Queremos aprovechar la visita de lxs zapatistas para conocer a otros colectivos europeos, deseamos crear lazos locales y también globales y compartir experiencias sobre cómo es posible vivir sin represión policial ni explotación capitalista. Vamos a polinizar luchas recibiendo a lxs compas en nuestras pequeñas casas o departamentos, así podremos compartir la cotidianidad con ellxs y aprender de sus formas de vivir. Queremos dar a conocer a la gente de acá que las problemáticas globales, tienen causas y consecuencias locales, y que nos afectan a todxs independientemente de la geografía.
Como colectiva, participamos en la coordinación «Île-de-France» que se creó desde que lxs zapatistas anunciaron su venida, ésta forma parte de la coordinación francófona, que a su vez forma parte de la coordinación europea. Estas coordinaciones están divididas en comisiones de logística, género, finanzas, difusión, anti represión y muchas más.
La coordinación a diversos niveles a veces ha sido un dolor de cabeza, sobre todo con la pandemia de Covid-19 y de Zoom (o similares). Porque sabemos que el Viaje por la vida empieza desde mucho antes de la llegada de los zapatistas, hemos preferido vernos físicamente con todxs lxs grupxs de personas interesadas en acoger a lxs zapatistas: chalecos amarillos, familiares de víctimas de represión policial, habitantes de okupas, ecologistas, feministas, personas migrantes y estudiantes.
Para difundir la Travesía por la vida y juntar fondos que nos permitan financiar el recibimiento de manera autónoma, hemos hecho varios eventos llamados «Zapateliers» (talleres zapatistas) donde hemos cocinado comida mexicana vegana, con ingredientes recuperados gratuitamente en circuitos locales y de economía popular, proyectado películas y animado conversaciones sobre el zapatismo, con la presencia y ayuda de las Brigades de Solidarité Populaire de Montreuil. También hemos organizado talleres de serigrafía semanales, en una okupa de amigxs de Montreuil, usando camisetas donadas (sin comprar ni consumir a lo bruto) que vendemos a precios mínimos.
Estamos muy contentos por todo el esfuerzo que hemos hecho, por pensar maneras distintas de organizarnos, conocernos y financiarnos, pues eso permitirá disfrutar de la visita de nuestrxs compañeras, compañeros y compañeroas zapatistas.
La Colectiva Paris-Ayotzinapa nació en 2014 en respuesta a la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural «Raúl Isido Burgos». Somos francesxs, mexicanxs y algunx que otrx de otras tierras. Nos conocimos en la calle durante las primeras manifestaciones espontáneas que se organizaron en París por la desaparición de los estudiantes. En 2015, junto con otros colectivos de París (CSPCL, CSIA-Nitassinan, Terre et liberté pour Arauco), formamos parte de la Coordinación en París por Ayotzinapa que organizó la Eurocaravana 43 con la que una delegación de Ayotzinapa visitó varios países de Europa.
A lo largo de nuestros siete años de existencia hemos sumado más amigxs de México, Francia y el mundo entero, pues todos los años hacemos eventos con música, comida mexicana, proyecciones, debates, exposiciones y manifestaciones para protestar contra la violencia de Estado, las desapariciones forzadas, la militarización de la vida cotidiana, los feminicidios y la crisis forense. Seguimos exigiendo la aparición con vida de TODXS lxs desaparecidxs y apoyamos desde acá a aquellas y aquellos que buscan incansablemente por todo México a sus seres queridos desaparecidos.
Una de nuestras principales luchas es contra la violencia de Estado, pues al igual que en México, en Francia la policía asesina impunemente, especialmente a los jóvenes racializados, que el Estado considera ciudadanos de segunda categoría. También luchamos contra el tráfico de armas entre los Gobiernos, contra la represión policial y la militarización nos ha hecho crear lazos de solidaridad con varios colectivos y familias de personas asesinadas o mutiladas por la policía francesa, como el Collectif 8 juillet, l’Assemblée de blessés, Désarmons-les, Justice et vérité pour Wissam, Urgence notre police assassine y, de manera más amplia, con la Red de apoyo “verdad y justicia” (Réseau d’Entraide Vérité et Justice), conformada por algunos de los colectivos antes mencionados y por otros colectivos de familiares de víctimas de violencia policiaca, como los comités de verdad y justicia por Lamine Dieng, Adama Traoré, Babacar Gueye, Liu Shaoyao y muchísimas víctimas más.
