Para febrero de 2012 había 665 presos y presas políticos vascos -consecuencia del centenario conflicto de este pueblo ante los estados español y francés- dispersos en distintas cárceles de Euskal Herria, Francia, España, Portugal, México e Irlanda del Norte. Detrás de estos presos (vinculados o no con la organización ETA) existen miles de familiares y amigos que sufren, por extensión, las consecuencias de la política carcelaria excepcional que aplican los gobiernos, llegando muchas veces a la muerte en accidentes de tráfico al visitar a sus allegados en lugares muy lejanos a sus hogares.
Mi nombre es Marifeli Etxeandia. Trabajo en la compañía de teatro Kukubiltxo. Soy hermana del preso político Jose Miguel Etxeandia que está en prisión desde julio del 2003, cuando fue entregado por la policía mexicana a la española. En la comisaría española fue torturado y su caso fue recogido en el informe del relator contra la tortura de Naciones Unidas aunque los tribunales españoles lo desestimaran. Cumple condena de 17 años y medio.
A partir del 2003 mi vida tiene un nuevo cometido. He de ocuparme de las necesidades tanto individuales como colectivas de mi hermano y del conjunto del colectivo de presos políticos vascos. Supone un esfuerzo añadido el hacer de puente entre la prisión y la calle. Ahora mismo he de recorrer casi mil kilómetros para comunicarme con él, con cristal de por medio, 40 minutos, como consecuencia de la política de dispersión y alejamiento que se aplica desde hace más de 20 años para con los presos políticos vascos. Esta vulneración del derecho de cumplir condena en cárceles cercanas al entorno social y familiar es un castigo añadido a los presos y los familiares.
Estoy implicada en la asociación de familiares de presos Etxerat, que se ocupa de atender no solamente las necesidades de los presos sino los problemas que esta situación genera en los familiares. Pero la tarea fundamental de Etxerat es la reivindicación de los derechos básicos de los presos políticos, acercar a los ojos de la sociedad la realidad de las y los presos políticos vascos que se encuentran dispersos en las prisiones de los Estados español y francés.
Al colectivo de presos políticos vascos se le aplica una política penitenciaria especial y diferenciada, y ejemplos de esto son la política de dispersión y las situaciones de excepción que se han multiplicado durante la última década, mantener en prisión a quienes han cumplido su condena, no liberar a las y los presos políticos gravemente enfermos, la desaparición de la libertad condicional o que apenas se aplique la libertad provisional, el aislamiento o el chantaje constante; el ofrecimiento de beneficios a cambio del arrepentimiento y en caso de negarse ser castigado con medidas absolutamente crueles: aislamiento, soledad, alejamientos, traslados absolutamente arbitrarios, ataques, golpes…
Creemos que la actual política penitenciaria, basada en la excepcionalidad, debe variar de raíz y situarse en claves de la resolución del conflicto político vasco. En ese sentido, es imprescindible que las situaciones más extremas que padecen las y los presos políticos vascos sean desactivadas. Además, las y los presos políticos vascos, con todos sus derechos individuales y colectivos, deben de ser agrupados en Euskal Herria para posibilitar que participen activamente en el proceso de resolución del conflicto que vive nuestro pueblo.
En el proceso de resolución del conflicto será́ necesario ir superando las consecuencias del mismo, posibilitando así el regreso de presas, presos, exiliadas y exiliados a casa. El proceso de resolución del conflicto también es el proceso de la amnistía.
Creo que el nuevo ciclo político abierto en Euskal Herria va a dar sus frutos y que más tarde que pronto el gobierno español y el francés tendrán que dar pasos en esta dirección, tal y como lo reclama la mayoría social vasca y las personalidades internacionales implicadas en la resolución del conflicto político vasco.
Publicado el 19 de Marzo de 2012
estamos con el pueblo Y LA LUCHA ETARRA
La dispesión es una lacra impuesta a los familiares. saben que no vamos a dejar de visitarlos.
un abrazo a todos los familiares.
dispertsiorik ez