trinidad y Tobago «no tenía planes para desarrollar las arenas de petróleo del país», mientras se negó a comentar sobre las contradicciones con lo expresado por otros funcionarios.

Los hechos sugieren que la explotación de arenas bituminosas avanza en Trinidad y Tobago. En un país-isla pequeño sin mayores sistemas fluviales, puede ser alentada alentado por una nueva planta desalinizadora construida cerca de Point Fortin, al sur del país, que abrió sus puertas en el verano de 2013.

Del mismo modo, al norte de los principales depósitos de arenas bituminosas fuera de San Fernando está la remodelada refinería en Point -a-Pierre, un sitio que funcionó muy por debajo de su capacidad durante años, pero que recientemente se sometió a una importante actualización y ahora puede manejar bitumen sintético para la producción de petróleo.

También recientemente terminada y en operación hay una gran planta de energía suministrada por gas natural, que podría ayudar a cualquier desarrollo de las arenas bituminosas -que requiere mucha energía para procesar petróleo sintético. La refinería recientemente actualizada está también conectada a la zona de arenas bituminosas -en lo que se llama la Unión Estate, por el tramo de la carretera Fortín a la que resisten las familias que participan en el Movimiento Re-Ruta de la carretera y Kublalsingh.

Todos estos desarrollos industriales pueden existir por razones distintas a la minería de arenas bituminosas. Sin embargo, todos y cada uno de ellos la hacen posible.

Después de muchos meses de silencio, el 8 de diciembre 2013 el Ministerio de Energía y Asuntos Energéticos de Trinidad y Tobago estableció 35 zonas mineras en todo el país y una zona «provisional» de arenas bituminosas. Una vez más, se dice que esto no es para uso real. Esta vez, en lugar de «no hay planes», se trata de «proteger el recurso para su posible uso en el futuro».

Cuando se le preguntó qué pensaba de este anuncio callado de la MEEA, Anslim Carter de La Brea dijo: «No es una sorpresa para mí, pero sí para un montón de gente.» Kublalsingh fue más duro es su evaluación.

«Este es otro caso del gobierno, y más concretamente del Ministerio de Energía, de la monetarizando los recursos naturales, ya que trató de hacer con las fundiciones, acerías y puertos industriales, con el fin de distribuir mejor estos recursos a las empresas extranjeras, corporaciones locales y amigos y familiares de este gobierno. Este es un asalto tremendamente perturbador sobre nuestros recursos naturales», concluyó Kublalsingh.

Todo esto fue antes de que el primera «empujón» grande llegara públicamente en la prensa en Trinidad. El 8 de abril 2014, David Renwick ofreció nueva información sobre el estado actual de las arenas bituminosas, y como algunos temen, su explotación está aún más cerca.

Hay una compañía con licencia para preparar el terreno para la minería de las arenas bituminosas. Como Renwick alertó a Trinidad, » la iniciativa de las arenas bituminosas en realidad es empujada por otra empresa, Geominex TCOs, en la que Geominex posee el 20 por ciento de los recursos y Canadá Trinidad Oil Sands (la parte de TCOs), el 80 por ciento». Luego explicó que TCOS es los restos de Occidental Oil Sands de Canadá, una compañía de Calgary que una vez tuvo un permiso de exploración de arenas bituminosas en Trinidad. Se le concedió ese permiso durante la administración de Basdeo Panday, y terminó con la venta de Occidental Oil Sands a Marathon Oil de los Estados Unidos.  Los expertos de las arenas bituminosas de Canadá de esa compañía ahora tratan de iniciar el trabajo en Trinidad como propietarios mayoritarios. El papel del capital canadiense, al parecer, está regresando a la de la década de los sesentas en Trinidad y Tobago.

En lugar de desinversión, como apunta RBC en el pasado reciente, el gobierno de Harper invierte en la promoción de arenas bituminosas en Europa, con la intención de tratar de evitar cualquier legislación que «injustamente» lo impida.

Normalizar la explotación de las arenas bituminosas en Canadá como parte intocable de la red mundial de la energía es una meta consistente del gobierno de Harper. A los inversores también les gustaría estar seguros de la estabilidad de las finanzas de las arenas bituminosas.

La propuesta para la península suroeste de Trinidad muy probablemente proviene del mismo equipo de relaciones públicas de Canadá que gasta millones de dólares para  promover el desarrollo de arenas bituminosas.

«Sería una operación de minería a cielo abierto», explica Sukhu. «Un modelo donde vamos a explotar ciertas áreas, extraer las arenas bituminosas utilizables y llenar de nuevo con el material de desecho».

Esto es exactamente lo que Canadá ya hace, lo que destruye el clima, la tierra, el agua y un sinnúmero de vidas humanas en el proceso. No ha empezado todavía en Trinidad y Tobago, lo que hace que la necesidad de abrir un debate público en el país caribeño sea mucho más urgente.

26 mayo del 2014

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