Guatemala. Mujeres de Guatemala nos sentamos a continuar hilando la vida, la memoria y la historia para continuar con la difusión de la verdad, decir de nuevo que en Guatemala hubo genocidio, y que dentro del genocidio, hubo violencia sexual. Pero sobre todo, nos sentamos a reivindicar la lucha y el testimonio de vida de muchas mujeres en este país.
La iniciativa de la actividad del 7 de julio surgió entre diferentes colectivas, organizaciones y mujeres individuales que buscaron reivindicar el testimonio y lucha de las mujeres ixiles durante el proceso del juicio por genocidio y, a partir de ellas, poder tejer la memoria y denunciar la violencia sexual que ocurre y ocurrió en el país durante el conflicto armado.
Las 10 mujeres ixiles que presentaron su testimonio sobre violencia sexual representan a miles de mujeres en el país que sufrieron vejámenes a manos del ejército. Por eso es necesario decir lo que sucedió en nuestros cuerpos, en nuestra vida y en nuestro territorio, empezar a hilar entre nosotras, a mostrar que a pesar de que quisieron callarnos, no lo lograron.
Durante la actividad se tejieron y pintaron mantas; hubo música, poesía, teatro, alegría y vida.
La violación sexual fue un arma utilizada por el ejército de Guatemala que generó terror, miedo y silencio. Hasta el día de hoy sigue causando tristeza y tiene repercusiones físicas, emocionales y sociales entre las sobrevivientes y a la comunidad. Por eso gritamos y cantamos que estamos vivas, que con nuestra voz empezamos a romper los muros que han querido encarcelarnos, y creamos nuevos lazos y nuevos caminos. Construimos desde nuestra propia historia para desmentir la historia del despojo, racismo, patriarcado y colonialismo: la historia de muerte.
El 10 de mayo de 2013 se condenó a Efraín Ríos Montt por genocidio y delitos contra los deberes de humanidad. Dentro de los delitos cometidos por el ejército en 1982 y 1983 estuvo el de violencia sexual, que también forma parte de la sentencia dada por la jueza Jazmín Barrios. La sentencia fue rechazada por la Corte de Constitucionalidad en un acto ilegal e impune, pero sabemos que la justicia no viene de las instancias tejidas por este sistema, la justicia viene de nuestras manos, de nuestra palabra y de nuestro caminar.
Seguiremos hilando nuestra memoria
Detrás de los ojos aguarda el silencio, atraganta el llanto, roza sus manos, y su historia fue la que crecía en mi cabello, la que germinó en el cuerpo. Fue el caminar de sus pies el que marcó este tiempo, fueron sus palabras, sus risas a escondidas, las que alimentaron mi mirada.
No son suficientes los colores y las letras para armar todo este tejido,
porque este hilar aún no llega a concretarse.
Para romper este muro hacen falta manos, hacen falta pies,
hacen falta miradas, risas, ternura.
No basta con el llanto,
hace falta la fuerza de su cuerpo en nuestros cuerpos,
la fuerza de su historia en nuestro cristalino pensamiento.
Detrás de sus ojos aguarda el universo.
Publicado el 15 de julio de 2013