Nicaragua: La traición de los sueños

María Olga Domínguez Ogaldes / Radio Ocote Podcast y Otras Miradas

DesinfoRadio

Nicaragua: La traición de los sueños

Transcripción

Narradora: La madrugada del 9 de febrero de 2023, autobuses salieron de «El Chipote» y de «La Modelo», dos cárceles de Nicaragua. En ellos iban 222 presos políticos del régimen de Ortega. Ninguno sabía entonces hacia dónde se dirigía.  

Miguel Mendoza: Nos meten a unos buses. Íbamos, no sé, íbamos como 40 o no sé 20 más o menos no puedo calcular en cada bus. Cuando nos subimos al bus, había un policía bastante grosero, un antimotín, y hablando muy agresivo diciéndonos que nos calláramos que no habláramos.

Narradora: Él es Miguel Mendoza, periodista deportivo nicaragüense y expreso político. 

Esa madrugada iba en uno de los buses. Llegaron al aeropuerto. 

Miguel Mendoza: Ya cuando bajamos ya miro que es que estábamos al origen de la pista. Yo no había visto, ya estaba el avión, ya había funcionarios. Nos entregaron a los funcionarios de la embajada americana o del Departamento de Estado y ahí empezaron ellos a abrazarnos. A mí me preguntaron la persona que me preguntó un nombre. Yo le dije Miguel Mendoza y a medida que alegre Miguel yo conozco tu historia. Ahí nos dijeron que era para Washington que íbamos cuando yo subí las escalinatas del avión, lo hice lento, lento, lento. Era como aferrarme al último pedazo de tierra.

Narradora: El vuelo privado 379, que facilitó el gobierno de Estados Unidos, salió del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino rumbo a Washington DC. Mientras una especie de alivio llenaba la cabina del avión, en tierra, el mundo se despertaba con una noticia. Los nicaragüenses que viajaban en ese momento hacia Estados Unidos habían sido desterrados y se les había despojado su nacionalidad. 

En el avión iban opositores al régimen de Ortega, defensores de derechos humanos y también personas que alguna vez creyeron en el proyecto revolucionario sandinista, como la excomandante guerrillera Dora María Téllez, que estuvo en prisión 20 meses. 

Dora María Téllez: Yo veía eso como una lucha de resistencia cotidiana, lo que yo aguantara era mi manera de derrotarlo a ellos todos los días. Yo tengo una lista de los efectos que el régimen de aislamiento al que tuvimos todos sometidos, y la mujer a uno peor, tiene efectos tremendos trastornos de ansiedad sueño trastorno para defecar, trastornos alimenticios… para mencionar cuatro. 

Narradora: En este podcast, producido por Ocote y parte del especial «Sueños Robados: la decadencia de la tiranía en Nicaragua», impulsado por Otras Miradas, contamos  sobre cómo los Ortega Murillo se robaron los sueños de quienes creyeron en una Nicaragua libre. Con voces desde dentro y fuera de Nicaragua, ahondamos en las posiciones de las izquierdas sobre este régimen. 

Dora María Téllez no es la única persona que hace más de cuatro décadas peleó por la revolución sandinista.. 

Sergio Ramírez: No queda nada más que la nostalgia de que la revolución se perdió, de que la revolución fue un fracaso total.

Narradora: Escuchas a Sergio Ramírez. Escritor, periodista, político y vicepresidente de Ortega. Ahora, uno de los referentes de la oposición al régimen. Ramírez fue parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional, donde también militó la poeta y novelista Gioconda Belli.  

Gioconda Belli: Yo creo que en América Latina hay un enamoramiento en algunos grupos de izquierda radical por el Frente Sandinista. El Frente Sandinista heroico derrocó a la dictadura de Somoza, que pasó 10 años tratando de hacer cambios importantes en Nicaragua. El frente sandinista que está gobernando en este momento no tiene nada que ver con ese Frente Sandinista. Solamente tiene los colores, tiene los signos, tiene la verborrea y el artificio, pero es un sandinismo de mentira.

Narradora: La revolución sandinista nació en 1979. En Nicaragua se celebró el fin de la dictadura de más de 40 años de la familia Somoza cuando el tercer y último miembro de la dinastía, Anastasio Somoza Debayle, renunció. La esperanza regresó para quienes creían en una vida más allá de la dictadura. 

