(28 de junio, 2014).- En entrevista con la televisora ABC, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo un llamado a los padres de familia centroamericanos que mandan a sus hijos sólos hacia EE.UU. Si llegan, los enviaremos de vuelta y lo que es más importante, podrían no llegar.
El mandatario específico que el mensaje era en su totalidad que no envíen a sus hijos solos en trenes o a través de grupos de traficantes. Obama puntualizó Ni si quiera sabemos cuántos de eso niños no lo logran, su advertencia gira en torno al creciente comercio con menores y la explotación sexual.
Según el Departamento de Seguridad Nacional Estadounidense, han sido 52 mil menores los que han llegado a tierras norteamericanas. La edad de los menores que viajan por su cuenta es de 13 años o menor, resaltando el riesgo para ellos. Obama destacó que el proceso es mucho más pesado para los niños centroamericanos pues son pueden ser deportados inmediatamente.
La periodista Lydia Cacho hace un análisis sobre la responsabilidad que tiene el gobierno de EE.UU., pues denuncia las condiciones infrahumanas con las que son tratados los menores migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador. Ellos esperan ser deportados sin comida, sin sanitarios, con poca agua y numerosas agresiones que comenzaron desde el inicio de su viaje, al ser presa del miedo, el cansancio y los abusos. Obama pidió al congreso 1.3 billones de dólares para combatir la crisis humanitaria, mientras que Joe Biden, vicepresidente, advirtió que el monto sería destinado a endurecer sus políticas y reforzar las fronteras.
Según la investigación de la periodista, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció por lo menos 100 casos de abusos sexuales y físicos los niños y niñas migrantes por parte de agentes fronterizos norteamericanos. Señala que las fotografías demuestran que los menores latinos son tratados como prisioneros de guerra, pues en ésta batalla de políticas neoliberales en las que se desean los recursos naturales y el control, éstas personas no tienen cabida en EE.UU. Mientras esto sucede, hay 100 mil pequeños encerrados en bases militares norteamericanas. La pesadilla para los niños y niñas que buscan el sueño norteamericano, que escapan de la violencia de la que provenían, no termina.