Queremos permanecer en red después de la gira zapatista: colectivos de Grecia

Coordinadora Tesalónica-Calcídica

La lucha zapatista, tanto sus palabras como sus silencios, han sido una fuente de inspiración constante para nosotros desde 1994, es por esa razón que nos hemos solidarizado con ellos y ellas durante todos estos años, y es por eso también, que esperamos esta «invasión» durante mucho tiempo. Los miembros más jóvenes participan en el Viaje por la vida, lo consideran también como su propio viaje, quieren conocer a l@s zapatistas y compartir sus luchas, sus combates y sus horizontes. Podríamos decir que nuestra invitación es una respuesta evidente al desafío zapatista: una oportunidad para releer su historia, para construir sobre lo que han construido, para inspirarnos de nuevo y tejer redes entre nosotr@s.

La coordinación local de Tesalónica‒Calcídica participa en la organización del Viaje por la vida, no sólo para poner en evidencia las luchas de un lado del Atlántico y del otro, sino para abrir en el espacio público, en el diálogo y la acción, todos los aspectos de la vida y su construcción desde abajo. Queremos dar a conocer los principios y la forma de organización de los zapatistas a más personas, y conseguir “algo sencillo”: abrir caminos donde no existen y hacer posible lo imposible. Tal vez también logremos algo más difícil: permanecer después del viaje y transformar en herramientas de lucha las redes que se formaron para la coordinación de la travesía.

Para la recepción de los y las zapatistas se formaron ocho coordinadores locales por parte de grupos, colectivos e individuos, coordinadores temáticos, sobre las luchas de las mujeres y queer, por la Tierra y la Libertad, la salud, la educación, la autonomía, el autogobierno, la cultura, la autogestión de los trabajadores y la otra economía. Todos estos coordinadores (locales y temáticos) conforman la Coordinadora Panhelénica, que funciona con una asamblea horizontal de delegad@s y a través de la asamblea se toman las decisiones claves sobre cómo avanzar. También, a nivel nacional hay tres grupos de trabajo encargados de la comunicación, las finanzas y la agenda.

Pero lo más importante para la recepción de los compañer@s es el hecho de que se están realizando varios eventos abiertos para conocer aspectos del zapatismo en todos los territorios de resistencia en nuestra geografía.

Nos parece importante agregar que hoy día, la preparación para la acogida de los zapatistas involucra a un amplio abanico de colectividades en casi toda la geografía llamada Grecia, mucho más amplio que los grupos de solidaridad con la lucha zapatista, (que por supuesto tuvieron la iniciativa de convocar este encuentro y dieron el impulso para que naciera la coordinadora panhelénica). En este momento, personas que participan activamente en casi todas las luchas pequeñas o más grandes que tienen lugar en nuestra geografía, se preparan -con alegría- para encontrarse con nuestr@s herman@s y hermanas zapatistas.

La Coordinadora Tesalónica–Calcídica, de la cual formamos parte, es una red de colectivos creada en noviembre de 2020 para acoger a l@s compañer@s zapatistas en nuestra geografía y compartir con ell@s nuestras luchas, dolores y esperanzas. En esta red participan de forma horizontal 33 colectivos, organizaciones y grupos políticos, okupas, centros sociales, proyectos en el ámbito de la salud, la educación, la autogestión del trabajo, el deporte, la información alternativa y colectivos editoriales, que forman parte del movimiento anarquista, antiautoritario, libertario y anticapitalista más amplio de nuestra región. Como Coordinadora local de Tesalónica-Calcídica participamos en la Coordinación Panhelénica por el viaje Zapatista.

Durante los últimos años, como Coordinadora hemos participado en varias luchas de nuestra región, entre ellas, la defensa de la tierra, como la que se desarrolla en el bosque de Skouries en Calcídica. Se trata de la resistencia contra una mina de oro a cielo abierto y una planta de procesamiento de la empresa “Eldorado Gold Corporation” de Canadá. Es una lucha emblemática a nivel nacional para quienes estamos en contra del saqueo de la naturaleza y quienes sabemos que tras la palabra “inversión”, se esconde el saqueo. Además, a nivel europeo nos hemos sumado a las luchas de «No Tav» y «ZAD».

También acompañamos al movimiento estudiantil contra el autoritarismo y la privatización de la universidad en Tesalónica, el cual logró frenar el intento del Estado de controlar el territorio universitario instalando en el campus la policía universitaria en marzo de 2021. Gracias a las manifestaciones estudiantiles, el campus universitario pasó de ser un lugar amenazado por la policía, a un espacio re-apropiado de acción y encuentro colectivo.

Los colectivos de la coordinadora apoyan las luchas de personas migrantes por la libertad y la dignidad, contra el confinamiento y la exclusión. Además, existen grupos que tienen como prioridad el establecimiento de relaciones directas con las personas migrantes a través de las luchas comunes por el acceso a los bienes públicos como la salud, la educación, la vivienda, etc.