Los ideales que se plantearon con la revolución ponían como prioridad a poblaciones que habían sido vulneradas e ignoradas a lo largo de la historia. El Frente Sandinista buscaba la justicia social, la soberanía para el país, una reforma agraria y un programa masivo de alfabetización.

Después, el Frente Sandinista quedó al mando de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Esta junta, integrada, entre otros líderes, por Daniel Ortega, se enfrentó a la contrarrevolución conocida popularmente como «Contra», un movimiento armado financiado por Estados Unidos y formado por campesinos y líderes comunitarios que se oponían al gobierno sandinista.

La guerra interna y el bloqueo económico que Estados Unidos impuso a Nicaragua hicieron que la economía se debilitara. La moneda nicaragüense se devaluó y la hiperinflación comenzó a ser un problema. 

El gobierno sandinista se enfrentaba al descontento de la población. 

En 1990, 11 años después de la caída de Somoza, Ortega trató de adelantar las elecciones, que finalmente perdió contra Violeta Barrios de Chamorro.

El Frente Sandinista se resquebrajó. Quedó en manos de Daniel Ortega, quien ocho años después, retomó la presidencia, a través de pactos con la derecha.

A pesar de que él mismo se había opuesto a la elección del presidente Arnoldo Alemán, a quien incluso definió como “liberal-somocista”, decidió pactar con él una serie de reformas, que luego le permitirían volver a ocupar el puesto de presidente. Lo explica Néstor Arce, periodista del medio nicaragüense Divergentes, hoy en el exilio. 

Néstor Arce: ¿Cuáles son estos pactos y cuáles son estos cambios? Bueno, el techo de votos se cambió antes de 2006, que fueron las elecciones presidenciales. Tenía un candidato de elección popular, tenía que ganar con el 50% más uno de los de los votos válidos en las elecciones generales y este pacto y estas negociaciones entre el caudillo nos hicieron bajar ese techo hasta 35%, para poder ganar un puesto de elección popular como el de presidente o presidenta de Nicaragua. 

Narradora: A cambio, Ortega le aseguró que no habría más huelgas y que el Frente Sandinista dejaría de oponerse a sus políticas neoliberales. Así, a través de este tipo de alianzas, comenzó a consolidar su poder. 

Fue en ese mismo año, en 1998, cuando su hijastra Zoilamérica Narváez lo denunció. 

Zoilamérica Narváez

Narradora: Zoilamérica denunció a Daniel Ortega de haber abusado sexualmente de ella. Según dijo, el abuso había empezado cuando ella tenía 10 años. 

En una entrevista con la BBC, contó que por mucho tiempo también había sido manipulada por su madre, Rosario Murillo. Según dijo, Murillo buscaba convencerla de sentirse orgullosa de ser la hijastra de un revolucionario. 

Desde el primer momento, Daniel Ortega y Rosario Murillo negaron las acusaciones de Zoilamérica. La señalaron de mentirosa. 

El caso de Zoilamérica prescribió. Para protegerse, Ortega utilizó la inmunidad que tenía, ya que en ese momento era diputado de la Asamblea Nacional.

Tras el escándalo, Rosario Murillo fortalecería su carrera política fundamentada en la lealtad a su esposo. 

Luego de haber negado las acusaciones de su hija, Rosario Murillo comenzó a figurar más y a hacer evidente su influencia en el Frente Sandinista. Ella estuvo a cargo de la imagen y discurso de Ortega en las elecciones de 2001 y 2006. En 2017 se convertiría en su vicepresidenta. Ha sido señalada de manejar los hilos del poder desde su cargo: administra la agenda del Ejecutivo y organiza el trabajo del gabinete, los ministerios y las alcaldías. 

Aun con la carga de la acusación de abuso sexual y un Frente Sandinista quebrado, Daniel Ortega fue electo presidente, por segunda vez, en las elecciones de 2006. 

Néstor Arce: En enero de 2007, Ortega toma la posición de su cargo y, pues, empiezan algunas políticas sociales que beneficiaron a muy buena parte de la población nicaragüense. Principalmente, por programas de asistencialismo. La empresa privada y Daniel Ortega llegaron a un acuerdo de consenso y gobernabilidad en donde, pues, se respetaran las inversiones nacionales, las inversiones internacionales y ahí va avanzando un poco. Sin embargo, el Frente Sandinista siempre ha sido alérgico a las voces críticas, a la prensa independiente, a todo lo que se considere contra poder para ellos.

