Ciudad de México, 24 de febrero 2015. A pesar de un gran operativo de seguridad durante la celebración del 194 aniversario de la creación de la bandera mexicana, encabezada por el gobierno federal y estatal, en Iguala, Guerrero, lugar en el que hace cinco meses desaparecieron a 43 estudiantes normalistas, asesinaron a tres e hirieron a 19 más, padres de los estudiantes y unas cuatrocientas personas más retiraron la bandera en exigencia de la presentación inmediata de sus hijos.

El gobierno de Iguala desplegó todo un operativo por la ciudad para evitar las manifestaciones de los padres de familia de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Después de recorrer cuatro kilómetros llegaron al lugar donde se ubica el lábaro patrio y retiraron una monumental bandera, lo que provocó que al menos 300 elementos de seguridad entre militares y antimotines intentarán desalojarlos.

Los padres de familia sustituyeron la bandera, que minutos antes había izado el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, por una más pequeña y con el número 43 en medio como un símbolo de protesta.

Las puertas del 27 cuartel de Infantería se cerraron ante una posible manifestación de los padres y compañeros de los jóvenes estudiantes desaparecidos.

El lunes en la noche, autoridades federales se comunicaron con los padres de familia para cancelar una reunión con representantes del gobierno mexicano para acordar cómo y cuándo se visitarían los cuarteles militares, por considerar que no existían las condiciones para llevarla a cabo, en referencia a los bloqueos de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) en Acapulco.

Desde el mes de enero, después de la presentación de la verdad histórica de la PGR – en la que pretendía dar por concluidas las investigaciones en el caso de la desaparición de los normalistas- el Estado mexicano suspendió los diálogos con los familiares y representantes del caso de Ayotzinapa, hasta la fecha.