Condiciones mínimas de higiene, el acceso al agua y un espacio para visita íntima, son algunos derechos básicos que los presos del Presidio Urso Branco en Rondonia, Brasil, exigieron el 18 y 19 de octubre pasado, y que se documentó para motivar una denuncia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de Estados Americanos (OEA), por la Comisión Justicia y Paz y por la organización Justicia Global.
El alejamiento del director de la unidad representa uno de los principales reclamos de los presos, indicó Justicia Global, pues estaría practicando actos de violencia. Otra demanda es la remisión ficticia que estable que cuando el Estado no pueda ofrecer trabajo o alguna actividad al preso, éste no será perjudicado por la incapacidad del Estado, a los fines de progresión del régimen.
«Un período marcado por violaciones sistemáticas al derecho a la vida y a la integridad de los presos, y una absoluta negligencia del Estado al respecto. Lo que se percibe es la mantenimiento y el agravamiento de la condición de tratamiento inhumano y cruel dado a los presos, que necesita una solución inmediata y definitiva por parte del Estado”, destacó la abogada de Justicia Global, Natalia Damazio, pues aseguró que la situación actual del presidio remite a la crisis del 2008.
Además, como la estructura del Urso Branco requiere reparaciones urgentes, de 400 a 450 presos tendrán que permanecer en el patio por al menos cinco días para que el Estado la modifique. «Todo el escenario camina en el sentido de concretar, que en los próximos días toda la población carcelaria del presidio sea expuesta a la pena inhumana y cruel, quedando a la intemperie, sin condiciones mínimas de salubridad, expuestos a altas temperaturas”, resalta el informe enviado a la CIDH.
Con información de Adital