Narradora: Así, en 2007, Daniel Ortega y Rosario Murillo, ella como primera dama, en ese momento, llegaron al poder. Los dos se han mantenido desde entonces. Murillo como vicepresidenta desde 2017. ¿Cómo lo han logrado? 

Te cuento más después de la pausa.

*** PAUSA RADIO OCOTE***

Carlos Murillo: Es desde el momento en que él regresa al poder, que comienza a construir un sistema autoritario en donde primero controla el Poder Ejecutivo, pasa al Legislativo, al Judicial… O sea, va controlando todo el sistema político y de gobierno en Nicaragua. Eso se basa en una serie de alianzas, efectivamente. Una serie de alianzas que él logra mantener a través de un sistema de recompensas. Tiene una alianza con las fuerzas armadas, tiene una con los cuerpos policiales, una con sectores económicos, otra con sectores políticos…

Narradora: Carlos Murillo es analista costarricense de asuntos internacionales. Explica cómo Ortega y Rosario Murillo han garantizado un poder único. 

Carlos Murillo: Es un régimen autoritario sultánico. O sea, no es cualquier dictadura. Decir que es un régimen dictatorial es ponerlo al mismo nivel de las dictaduras del siglo pasado en América Latina, de dictaduras militares. Porque quien estaba en la cabeza de la dictadura era un militar. En este caso no es así. Y es sultánico porque no solo controla la parte política como hacen los regímenes dictatoriales y autoritarios normales, sino que controla todo el todo el espectro social, desde lo político, económico, social, últimamente religioso cultural. O sea es el que el sultán decide qué es lo que ocurre en Nicaragua y cómo ocurre

Narradora: Conforme cooptaban las instituciones, el descontento de la población aumentó. Néstor Arce, periodista de Divergentes, lo explica: 

Néstor Arce: En el país, entre 2007 y 2018, ha habido un sinnúmero de expresiones sociales, manifestaciones públicas que demandan terminar este régimen. Que demandan elecciones libres, transparentes, supervisadas con participación plural, la restitución del derecho a participar para los partidos políticos que deseen el derecho de postularse como aspirante a un cargo de elección popular…

Narradora: La violencia y la represión han sido pilares fundamentales para controlar a la población y para mantener el status quo. 

Alfredo Gutiérrez: El régimen se mantiene fundamentalmente por las armas. Si las armas no las tuviera el régimen, hace tiempo que no existiera el único sostén realmente sólido que tiene Daniel Ortega y sólido. Entre comillas sólido, porque mientras mantenga la cúpula que tiene actualmente dirigiendo el Ejército de Nicaragua él tiene garantizada la estabilidad del Ejército a su favor. 

Narradora: Como explica Alfredo Gutiérrez, opositor nicaragüense, desde que Daniel Ortega regresó al poder en el 2007, se encargó de afianzar lazos con las fuerzas de seguridad de Nicaragua. Aumentó los presupuestos y la formación de policías y militares.

En 2018, la Policía se constituyó en el brazo represor del régimen. En abril de ese año, la población salió a las calles para protestar primero por las reformas al seguro social, que pretendían aumentar las cuotas y crear una nueva cotización para los jubilados. Luego, en una clara oposición a la dictadura.

La Policía comenzó a usar municiones contra los manifestantes. También participaron en detenciones arbitrarias, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. La Federación Internacional por los Derechos Humanos y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos establecieron que durante esas protestas se registraron 113 ejecuciones extrajudiciales.  

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, calcula más de 300 muertes y miles de  personas heridas y detenidas.

Pero no solo la Policía ha participado en esta represión. 

También, en 2018, comenzaron a conformarse grupos paramilitares que han usado la fuerza para silenciar. Divergentes ha investigado quiénes conforman estos grupos: jóvenes de la juventud sandinista, excombatientes del Ejército Popular Sandinista, trabajadores de alcaldías de Nicaragua y un grupo de élite, dirigido por oficiales de la Policía y acuerpado por militares retirados. 

Treinta y tres de las 113 ejecuciones extrajudiciales durante las protestas están vinculadas a estos grupos paramilitares. 

La violencia del régimen también ha querido silenciar a quienes informan. La dictadura de Ortega-Murillo se ha caracterizado por intentar eliminar las voces críticas.