También hemos participado en acciones contra Eurosatory (la feria de venta de armas más grande de Francia, que tiene lugar cada dos años en París), junto con otros colectivos feministas y afro-feministas (Mwasi), colectivos de apoyo a las luchas palestinas (BDS) y otros colectivos antimilitaristas de otras partes del mundo.
Muchxs de lxs integrantes de la Colectiva Paris Ayotzinapa somos migrantes, algunos con papeles, otros sin, por lo que desde nuestra creación hemos defendido el derecho que todas las personas tienen a migrar para buscar una vida mejor y el derecho a atravesar las fronteras que los Estados han creado de manera arbitraria. Por lo tanto, hemos participado en manifestaciones y otros eventos por la regularización de lxs “sans papiers” (sin papeles), por la defensa de “squats” (lugares okupados) donde viven personas migrantes y por la apertura de las fronteras internacionales.
Desde hace algunos meses, varixs integrantes de la colectiva hemos participado en manifestaciones, picnics de protesta festiva y talleres de educación ecológica para apoyar, junto con lxs habitantes de la región de París y su periferia, a la defensa de los espacios de agricultura y horticultura popular, los grandes parques urbanos, los sitios boscosos y las okupas donde se practica la economía solidaria. Estos espacios se encuentran hoy fuertemente amenazados por la especulación inmobiliaria, la gentrificación y la segregación racial promovidas por las políticas urbanas que van de la mano con los Juegos Olímpicos de París en 2024. Queremos sembrar en Francia la lucha de Samir Flores y de lxs demás defensores del medio ambiente.
Somos una colectiva feminista, integrada por muchas mujeres y personas de las disidencias sexuales, por lo que buscamos que nuestra lucha contra el patriarcado atraviese todas nuestras acciones y convicciones para que nuestros eventos y espacios de compartencia estén libres de violencia de género y sexual. Mediante manifestaciones, talleres no-mixtos y espacios de autodefensa hemos tejido lazos de sororidad combativa con colectivas de mujeres como Mujeres y Disidencias de la Sexta en la Otra Europa y Abya Yala para denunciar el racismo y el sexismo en México y en Francia.
Durante nuestra lucha contra la desaparición forzada en México, hemos hecho amigxs y aliadxs que combaten la desaparición de personas en la región del Mediterráneo, ya sea que se trate de víctimas de represión política en sus países de origen o de víctimas de la militarización de las fronteras entre África y Europa. Desde nuestra fundación, hemos participado cada año en la organización del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, pues entendimos que las técnicas de desaparición que los gobiernos y criminales utilizan contra los activistas, lxs migrantes, lxs jóvenes, las mujeres, lxs indígenas y un largo etcétera se parecen a lo largo y ancho del mundo, ya que buscan instalar miedo entre quienes resistimos ante la violencia de Estado y el extractivismo capitalista.
La pandemia agravó el desempleo y la precariedad en nuestra región, además de las miles de muertes y la carga psicológica, producto de la mala gestión en Francia (basada en una estrategia únicamente policial y liberticida, con la implementación de un Estado de emergencia que permitía que todxs pudiéramos ser controlados en la calle de manera arbitraria para hacer cumplir el confinamiento), el cierre de los negocios, los despidos masivos y la pérdida de opciones de ayuda social, aumentaron la pobreza y la precariedad de lxs más vulnerables: lxs jóvenes, las mujeres y lxs migrantes. Muchas personas de nuestra colectiva perdieron sus fuentes de ingresos o tuvieron que hacerle frente a un aumento significativo de su carga de trabajo laboral, familiar y de cuidados.
