Monarquías petroleras: invertir en fútbol para encubrir violación a D.H (Revolución3.0,18/05/14)

REVOLUCIÓN TRES PUNTO CERO

Los Emiratos Árabes Unidos y Catar, monarquías petroleras del Golfo Pérsico, parecen estar usando la adquisición y patrocinio de equipos de fútbol europeo como parte de una campaña de relaciones públicas e imagen que les permite presentarse ante el mundo como Estados modernos e insertarse en la comunidad internacional de manera que ésta ignore la grave situación de los derechos humanos que prevalece en estos países.

Un miembro de la familia real de Abu Dhabi –uno de los siete emiratos que componen los Emiratos Árabes Unidos (EAU)–, la cual a su vez controla el gobierno nacional, es propietario del equipo de fútbol británico Manchester City desde 2008, mientras que el emir (gobernante) de Catar, Tamim bin Hamad Al Zani, posee el equipo francés Paris Saint-Germain (PSG). Además, la aerolínea estatal catarí Qatar Airways patrocina al Club Barcelona, uno de los más seguidos en todo el mundo; entre otras inversiones de las monarquías árabes en el fútbol europeo.

El periodista y experto en relaciones internacionales James M. Dorsey tiene una amplia trayectoria en la cobertura y análisis de conflictos sociales alrededor del mundo, en la que se ha distinguido por usar el fútbol como una lente para enfocar diversos fenómenos. En su reciente ensayo “Las violaciones a los derechos humanos levantan el espectro de las adquisiciones futbolísticas del Golfo como limpieza de reputación”, Dorsey plantea que los recientes casos de ciudadanos británicos detenidos en los Emiratos Árabes Unidos ha puesto en evidencia la situación de los derechos humanos en la monarquía.

De tiempo atrás, tanto Catar como los EAU enfrentan denuncias de violaciones a los derechos humanos por el trato dado a los trabajadores inmigrantes, que en el caso catarí superan ya en número a la población nativa. Como Catar quedó bajo los reflectores internacionales tras su designación como sede del Mundial 2022, en los últimos meses se ha reunido con las asociaciones de trabajadores e incluso emitió un manual de estándares para el alojamiento de los trabajadores inmigrantes.

Pero los EAU se han limitado a emitir negativas oficiales a las acusaciones de tortura y abusos. De hecho, el investigador de Human Rights Watch Nicholas McGeehan ha descrito a este país como un “agujero negro” para los derechos humanos básicos. De acuerdo con McGeehan, el Manchester City “está siendo usado como un vehículo para promover y lavar la reputación de un país que está perpetrando abusos en serie contra los derechos humanos. Eso debería ser tema de preocupación tanto para los aficionados del fútbol como para las organizaciones de derechos humanos”.

Según cita The Guardian, la compra del Manchester City le permite a Abu Dhabi “construir una imagen de relaciones públicas como un Estado dinámico y progresista que desvía la atención de lo que realmente está sucediendo en el país”, donde Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos documentaron el proceso masivo en que se condenó a largas penas de prisión a 69 personas por cargos de conspiración contra el gobierno. Los prisioneros, a quienes se les negó asistencia legal, se les incomunicó antes del juicio y se les negó el derecho de apelación, denunciaron haber sido torturados durante su detención.

Aunque hasta ahora parece tener éxito la estrategia de relaciones públicas basada en la inyección masiva de dinero en el deporte más visto del mundo, el escenario se complica con la revelación de que los abusos de que se acusa a los Emiratos Árabes Unidos no sólo han afectado a sus ciudadanos o a los migrantes pobres, sino incluso a ciudadanos británicos. Durante una visita de personal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña a detenidos por cargos relacionados con las drogas, se supo de otros dos casos de británicos torturados y obligados a firmar confesiones en árabe sin tener conocimientos de ese idioma.

Y aunque el primer ministro David Cameron ha tratado la situación de Hasnain Ali y Ahmad Zeidan con las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos, el gobierno de este país ha negado sistemáticamente los reportes de abusos y tortura, incluso cuando éstos se encuentran grabados en video, como la tortura y violación de un comerciante afgano perpetrada por Issa bin Zayed Al Nahyan, hermano del actual mandatario de Abu Dhabi, Khalifa bin Zayed Al Nahyan.

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