Néstor Arce: Muchos periodistas fuimos agredidos, golpeados, aun con las cámaras en manos, con gafetes, con chaquetas que generan prensa, muchos fueron asaltados. También los medios de comunicación confiscados y cerrados. 

Narradora: Según el medio Confidencial, a septiembre de 2022 habían sido cancelados 54 medios de comunicación en Nicaragua. Varios de estos fueron asaltados y confiscados. Entre ellos, 100% Noticias y Confidencial

Néstor Arce:  Éramos un objetivo para el régimen, para la Policía, para los paramilitares, para los simpatizantes… Golpearnos, robarnos quitarnos las cámaras asediarnos en nuestras casas, que al final, pues, como mucho ya los han dicho, más de 180 periodistas hemos salido al exilio.

Narradora: Rosario Murillo ha amenazado a periodistas con aplicarles la Ley Mordaza, una iniciativa aprobada en diciembre de 2020, que establece penas de uno a diez años contra ciudadanos que vayan contra la «seguridad del Estado». 

Los periodistas, estudiantes, defensores de derechos humanos y opositores han sido criminalizados como parte de la estrategia del régimen Ortega-Murillo. 

Decenas han sido detenidos o expuestos a tácticas como la «casa por cárcel», utilizada con algunos presos políticos. Las personas que cumplen una pena de prisión en sus viviendas no tienen acceso a la comunicación con el exterior, son fotografiados a diario por agentes de la Policía y no tienen acceso a salud, ni autorización para hablar con sus abogados. 

En febrero de 2023, el régimen de Ortega y Murillo dio un paso más para tratar de eliminar y anular a los críticos con su régimen. Les quitó su nacionalidad y sus bienes. Dora María Téllez, a quien escuchabas al inicio, fue una de ellas.

Dora María Téllez: Está toda la parte de preocupación sobre la propiedad, el borramiento de nuestro registro civil., Prácticamente desaparecimos completamente de existencia en el país. La política de daño colateral que el régimen de los Ortega seguido no solamente golpea a quienes ellos consideran están activamente en la oposición, sino que desde hace ya un tiempo importante ha estado golpeando a personas que están simplemente en los alrededores y que le sirve para establecer la condición de régimen de terror. 

Carlos Murillo: Este tipo de regímenes cada día requiere más fuerza para mantener el control. Por eso hemos visto en los últimos años cómo ha venido eliminando a ciertos actores individuales, a líderes políticos, a partidos políticos, a ONGs y así hasta que acabe con todo actor político o aspirante actor político.

Narradora: Desde el exilio en Estados Unidos, Haydee Castillo, socióloga, defensora de derechos humanos y miembro del Espacio de Diálogo para la Concertación Nacional de Nicaragua, completa la explicación de Carlos Murillo:

Haydee Castillo: Él desarticuló todo el entramado de resistencia que era el que podía hacerle ese contrapoder. Digo, lo deshabilitó en el sentido orgánico, no en el sentido, digamos, de la resistencia misma, porque el pueblo de una u otra manera en el exilio, en la cárcel, en la diáspora, ha seguido resistiendo. Para mí salir de la dictadura no es salir ni solo de la pareja dictatorial, ni de la familia Ortega Murillo ni salir solo de ese partido Frente Sandinista sino es salir del sistema que alimenta esa dictadura, en donde hay muchos actores que escudriñar.  

Narradora: El régimen no se ha sostenido solo. Ha utilizado recursos económicos para hacerlo. Gioconda Belli lo explica:

Gioconda Belli: El Frente Sandinista tiene una relación estrecha con el gran capital y con los grandes capitales fuera de Nicaragua. Recibe cantidades de préstamos internacionales y tiene alianzas muy grandes con organizaciones que explotan el oro, por ejemplo la madera, entonces es un gobierno extorsionista, que extorsiona y explota los recursos internos de Nicaragua y explota a su gente.

Narradora: Desde un inicio el discurso de Ortega y Murillo fue el del rechazo al capitalismo. Pero desde que están en el poder han acumulado más y más dinero. Para 2022, su patrimonio declarado sumaba 377 mil dólares. Además, según un reportaje de Confidencial, hay alrededor de 22 empresas privadas vinculadas a personas cercanas a la familia presidencial que aumentaron su capital cuando llegaron al poder.