Además, miembros de la coordinadora participan en un abanico de luchas por la autoorganización y la autonomía en todos los aspectos de la vida, tales como los trabajadores de la fábrica recuperada VIOME, donde se producen detergentes y jabones naturales y fue abandonada por sus dueños en junio de 2011, a raíz del viaje zapatista tomaron la iniciativa de formar la coordinación temática para la autogestión y armar una nueva red de proyectos cooperativos; así como iniciativas de educación libertaria como el proyecto pedagógico autoorganizado “El pequeño árbol que se convertirá en bosque»,  lanzado por un grupo de niñ@s, padres y educadores. Asimismo, clases de autoformación en espacios ocupados y centros sociales; la organización de la contrainformación para la información y la comunicación independientes (infolibre, alterthess); las redes de solidaridad social que se formaron tanto durante el periodo del ataque capitalista de 2010 llamado «crisis de la deuda» (cocinas colectivas, farmacias-clínicas sociales) como durante el periodo de la pandemia.

También formamos parte de proyectos de autoorganización en el ámbito de salud, como el Grupo de Salud Mental – covid-19: Solidaridad que se creó como un esfuerzo de respuesta activa y resistencia colectiva a la experiencia del encarcelamiento y sus implicaciones debido a la cuarentena generalizada; y proyectos autogestionados en el ámbito del deporte y la defensa personal.

Como militantes en esta región estamos frente al desafío exigente de luchar contra el nacionalismo y el militarismo cuyo papel en Grecia, así como en la región de los Balcanes en general, es decisivo. El nacionalismo y militarismo se ponen en evidencia en el hecho de que: (a) nuestro territorio es uno de los pocos países de Europa en los que sigue existiendo el servicio militar obligatorio (cuya duración incluso se ha incrementado recientemente); (b) se mantiene constantemente un clima de posible confrontación bélica (al servicio de los antagonismos transnacionales); y (c) existe una constante política expansiva del capitalismo griego en los Balcanes, que se evidencia tanto en las obras de las empresas de intereses griegos, como en la explotación de los trabajadores migrantes de los países balcánicos, pero también en una agresiva retórica nacionalista. Especialmente esta última llegó al máximo en los años 2018-2019, con motivo del «nombre de Macedonia», un hecho que se vivió con intensidad enorme en nuestra región y que culminó con la quema de la okupa Libertatia durante una concentración masiva de grupos de derecha y ultra derecha. Cabe decir que, con el trabajo colectivo y el apoyo económico de los movimientos, se reconstruyó de nuevo el techo y se sigue reconstruyendo y recuperando el espacio de la okupa.

La pandemia no afectó de la misma manera a los distintos grupos de la sociedad. La vida de los migrantes se ha agravado muchísimo, además, las autoridades han utilizado la pandemia como pretexto para restringir aún más su libertad y excluirlos: encierros permanentes en los campamentos ‒que poco a poco se van transformando en campamentos cerrados‒, exclusión de los niños migrantes a la educación, secuestros de migrantes incluso en el centro de las ciudades y su «repatriación» de manera brutal.

 La vida de los sin techo empeoró también porque se redujeron los sitios de comida y no había acceso a los servicios higiénicos. Por supuesto no existía la posibilidad de “quedarse en casa y lavarse las manos” como decían los eslóganes del gobierno. Por si fuera poco, los sin techo fueron multados por «movimiento innecesario». Se aumentó la inseguridad laboral y se empeoraron las condiciones de supervivencia de los trabajadores en negro o de los jornaleros.

Además, se aumentó la violencia doméstica de género, sobre todo contra las mujeres migrantes. Esta condición sigue permaneciendo para las mujeres migrantes, ya que las medidas «anti-covid» nunca dejaron de aplicarse a las mujeres y hombres migrantes.

Las condiciones en las prisiones se han agravado enormemente mientras se suspendieron las visitas de l@s familiares y las medidas de protección casi no existen. La represión y los ataques a los lugares de lucha fueron una política interna central del gobierno. Además de las agresiones a los migrantes, se  hicieron desalojos de okupas y cortaron el suministro eléctrico de la fábrica recuperada “VIOME”.

También, se agravó la vida de los invisibles del encierro permanente, la vida de los enfermos mentales, l@s perdid@s del mapa de la dignidad humana, que siguen viviendo sin que se les proporcionen las medidas básicas de protección. Su grito propio y crónico por el estatus de excluido, que sufren más que cualquier otro grupo social, se ha hecho eco (sin reunirse, para ser sinceros) de las voces de tod@s aquell@s que se resistieron a la gestión estatal/guerrera de la pandemia con sus decretos militares y prohibiciones.

En noviembre-diciembre de 2020 tuvimos una intensificación de la represión en nombre de la protección por el covid (prohibición de las marchas, reunión hasta 3 personas, multas masivas, etc.). En respuesta a todo esto, hubo marchas no anunciadas y autorizadas, que se continuaron y se intensificaron en el 2021. En la primavera de 2021, una combinación de movilizaciones masivas y militantes con diferentes temáticas (que convergen en la resistencia al autoritarismo estatal) levantan, por el momento, una barrera contra los ataques de la represión.

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