Foto: Coordinación Baladre
Agradecemos a las zapatistas por su manera de organizarse y de trabajar en red, pues nos ayudaron a comprender nuestra manera de relacionarnos y de explicarnos a otras y, desde 1994, sentimos que nuestras formas de plantear la vida eran similares, fundamentalmente en los barrios periféricos de nuestras ciudades.
Invitamos a la delegación zapatista para compartir y convivir, para conocernos y que sepan de otras maneras de hacer en estos territorios de la Península Ibérica o África (Canarias). Nos gusta la idea del intercambio, porque creemos que las zapatistas buscan conocer a otras parecidas a ellas por estos lugares. Algunas baladrinas han tenido la oportunidad de estar en territorio zapatista y por medio de nuestra editorial hemos sacado muchos textos con sus reflexiones; también estuvimos el Segundo Encuentro Intergaláctico.
Esperamos intercambiar experiencias con ellas, que conozcan nuestras realidades, luchas y cotidianidades, colocando lo relacional y los afectos en el centro de esta posibilidad de encontrarnos. Es una práctica muy nuestra el intercambiar experiencias y conocer en la convivencia, por eso nos hemos tejido con grupos y personas de lugares tan diferentes (Argentina, Brasil, Alemania, Francia, Portugal) y mantenemos esas relaciones durante décadas, hasta el día de hoy.
Cada territorio se está organizando para recibirlas y nos hemos sumado a grupos que también desean la visita, aclarando nuestro deseo de convivir, centradas en poder conocernos y compartir. Nos animamos a participar en el recibimiento cuando nos contaron que las zapatistas deseaban conocer y relacionarse, eso quitó todo el tema de escenarios masivos y discursos. Cuando comprendimos que en esta ocasión no tocaban actividades masivas y que lo importante era compartir, muchas nos decidimos a invitarlas.
La Coordinación Baladre nació en 1982 de diferentes Asambleas de Desempleadas de distintas ciudades y pueblos del Estado Español, entre ellas fue importante la Asamblea de Paradas de Gasteiz, al igual que las del País Valencia. Desde el inicio apostamos por ser un espacio de relación para impulsar el apoyo mutuo entre grupos y colectivos, y poder sumar a más personas. Siempre hemos actuado en diferentes territorios del Estado Español, desde Euskal Herria, Andalucía, Galicia, Asturias, País Valencia, Catalunya, Canarias. Se puede decir que personas y grupos baladrinos accionamos en todos los territorios del actual Estado Español y participan otros grupos y personas de Argentina y Brasil.
En estos 39 años ampliamos las luchas y proyectos iniciales que estaban vinculadas a la precariedad y el empobrecimiento de nuestras vidas, a los derechos sociales en sentido amplio: las luchas feministas y transfeministas, los centros sociales, la alimentación sostenida por la comunidad, el comunitarismo, los grupos como Stop Desahucios y similares, las radios libres y comunitarias. Posibilitamos el hacer/actuar/construir con otras y dejar hacer, apostamos por una Coordinación horizontal, nacida para luchar y construir juntas, alejadas del poder establecido y sus legalidades. Nuestra lógica es: solas a ninguna parte, juntas puede que a algún lugar y si nos tocan a una, nos tocan a todas.
Durante la pandemia aumentó la precariedad de nuestras vidas y se incrementaron los grupos de personas empobrecidas. La represión se acentuó en todas sus formas, se limitó al máximo la libre circulación y se impusieron los toques de queda. Igualmente creció el deterioro emocional, la angustia, la depresión, así como la pérdida de salud física y mental. Con incrementos alarmantes del número de suicidios.
La Coordinación funciona desde los encuentros periódicos para poner en común cada una de nuestras prácticas y procuramos sumar mas grupos y gente en nuestras acciones. Estamos atravesadas por muchos ismos, desde libertarias, marxistas, feministas, antimiliataristas, independentistas, teologías populares y de base. Todas convivimos y ponemos el acento de nuestras prácticas locales y cotidianas en lo mas básico y elemental.
Impulsamos la lucha por los derechos sociales, como la vivienda, la ocupación y cesión de huertas para producir alimentos. Hacemos frente a distintas represiones y somos parte de las redes de solidaridad de las represaliadas; también fortalecemos el desarrollo y mantenimiento de los puntos de información y denuncia, en los barrios periféricos, donde vivimos mayoritariamente.
Carecemos de estructuras de delegación y toma de decisiones, nadie está sometida a los acuerdos y voluntades de las partes. Con el tiempo nos posicionamos como una Coordinación anticapitalista, antipatriarcal y anti-colonial. Apostamos por proyectos comunitarios de vida, por la acogida de personas migrantes y por su derecho a la libre circulación; también por la comunicación alternativa en formatos diferentes (radios comunitarias, periódicos digitales y páginas temáticas sectoriales).