Carlos Murillo: Consideran a Nicaragua de su propiedad, su gran hacienda, y que ellos son los que tienen que controlar, con algo que yo llamo la Corporación Ortega Murillo, tienen que controlar todos los negocios. 

Narradora: Silvia Adoue es experta argentina en Integración Latinoamericana y docente en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil. Es una referencia para la izquierda latinoamericana. Adoue explica cómo el discurso antiimperialista del régimen de Nicaragua en realidad encubre un saqueo en el país:

Silvia Adoue: Hay formas de colonialidad y políticas de gobierno que facilitan y que la estimulan la integración a esas cadenas de acumulación, por despojo, inclusive, que fueron muy favorecidas y organizadas por este gobierno de Ortega y Murillo.

Narradora: Un saqueo de materias primas como el oro, el camarón, el café o el cable de electricidad, que configura un sistema de enriquecimiento, que beneficia a un sector cercano a Ortega y Murillo y que tienen una meta:

Silvia Adoue: El principal gran destino de las exportaciones nicaragüenses es Estados Unidos. Y por 11 años consecutivos antes de 2018, el FMI lo felicita por cumplir con las recomendaciones, independientemente de la retórica antiimperialista. Es una cáscara, que justamente permite confundir a ese progresismo latinoamericano con un discurso que es vacío, porque no es acompañado por políticas de Estado que permitan una autonomía o independencia económica. 

Narradora: Las políticas económicas y sociales, la represión y la violencia confirmaron algo que periodistas y opositores llevaban años denunciando: el régimen de Ortega y Murillo es una dictadura. 

Aunque durante muchos años se ha definido como un proyecto de izquierdas, su discurso hace aguas. Como lo explica Gioconda Belli:

Gioconda Belli: La guerrilla sandinista era de izquierda, pero el Frente Sandinista actual no es de izquierda. Tiene un discurso de izquierda, pero actúa como una derecha fascista. No hay libertad en el país, no hay democracia, no hay lecciones. Es una dictadura absoluta. 

Narradora: Eso ha hecho que referentes de la izquierda de América Latina y de España se pronuncien en contra del régimen Ortega-Murillo.

En febrero de 2023, presidentes con un claro posicionamiento de izquierda respaldaron a los opositores que fueron despojados de su nacionalidad.

En un comunicado, Gustavo Petro, presidente de Colombia, definió las medidas en contra de la ciudadanía como “arbitrarias”. El único delito de estas personas, dijo, fue defender la democracia, el derecho a la crítica y los derechos humanos universales.

Los gobiernos de Colombia, España, Ecuador, México y Chile les ofrecieron la nacionalidad de sus países. 

Desde antes, algunos políticos de izquierda ya habían mostrado su rechazo a la dictadura de Ortega-Murillo. Este es un audio de Gabriel Boric, presidente de Chile, en el Senado de México en 2022. 

Gabriel Boric: Nosotros hemos aprendido también que cuando se violan los derechos humanos en pueblos de América Latina uno no puede callar. No podemos mirar para el lado ante los presos políticos en Nicaragua.

Narradora: Y este es Jose Mujica, expresidente de Uruguay y un referente para la izquierda latinoamericana, en 2018. Entonces se pronunció sobre lo que ocurría en Nicaragua después de las protestas. 

Jose Mujica: Siento que algo que fue un sueño, se desvía… cae en la autocracia… y entiendo que quienes ayer fueron revolucionarios perdieron el sentido que en la vida hay momentos que hay que decir me voy…

Narradora: Durante años, la izquierda latinoamericana ha criticado al régimen Ortega Murillo. En 2008 pensadores entre los que estaban Eduardo Galeano, Noam Chomsky, Salman Rushdie, Juan Gelman y Mario Benedetti, hicieron una publicación en la que respaldaban a Dora María Téllez. Ortega había decidido ilegalizar el Movimiento Renovador Sandinista, el partido que ella lideraba.

En 2021 lo que se percibía como una crítica se volvió repudio. Figuras importantes de la izquierda latinoamericana, como Lucía Topolansky y Elena Poniatowska, condenaron en un manifiesto la violencia, la corrupción y el enriquecimiento ilícito del régimen Ortega-Murillo.

