Desinformémonos I El Reino Unido contra Trump. Los diputados británicos debatieron este lunes una petición ciudadana en la que se pide que se le retire al presidente de EEUU la invitación para visitar el país. La sesión parlamentaria se realizó junto a una serie de movilizaciones en contra del presidente Trump y en defensa de los inmigrantes.
En el debate, el Parlamento británico rehusó vetar la futura visita oficial del presidente de EU, Donald Trump, petición ciudadana con más de 1.8 millones de firmas que pretende evitar que el mandatario sea recibido por la reina Isabel II.
La primera ministra británica, Theresa May, invitó recientemente a Trump a realizar este año una visita de Estado justo cuando busca negociar con EEUU un acuerdo comercial con la salida de Reino Unido de la UE en el horizonte. El viaje ha generado una gran polémica, especialmente después de que el mandatario estadounidense impuso restricciones migratorias a los ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
La petición ciudadana reunió más de 1.8 millones de firmas de apoyo a través de internet. La semana pasada, las autoridades británicos se negaron a rebajar el nivel de la visita de Estado de Trump ante la petición en la web de la Cámara de los Comunes. Junto al debate parlamentario, la llamada “Coalición Parad a Trump” ha organizado varias protestas en contra del presidente estadounidense en varios puntos del país. La movilización coincide con otra del grupo “Un Día sin Nosotros”, que defiende la contribución de los inmigrantes en la sociedad británica.
La próxima visita, sin fecha aún, ha generado tal controversia que incluso el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, que está obligado a mantener la imparcialidad, manifestó recientemente durante una sesión parlamentaria su oposición a que el presidente de EEUU pronuncie un discurso en el palacio de Westminster, sede de las cámaras parlamentarias. A raíz de las medidas migratorias de Trump, Bercow dejó claro la “oposición” de la Cámara de los Comunes “al racismo y el sexismo”, así como su apoyo “a la independencia judicial”.
«Machista, racista, cortito, zafio, peligroso. Tiene la capacidad intelectual de un protozoo. Ha causado problemas en cada tema político en el que se ha visto envuelto y se ha venido comportando como un niño petulante”: así arrancó el discurso del diputado laborista Paul Flynn en el debate en el Hall de Westminster. De un lado estaban los parlamentarios que representaban al 1.800.000 firmantes de una petición contra ese viaje de Donald Trump al más alto nivel y con toda clase de honores, incluido banquete con la reina en el palacio de Buckingham. A favor de la visita firmaron poco más de 300.000 personas.
La primera ministra, Theresa May, fue acusada de haberse precipitado en la invitación, cursada verbalmente sólo siete días después de que Trump tomara posesión del cargo. La acusaron también de tratar de “adularle”.
Algunos conservadores defendieron la visita por el bien de las relaciones con Estados Unidos y por respeto a los millones de americanos que han votado a Trump. Mientras discurría el debate, varios miles de manifestantes protestaban a las puertas del Palacio de Westminster contra el viaje y la xenofobia presidencial.
May ha dejado claro que la invitación se mantiene. No hay fecha para el magno evento, pero se calcula que podría tener lugar a finales de verano o principios de otoño. Para entonces, al ritmo de los acontecimientos en la nueva administración americana, muchas cosas pueden pasar.
Mientras el Parlamento debatía, miles de manifestantes protestaron ante Westminster contra Trump. En una sesión sin votaciones, la invitación que la primera ministra, Theresa May extendió al líder estadounidense cuando ambos se reunieron en la Casa Blanca el mes pasado al final se mantuvo.
El viceministro de Exteriores, Alan Duncan, que ejerció de portavoz del Ejecutivo, argumentó que la “relación especial” entre Londres y Washington “trasciende a los partidos políticos y es más importante que las personalidades individuales”.
Por ese motivo, respaldó una visita, todavía sin fecha, con la que el Gobierno espera mejorar la “seguridad y prosperidad” de ambos países y en la que May y Trump abordarán “las muchas áreas de interés” que comparten sus respectivas administraciones. “La visita debe producirse y se producirá”, zanjó Duncan al término del debate.
video: AFP