Organizada por la Campaña Nacional “Mi parto, mi decisión” y en el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado, en diferentes puntos del país se realizó la Primera Marcha Nacional por los derechos de las personas gestantes y recién nacidas. Para que el respeto y el acceso a la información durante los procesos vitales de embarazo, parto, nacimiento, puerperio, lactancia sean verdaderamente libres de violencia y validando las decisiones de quienes los vivencian.
Esta es la Semana Mundial del Parto Respetado, una efeméride que, año a año, busca concientizar sobre los derechos de las personas gestantes y recién nacidas. Desde hace tiempo, existen rondas de gestación y puerperio, talleres de preparación para el parto y lactancia. Esos espacios surgen para dar luz a procesos vitales tan singulares como cada persona que los transita: embarazo, parto, nacimiento, lactancia, puerperio, crianza. Ya lo sabemos: lo colectivo, la red de afectos y la información que en esas rondas se brinda es lo mejor para transitarlos acompañadxs.
Pero la realidad es que, en Argentina, el 90% de las personas gestantes sufren violencia obstétrica, a pesar de que, desde 2004, existe la Ley nacional n.° 25.929, donde define dicha violencia como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales”. A la vez que enumera los derechos de las mujeres y personas gestantes, sus bebés y las familias durante el embarazo, el trabajo de parto, parto y posparto.
Es más, a fines del año pasado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado argentino por la muerte de una mujer, víctima de violencia obstétrica, y lo instó a que tome medidas que contribuyan a prevenir este tipo de violencia. A esto, se suman las estadísticas que indican la vulneración de derechos en el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, el mal uso de la objeción de conciencia, etc.
Hace un año, surgió la Campaña Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica y Neonatal “Mi parto, mi decisión”, para visibilizar esta forma de violencia de género, problemática que no deja de crecer. De manera colectiva, decidieron sacar a las calles la Semana Mundial por el Parto Respetado y convocar a toda la comunidad a movilizarse en la I Marcha Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica.
Luján Arcidiácono -politóloga, doula y coordinadora de la Campaña Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica-, en diálogo con La tinta, explica que, durante mucho tiempo en la Semana del Parto Respetado, quienes trabajaban o militaban en el mundo de los derechos del parto y nacimiento se juntaban a conversar sobre esta temática, las estadísticas y las medidas que hacía falta tomar. Pero siempre quedaba en ese ámbito. Entonces, este año, propusieron dar un paso más y salir a la calle. “Entendemos que esta problemática no se cambia ni con un proyecto de ley ni atrás de un escritorio, esto se cambia cuando la sociedad entera sepa lo que está pasando. Las denuncias por violencia ginecobstétrica son pocas, porque las mujeres no denuncian, ni siquiera saben que lo pueden hacer y, si quieren hacerlo, entran en un laberinto terriblemente difícil”, afirma Arcidiácono.
A su vez, desde la coordinación de la Campaña, manifestaron: “Para reclamar la soberanía, la libertad de decidir; exigir que se nos respete, que no se nos toque, corte, mutile o medique sin consentimiento; poder estar acompañadas de las personas que elegimos; que no nos separen de nuestros bebés innecesariamente. En definitiva, hablamos de acceso a la salud en forma segura y con dignidad. No sólo en el parto, también en el proceso de aborto, de pérdidas gestacionales y muerte perinatal. Y, también, es defender a quienes llegan a este mundo porque el maltrato y las intervenciones innecesarias son moneda corriente en la atención de recién nacidxs. Eso se traduce como violencia neonatal y decimos BASTA”.
Una marea roja que llega al Congreso desde todo el país
Más de 60 organizaciones convocan hoy, a las 17 h, a movilizarse en todo el país, en el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado. Salen a las calles bajo el lema “Basta de violencia ginecobstétrica y neonatal”. En el Congreso de la Nación, se leerá una declaración conjunta que reagrupa todos los reclamos del sector. También se realizará un ritual para el que se invita a participar con flores rojas y relatos de vulneración de derechos en consultas ginecológicas, partos, puerperios, abortos, etc. “La revolución de las flores rojas” es el nombre que le darán a este ritual que tiene el objetivo de cicatrizar violencias, visibilizar la cantidad de víctimas de violencia ginecobstétrica y neonatal que hay, generar conciencia sobre esta problemática e iniciar una tradición que se replique todos los años en esta fecha y en todo el país.
La violencia ginecobstétrica y neonatal no distingue territorios ni clases sociales, nos afecta a todxs por igual. Es por esto que la convocatoria se replica en otros puntos del país; también desde las 17 h, se movilizarán mujeres autoconvocadas y agrupaciones. La invitación es asistir vestidxs de rojo, con flores y relatos. Se desarrollan actividades, charlas, debates, junta de firmas, festivales e iluminación de monumentos con luces rojas.
En nuestra provincia, en la ciudad de Capilla del Monte, se hace una convocatoria abierta de artistas locales que se quieran sumar a la Plaza San Martín. “Hay que visibilizar el tema”, dice Julia Levy Sánchez, integrante de la Campaña “Mi parto, mi decisión” y promotora comunitaria formada Awaike, quien se dedica a brindar información a personas gestantes y acompaña aquellas que han vivido situaciones de violencia ginecobstétrica y desean denunciarlas. “En la plaza, haremos una intervención y vamos a juntar más firmas para el Proyecto de Ley Capacitación Obligatoria en Violencia Obstétrica para el personal de salud. Pedimos venir de rojo para visibilizar la campaña”, informa en comunicación con La tinta.
¿Qué es un parto respetado?
En general, cuando se habla de parto respetado, se piensa en un parto fisiológico o se lo relaciona con parir en libre movimiento, elegir una postura, hacerlo en el agua o con ayuda de pelotas. En el hogar, sin analgesia, con velitas y fragancias. Lo cierto es que parto respetado es eso y mucho más. “Un parto es respetado cuando la mujer es protagonista de la experiencia y la atraviesa con pleno ejercicio de soberanía y autonomía. Esa es, para nosotras, la definición independientemente de las intervenciones. Es cierto que las intervenciones innecesarias son la forma más común y generalizada de la violencia ginecobstétrica. Pero también es cierto que un parto sin intervenciones no necesariamente es un parto respetado”, explica Arcidiácono.
Lo alarmante es que la mayoría de las personas atraviesan este proceso vivenciando violencia. Por esto, es importante poner palabras y visibilizar estas situaciones. La coordinadora de la Campaña señala que reciben a diario infinidad de relatos de mujeres que no fueron respetadas en su proceso ni consultadas sobre sus deseos, etc. Y agrega: “Hablar de fisiología y de intervenciones es un punto importante porque, en realidad, ahí estamos dando una discusión sobre mejores prácticas asistenciales, recomendaciones y evidencias científicas. Pero, cuando hablamos de violencia ginecobstétrica, tenemos que dar un paso más. Tenemos que pensar que un parto respetado es aquel en donde la mujer se sintió protagonista, fue libre, decidió a cada paso independientemente de las intervenciones. Si las hubo, estas tienen que darse en el marco del ejercicio del consentimiento informado donde se le explican los riesgos y beneficios. Y cada persona decide sobre su cuerpo”, afirma Arcidiácono y cierra con contundencia: “Para nosotras, hablar de parto respetado es muy importante, pero hablar de violencia ginecobstétrica, mucho más todavía”.
Imagen de portada: A / D
Publicado originalmente en La Tinta