Igual de críticos son algunos referentes de la izquierda en España: 

Miguel Urbán: No podemos hablar de sandinismo hoy en día en Nicaragua o sea, no hay nada que se parezca a la revolución sandinista de 1979. Ahora lo que podemos hablar es de un régimen autoritario, el de Ortega y Murillo, que lo que ha hecho ha sido revertir una idea, pervertir una propuesta política, sólo para sus intereses. Sus intereses como clan. 

Narradora: Él es Miguel Urbán, diputado del parlamento Europeo y uno de los fundadores del partido de izquierda Podemos. 

También cuestionan al régimen las personas que acompañaron en su momento el proceso revolucionario, como brigadistas, cooperantes o misioneros. Con el paso del tiempo han visto cómo los Ortega Murillo han secuestrado al país y los sueños de aquella generación

Clara Murguialday, es economista feminista. Trabajó en los comités de solidaridad con Nicaragua desde 1980 hasta 1988, donde puso especial interés en los derechos de las mujeres durante la revolución. Así define las actuaciones del régimen:

Clara Murguialday: Una política basada en el odio, en la revancha, en la venganza… Ya no miran para dónde golpean y están dispuestos a arrasar con todo arrasar con el país. Entonces quien se calla antes o es que es que es cómplice de esto, o sea, no hay ninguna razón para para no denunciar lo que está pasando, para callarse frente a lo que está pasando.

Narradora: Pareciera que Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus allegados se han ido quedando solos. Pero, ¿hay en Nicaragua una oposición que pueda liderar un cambio de rumbo?

Douglas Castro: Para mí, el primer punto es precisamente una discusión más franca, más seria más racional. Porque lo que siempre está en la discusión es el tema de la unidad. ¿Cómo se unen?, ¿por qué se unen? Pero la primera pregunta realmente, ¿qué es la unidad? decir ¿cuál es la estrategia? ¿Cómo no vimos cuáles son las diferencias y cuáles son los puntos en común? Entonces, en esa línea hay que reconocer que no todos pensamos igual, que no todos tenemos las mismas visiones estratégicas.

Narradora: Douglas Castro es miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Explica cómo algunas personas creen que la única opción contra el régimen es la lucha armada. Otros piensan que las negociaciones se podrán dar eventualmente, y un tercer grupo considera que las presiones internacionales aún podrían servir. 

El hecho de que se hayan intentado apagar los liderazgos nacionales ha dificultado la reestructuración de esta oposición. 

Este es Luis Fley, excomandante del Frente Democrático Nicaragüense: 

Luis Fley: Todos debemos llegar a una mesa con el propósito de juntarnos, cada quien manteniendo su identidad política. No pretendemos absorber a nadie porque cada quien sigue siendo lo que es, pero todos tenemos que estar con una mentalidad clara y definida de que lo que buscamos es aglutinarnos porque es una exigencia del pueblo nicaragüense, pero es una demanda de la comunidad internacional.

Douglas Castro: Entonces, la unidad tiene eso de trasfondo. Pues, ¿cuál es la estrategia? ¿Cuál es la ruta? Pues bueno, que se vaya Daniel, que no esté Daniel que haya democracia. Eso se escucha bien a nivel de consignas, en la calle, pero a nivel más operativo-político, a eso se le tiene que poner más carne y más seriedad y lo otro también es el respeto en ese tipo de discusiones,

Narradora: Según los expertos, parece que aún hay retos para conseguir aglutinar a la oposición, para conseguir un cambio. Aunque saben que no querer más una dictadura es un buen comienzo. 

El guion de este episodio lo hice yo, María Olga Domínguez Ogaldes, a partir de entrevistas realizadas por Divergentes, Despacho 505, Expediente Público, Raúl Zibechi de Desinformémonos, Danilo Albin y César Calero de Público, Gabriela Moncau, Leonardo Cardozo y Hernán Ouviña.

La edición es de Carmen Quintela  y Otras Miradas. La música original es de Isaac Hernández, quien también realizó el montaje y la producción sonora y musical. 

La ilustración es de Otras Miradas. 

«Sueños robados: la decadencia de la tiranía en Nicaragua» es un especial periodístico coordinado por Otras Miradas, con el trabajo de los medios nicaragüenses Divergentes, Expediente Público y Despacho 505; de Desinformémonos de México; de Público, en España; y de Ocote, desde Guatemala. 

Te invitamos a explorar el trabajo de estos medios para no perderte las investigaciones, las entrevistas y el análisis de la realidad de Nicaragua.

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