Un amplio consenso social sobre la necesidad de respetar los derechos humanos de los presos políticos vascos se expresó en las calles de Bilbao durante la más grande marcha que se haya registrado en la historia del País Vasco. Cerca de 120 mil personas de diversos signos políticos se unieron a la convocatoria que tuvo como lema Derechos, resolución, paz.
Jon Garai, integrante de la organización de apoyo a los presos políticos Herrira, señaló en entrevista con Desinformémonos que el valor de la marcha del 12 de enero en Bilbao no es solamente en términos numéricos, sino también en la pluralidad que se expresó. Estuvieron representados muchísimos partidos, organizaciones sociales y sindicales del País Vasco, pero no sólo eso: tuvimos muchas adhesiones del Estado español y a nivel internacional, indicó Garai.
Los presos políticos son uno de los aspectos más importantes para la izquierda abertzale (nacionalista) en el proceso de paz que impulsa al lado de diversas organizaciones sociales y políticas. El 10 de enero se cumplieron dos años desde que la organización armada independentista ETA (Euskadi Ta Askatasuna) declaró un alto el fuego permanente, general y verificable; sin embargo, la izquierda nacionalista vasca ha denunciado en diversas ocasiones que el gobierno español no facilita el proceso. Veíamos que era vital que la sociedad solicitara a la clase política y también a los gobiernos esa necesidad de moverse, indicó el representante de Herrira.
Desde Herrira es claro que si queremos una solución definitiva al conflicto político y armado, todas y cada una de las consecuencias tienen que ser resuelta, no sólo el tema de los presos, también el de las víctimas y los otros tipos de consecuencias. ¿Alguien cree que puede haber normalización y paz sin solucionar el tema de los presos?, señala Jon Garai, portavoz de la marcha del 12 de enero. La sociedad quiere ser protagonista a la hora de resolver estas cuestiones, indica, y agrega que la envergadura de la manifestación demuestra que la sociedad vasca tiene como tema prioritario resolver la situación de las presas políticas.
Las demandas de la marcha
A la fecha, hay 606 presos políticos vascos (tanto militantes de ETA como de organizaciones civiles independentistas) dispersados en 84 cárceles distintas; de ellos, 224 deberían estar excarcelados por enfermedades o por haber cumplido una parte de la condena que les permitiría alcanzar la libertad condicional.
El 12 de enero, camionetas con letreros que anunciaban lugares y su distancia del País Vasco abrieron la marcha. En esos vehículos, conducidos por voluntarios, los familiares de los presos se trasladan a las cárceles, que en promedio están a 800 kilómetros de sus lugares de origen, lo que los obliga a recorrer más de mil kilómetros para ver por unos minutos a sus presos.
Las demandas de la marcha, que transcurrió prácticamente en silencio, se resumen en la defensa de los derechos humanos de los presos y presas políticas vascas, explica Jon. Tienen derecho a estar en las cárceles más cercanas a su lugar de origen, por lo tanto tienen que ser acercados al País Vasco; tiene que ponerse en libertad, como dice la ley vigente, a los que padecen enfermedades graves e incurables; debe dejarse de lado el alargamiento de condenas, que de manera injusta y por encima de la ley se aplica a un número importante de presos y presas dice, y agrega que estos derechos no se cumplen debido a una política penitenciaria excepcional.
Para la sociedad española, el mensaje que envía la marcha es que solucionar las cuestiones, acercarnos a la paz y trabajar por que el respeto de los derechos humanos sea posible no es más que algo positivo, indica Garai.
Publicado el 14 de enero de 2013
