México. La reciente detención del representante del Consejo de Mayores Nahuas de Ayotitlán, Jalisco, Gaudencio Mancilla, justo después de participar en la Cátedra Juan Chávez Alonso, convocada por el Congreso Nacional Indígena y los zapatistas, es por “su liderazgo y oposición al desarrollo de proyectos mineros ilegales”, valora César Díaz, de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

De acuerdo con testimonios de pobladores, el septuagenario líder nahua, su hermano Bonifacio y Gerónimo Flores Elías fueron detenidos con violencia en su domicilio la madrugada de este 22 de agosto, por un grupo armado enviado por la Fiscalía General del Estado.

Gerónimo Flores Elías ya fue liberado y los hermanos Mancilla se encuentran detenidos con la acusación de portación ilegal de armas, pero “no hemos constatado la existencia de una orden de aprehensión que señale esta conducta delictiva”, precisa Díaz en entrevista con Desinfomémonos. La detención se realizó de manera muy violenta, refiere el asesor: “Derribaron la puerta, sometieron a las mujeres y se llevaron a los hombres”.

Los pobladores de Ayotitlán se encuentran en estado de “alerta”, informa el asesor. Éste no es el primer acto de represión que reciben Mancilla y los ejidatarios por su oposición a las minas, señala. A finales de los noventas, se intentó desconocer los derechos ejidales a los opositores; y hace solamente un mes, un grupo armado vinculado a las mineras irrumpió en casa del representante del Consejo de Mayores, quien logró escapar. En octubre del 2012, otro integrante del Consejo, Celedonio Monroy, fue privado de su libertad y sigue desaparecido.

Díaz confirma que existen grupos armados de las empresas mineras: “Se trasladan de manera impune por el municipio y hacen hostigamiento directo a las familias de los líderes opositores”. Los ejidatarios han hecho denuncias públicas, pero no hay acciones de ningún nivel de gobierno para detener a esos grupos. Paradójicamente, la Fiscalía hizo declaraciones públicas donde relató que Gaudencia Mancilla amenazó a policías con un arma. “Eso es mentira total”, exclama Díaz.

Gaudencio Mancilla “ha sido la cabeza principal que se ha opuesto a la minería ilegal. Como representante legal del Consejo de Mayores y autoridad tradicional del ejido, le ha tocado ir a detener la maquinaria de la minería”, explica el integrante de la UACI, quien recuerda que en las asambleas mismas del ejido, el líder nahua ha sido amenazado por grupos vinculados al sector priista. Mancilla regresó recientemente al ejido, después de participar en la Cátedra “Tata Juan Chávez Alonso”, convocada por el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

La actividad extractiva ilegal se hizo más fuerte a partir de 2005, y desde ese mismo año comenzó el hostigamiento contra los ejidatarios que se han opuesto a las minas tanto con acciones legales, como con detención directa de las máquinas.

Gaudencio Mancilla relató durante la Cátedra que hay en su tierra “un pulguero de mineros, que están a la brava, pistola en mano, robando el material rocoso de las minas”, y agregó que la actividad ilegal acaba con el agua y los recursos naturales “a la fuerza”.  “La comunidad indígena de Ayotitlán está sufriendo mucho porque ya no podemos interponer amparos, ya no podemos parar las mineras”, declaró.

Los familiares y pobladores no han logrado ver a los detenidos; saben que los están trasladando a Guadalajara, que dista seis horas del ejido nahua de Ayotitlán, refiere el integrante de la UACI.  La Jornada Jalisco refiere que de acuerdo con la Fiscalía, Gaudencio Mancilla está arrestado por portación ilegal de arma de fuego, mientras que su hermano Bonifacio está en calidad de presentado; y a ambos se les investiga por propaganda que se encontró en su domicilio.

Los ejidatarios y sus asesores exigen que Mancilla sea puesto en libertad. La UdeG apoya la defensa jurídica, que sostiene que el líder nahua debe ser liberado, pues no incurrió en conducta delictiva ni se presentó orden de aprehensión con actuación fundada de un juez.