México obtiene el deshonroso segundo lugar del país más impune del mundo. La corrupción, la crisis en derechos humanos y la falta de garantías judiciales hacen que México se ubique por encima de países como Colombia, que tiene un conflicto armado de más de cincuenta años.
Estos rankings no incluyen los crímenes de Estado como indicadores del nivel de impunidad. Casos como los feminicidios en Ciudad Juárez, las masacres del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, Tlatlaya, Apatzingán o Ayotzinapa, entre muchos otros, no están incluidos en el estudio y sin embargo, México ocupa el segundo lugar en impunidad según el estudio realizado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Los países con más indices más altos de impunidad son Filipinas, México y Colombia de Cincuenta y nueve países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que forman parte del estudio de la UDLAP sobre índices de impunidad, basados en los sistemas de seguridad, justicia y derechos humanos.
El sistema judicial en México, ha hecho que casi la mitad de los encarcelados en el país estén a la espera de una sentencia que corrobore los autos de formal prisión.
El gobierno mexicano ha usado la estrategia de la militarización para intentar dar respuestas positivas ante la crisis de derechos humanos. Uno de sus planes fue aumentar el número de elementos policiacos, superando el promedio de muchos países y disponiendo de 355 policías y sólo cuatro jueces por cada cien mil habitantes, cuando el promedio internacional es de 17 jueces.
La corrupción de las instituciones mexicanas y la violencia son los efectos de la impunidad, pues el sistema de gobierno ha creado las condiciones para permitir que la impunidad esté por encima de la justicia.