En México existe un rezago en el sistema educativo nacional, sustentado en el hacer sobre el saber, que trae como resultado una nula promoción dentro de las aulas de las ciencias, investigación e innovación, señaló el maestro Jorge Meza Aguilar, titular de la Dirección General de Vinculación Universitaria de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Si bien la experiencia internacional demuestra que invertir en actividades de ciencia, tecnología e innovación promueve el desarrollo a largo plazo, en este rubro nuestro país se ubica por debajo de Brasil, Panamá y Uruguay, pues en la República Mexicana se destina un 0.54 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación y desarrollo, cuando el promedio de inversión en Latinoamérica es del 0.8% por ciento del PIB.
Dentro de un contexto nacional enmarcado por una crisis de inseguridad, violencia e inestabilidad social la investigación aplicada e innovación tecnológica permanecen estancadas al no ser consideradas temas prioritarios a corto plazo, agregó Meza durante su participación en Tranzado el rumbo. Proceso de reflexión crítica de la realidad, realizado en la IBERO.
Al abundar sobre el tema Innovación y tecnología, Meza dijo que en México se han desarrollado procesos de intervención en el corto plazo sin continuidad, consistencia y el seguimiento necesario que permita una construcción, consolidación y uso de las capacidades de la ciencia, tecnología y la innovación.
El desempeño del sistema de ciencia, tecnología e innovación en México contrasta significativamente con el peso relativo que por nuestra geografía, población y economía tenemos en el concierto global, en donde nos ubicamos en el puesto 61 en competitividad y 71 en materia de desarrollo humano (de acuerdo con el Global Competitiveness Index 2014-2015 y el Índice de Desarrollo Humano 2014).
Para destacar el contraste en el desarrollo científico en países del primer mundo y nuestra región hispanoparlante mencionó que de acuerdo con cifras del Banco Mundial, mientras que Corea del sur cuenta con cinco mil 451 investigadores por cada millón de habitantes, en América Latina sólo hay 560 por cada millón.
En el caso específico de México el financiamiento a proyectos de investigación y desarrollo por parte de agentes externos es extremadamente reducido ya que únicamente existe un gran patrocinador a nivel nacional, y es de carácter público, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Y aunque las empresas son los principales agentes de innovación, ésta actividad se ha delimitado a las grandes compañías, la mayoría transnacionales, y en ramas industriales específicas; lo cual se refleja en una limitada adopción de tecnología dentro de las pequeñas y medianas empresas (pymes).
con información de la Universidad Iberoamericana