Los niños que viven en refugios en Asunción, Paraguay, por las inundaciones provocadas por las lluvias, están en riesgo de padecer enfermedades parasitarias, abusos sexuales y otras situaciones de violencia dentro de los mismos, indicó la ONG Plan.
Desde diciembre, familias enteras con menores de edad fueron evacuadas por la crecida del río Paraguay y ahora residen en recintos militares o espacios públicos transformados en centros de acogida, donde se construyen pequeñas casas con madera y chapa.
Ante la inseguridad, en uno de los refugios se instalaron carpas para que a los niños, mediante el juego, se les ofrezca formación para evitar riesgos, pues lo que se intenta es mitigar «emergencias dentro de la gran emergencia» de las inundaciones, explicó María Gloria Montorfano, médico y coordinadora de un proyecto de Plan para brindar protección a los menores.
«Los niños y niñas habitualmente crecen en un ambiente de familiaridad, pero al desplazarse pierden todo lo que conocen, todo lo familiar. No entienden además la diferencia entre una situación provisional y una permanente: sólo perciben que han sufrido un cambio brusco al que les cuesta mucho adaptarse», señaló Montorfano.
En ocasiones, los niños no pueden permanecer con sus familias en un mismo refugio, por lo que sufren de depresión o estrés que son difíciles de superar o canalizar, indica.
Por otra parte, los menores en los centros son más propensos a sufrir abusos sexuales, por lo que se les enseña tanto a los adultos como a los niños a prevenir, detectar y denunciar cualquier indicio o acto de agresión sexual. De igual forma, la violencia es común en los refugios, y regularmente se origina por imitación y estrés que los niños observan desde sus hogares, expresó Elisa Chávez, que trabaja en un espacio infantil seguro organizado por Plan en el refugio RI14.
«Muchos niños están estresados y desgastados de ir de un lado para otro por la crecida del río. Han sido ya muy violentados en sus derechos, atropellados en su dignidad por las inundaciones que han sufrido, y a veces exteriorizan esa violencia», destacó.
La violencia forma parte del plan de prevención que se ofrece en los refugios, además de información sobre salud sexual y reproductiva y planificación familiar por el alto índice de adolescentes que habitan en ellos.
El propósito final es el de proveer a los damnificados atención, y especialmente a los menores por ser «los más vulnerables en situaciones de catástrofes y desastres», concluyó Montorfano.
Con información de agencias