En lugar de implementar políticas sociales, el presidente Macron se encuentra más preocupado por preparar su reelección mediante un discurso populista que velada o abiertamente señala a los musulmanes, a la izquierda radical y a los académicos comprometidos (calificados de “islamo-izquierdistas” y “cómplices de los terroristas”) como los responsables de todos los males del país, dejando a cargo de fundaciones privadas o colectivos solidarios la atención a las personas que hoy no tienen ni qué comer.
La pandemia permitió poner fin de manera tajante a las manifestaciones y reuniones populares que, especialmente desde finales de 2018, amenazaban al Gobierno neoliberal de Emmanuel Macron gracias a las protestas masivas abanderadas por el movimiento de
los chalecos amarillos y las huelgas contra la reforma al sistema de pensiones. Hoy Francia avanza hacia un régimen autoritario prohibiendo con frecuencia las reuniones públicas de carácter reivindicativo y desplegando sistemáticamente en las calles a sus fuerzas policiales, que están autorizadas a usar armas cuasi letales contra los manifestantes.
En noviembre de 2019, el Gobierno neoliberal de Macron había anunciado un aumento discriminador e incluso racista de las colegiaturas para los estudiantes de países externos a la comunidad europea inscritos en cualquier universidad pública francesa: el costo anual había pasado oficialmente de 170 euros a 2 mil 770 euros en licenciatura, y de 243 euros a 3 mil 770 euros en maestría (un aumento de más del mil 600 por ciento). El objetivo era doble: excluir a lxs migrantes que vienen de países pobres antiguamente colonizados por Francia y preparar el camino para una privatización generalizada de la educación superior. Hoy lxs estudiantes extranjeros sufren por el desempleo y el cierre de comercios debido a la pandemia, lo cual los ha obligado a vivir en condiciones insalubres, depender de donaciones alimentarias y abandonar sus estudios.
Durante el confinamiento se incrementó la violencia intrafamiliar y conyugal en más del 40 por ciento, así como la violencia contra la mujer, las violaciones a mujeres y a menores, y la discriminación y abandono hacia miembros del seno familiar por su orientación sexual. Fueron también los colectivos y movilizaciones solidarias, y no el Estado francés, quienes trataron de hacerle frente a este problema.
Desde la fundación de nuestra colectiva, uno de nuestros principios ha sido el apartidismo. No tenemos ni deseamos ninguna relación con ningún partido político mexicano o francés. Igualmente estamos en contra de registrarnos como asociación, lo que nos obligaría a establecer una especie de jerarquía dentro de nuestro grupo, con un presidente, un secretario, etc. No nos interesa tampoco recibir ningún tipo de subvención. Como lxs zapatistas, avanzamos lento pero seguro, sin buscar que nadie nos dé migajas que nos comprometan a luego traicionar nuestros principios. Por eso, somos una colectiva autogestiva donde cada integrante contribuye con lo que puede cuando puede, nos gusta vernos seguido para platicar y celebrar juntxs porque creemos que la mejor manera de organizarse es en el amor, la compartencia y la amistad. Además, como lxs zapatistas nunca hemos hecho diferencias entre mexicanxs, franceses, europexs o de donde sea que vengamos. Nuestra lucha es una lucha internacional y solidaria que no conoce fronteras.
Muchxs integrantes de la colectiva Paris Ayotzinapa conocemos a lxs zapatistas desde hace años, algunxs hemos ido a los caracoles y las comunidades autónomas, a la escuelita zapatista o a los encuentros internacionales de mujeres que luchan. Otrxs integrantes no han ido, pero sueñan con hacerlo algún día. Hemos colaborado con el Comité de solidarité avec les peuples du Chiapas en lutte (CSPCL) organizando eventos sobre las resistencias del EZLN. Por el momento, estamos muy contentxs de recibirlxs para platicarles de nuestras luchas acá, de cómo damos a conocer lo que pasa en México, de cómo tratamos de sobrevivir en medio de la hidra capitalista francesa y de cómo hemos construido resistencias y compartencias ahí donde nos puso la vida.