San Francisco, la próspera ciudad de los desahucios (El Diario, 21/09/14)

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San Francisco es en la actualidad una de las ciudades más prósperas de Estados Unidos gracias al impulso de la industria tecnológica, una «bendición» que, paradójicamente, también la ha convertido en una de las que concentran el mayor número de desahucios del país.

En la capital oficiosa de Silicon Valley, que según el último censo tiene una población de 837.000 personas, son desalojados cada día una media de cinco hogares que no pueden hacer frente a la subida desenfrenada de los precios del alquiler, lo que supone que en los últimos tres años más de 5.000 familias hayan perdido su casa.

«Un apartamento de dos dormitorios a pocos metros de aquí se alquila por 3.500 dólares al mes. La casa adosada de aquí al lado, por 5.000 al mes», explica en una entrevista con Efe Roberto Hernández, nacido en San Francisco hace 57 años y que ahora lidera una plataforma vecinal que trata de frenar el drama que los desahucios suponen para muchas familias.

De entre todos los barrios afectados por los desahucios, la situación es especialmente delicada en La Misión, el histórico barrio latino de San Francisco en el que reside Hernández y donde las familias latinas ceden cada vez más terreno ante la llegada de jóvenes solteros blancos y asiáticos que trabajan para las empresas tecnológicas, en lo que se ha bautizado como un proceso de «gentrification».

El fenómeno, que locales ya han adaptado al español como «gentrificación» y podría traducirse como «aburguesamiento», comienza cuando en una zona tradicionalmente pobre se instalan nuevos vecinos con un más alto poder adquisitivo; los precios de la vivienda se disparan y los anteriores residentes deben abandonar sus casas y desplazarse a otros lugares de la ciudad o a las afueras.
La clase trabajadora, desplazada por otra con más recursos

«Gentrificación es cuando una comunidad de clase trabajadora se ve desplazada por otra recién llegada que dispone de muchos más recursos económicos. Es un cambio de clases», explica Yolanda López, una anciana de 71 años residente en La Misión que en estos momentos afronta un proceso de desahucio.

«Antes, La Misión era un barrio muy peligroso, tenía muy mala fama por las pandillas y el tráfico de drogas. En los ochenta, a la gente le daba miedo venir a La Misión», dice López, quien recuerda como el barrio actual se forjó durante la segunda mitad del siglo XX con la llegada de miles de inmigrantes procedentes de México, Nicaragua, El Salvador y otros países latinoamericanos.

Sin embargo, durante la última década y media, el otrora conflictivo barrio latino se ha convertido en una de las zonas de la ciudad preferidas por los «hipsters», jóvenes y modernos de los que se nutren las oficinas y laboratorios de gigantes de Silicon Valley como Google, Apple, Facebook o Twitter, y que, por lo general, disponen de un elevado nivel adquisitivo.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., el salario medio en el país se sitúa en 27.500 dólares anuales (2.292 dólares al mes), mientras que los empleados tecnológicos de Silicon Valley cobran un sueldo medio de 87.800 dólares al año (7.317 dólares mensuales).

Aunque muchas de las grandes empresas tecnológicas tienen su sede en los pueblos de los alrededores de San Francisco (Google en Mountain View, Facebook en Menlo Park, Apple en Cupertino, etc.), a sus jóvenes empleados les aburre la vida de pueblo, por lo que un gran número de ellos opta por instalarse en la moderna, cosmopolita y siempre viva San Francisco.

«Nos están echando, y no se dan cuenta de que nos necesitan para mantener vivo el espíritu de la ciudad. Nosotros, los pobres, los inmigrantes, los artistas, los mayores, somos quienes hemos hecho de San Francisco la ciudad que tan atractiva resulta para los recién llegados», asegura López.

La septuagenaria ha empezado a vender gran parte de sus propiedades para ahorrar de cara a cuando tenga que marcharse, resignada, de la casa en la que ha vivido durante más de tres décadas.

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