Las mujeres pelean contra el acoso sexual en la calle

Paromita Pain Traducción: Clayton Conn

Estados Unidos. ¿Qué esperas de una crema hidratante hecha por una empresa reconocida por su uso de productos naturales? Un buen cuidado de la piel y mercancía éticamente producida, para empezar. Pero Burts Bees Vanilla Flame Body Butter promete más. Su eslogan dice: «Sumérjase en la seducción hidratante de la manteca de karité y disfrute el aroma de vainilla y leche de arroz. Y espere a que los piropos comiencen».

El acoso sexual en la calle, comúnmente conocida como catcalling, es la forma más común de violencia de género a nivel mundial. La clienta Colleen Kiphart reflexionó sobre la publicidad de Burts Bess por meses antes de decidirse a hablar. Luego, Kiphart se reunió con la organización contra el acoso callejero Hollaback! para exigir que Burts Bees se disculpe y acabe inmediatamente con esa publicidad. La campaña atrajo la atención internacional y, por supuesto, Burts Bees retiró los anuncios.

Para Kiphart, unir fuerzas con Hollaback! fue una decisión fácil. Fortalecido por sus voluntarios, el grupo se convirtió en un movimiento mundial dedicado a erradicar el acoso callejero utilizando la tecnología móvil. Recopilan historias y fotos de las mujeres y las personas Lesbianas, Gays, Transgénero y Queer (LGBTQ), y las comparten de forma segura a través de aplicaciones de celular móvil. Hollaback! es una iniciativa única para poner fin al hostigamiento en la calle.

Los usuarios pueden publicar en un blog acerca de sus experiencias de acoso y obtener el apoyo de cientos de otros usuarios que enfrentan problemas similares. O bien, con el último iPhone, iHollaback y aplicaciones de Droid, los casos de acoso pueden ser reportados al blog de ??inmediato.

«Los usuarios de la aplicación en la ciudad de Nueva York tienen la opción de mandar su historia directamente al concejal en el distrito en el que fueron acosados ??a través de un programa llamado councilstat», que sirve como una base de datos del gobierno para realizar un seguimiento de los problemas de los ciudadanos, explica el asociado del programa  Hollaback!, Jae Cameron.

Diálogo contra el acoso

Hollaback! surgió en 2005 cuando su fundador, Emily May, y un grupo de amigos descubrieron qué tan común es acoso callejero en la ciudad de Nueva York. «Los chiflidos, abucheos y sugerencias desagradables nos hicieron sentir cómo las calles no nos pertenecen a las mujeres», dice May, co-fundador y directora ejecutiva de la organización.

«Quisimos apoyar a las mujeres, compartir historias y demostrar que nadie está solo en esto», señala. «En ese momento, apoyar a la gente a través del Internet no era lo que es hoy, pero nos pareció que era una buena manera de empezar».

Difundido a través de blogs y de boca a boca, Hollaback! comenzó a recibir historias de todo Estados Unidos y más allá. Fue entonces cuando se May dio cuenta que el acoso callejero es una epidemia internacional,  y ayudó al crecimiento de la organización con el fin de enfrentarla. Hollaback! ahora está activo en 71 ciudades y 24 países, con miembros del grupo que hablan más de 14 idiomas diferentes. Voluntarios y activistas se animan para empezar grupos en sus ciudades.

En diciembre de 2013, Hollaback! lanzó 14 sitios a nivel internacional, cada uno dirigido por un equipo de activistas locales que se comprometieron a trabajar tanto dentro como fuera de línea para poner fin al hostigamiento callejero en sus comunidades. La financiación procedente de donaciones privadas y organizaciones filantrópicas ha permitido May y otros dos empleados tener un salario.

«Con el lanzamiento de cada nuevo sitio, enviamos un fuerte mensaje de que el acoso callejero es un problema que podemos y vamos a terminar en conjunto», declara el  subdirector de Hollaback!, Debjani Roy. El grupo organiza a las comunidades mediante actividades de promoción, asociaciones y también la acción directa. Los voluntarios y activistas visitan las escuelas para hablar con los jóvenes sobre el acoso callejero y cómo pueden trabajar para detenerlo.

Chelle Mille, dirigente del grupo de Hollaback! en Corea, explica que la organización invita a todos a unirse. «Necesitamos espacios seguros para hablar del problema, por lo que damos la bienvenida a personas de todos los géneros, orientaciones sexuales y pasados para compartir su historia».

Batear los efectos negativos

A nivel internacional, los estudios muestran que más del 70 por ciento de las mujeres sufre acoso en la calle en algún momento de sus vidas. Comentarios, manoseos, exhibicionismo y asalto son una realidad global diaria para las mujeres y las personas LGBT.

«El acoso callejero rara vez se denuncia, y en algunas culturas a menudo es aceptado como una norma, una especie de ‘precio que se paga’ por ser mujer o por ser gay», valora May. «En diferentes países, el manoseo se asume en diferentes grados, pero sus efectos pueden ser devastadores».

Los impactos a largo plazo del acoso sexual en la calle son la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés post-traumático. En ihollaback.org, las víctimas reportan ausentismo escolar, y cambio de trabajo o casa para evitar la exposición. De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades, «las experiencias sexuales sin contacto no deseadas», incluyendo el acoso callejero, son las formas más frecuentes de violencia sexual tanto para hombres como para mujeres en los Estados Unidos.

Para muchos participantes, registrar experiencias en el sitio de Hollaback! es catártico. Khus, colaboradora de Hollaback! Mumbai, relata: «Yo estaba caminando con mi padre, esperando para cruzar la calle, y un hombre caminó casualmente por delante de nosotros y frotó su codo contra mis pechos. Yo siento que fue intencional, pero le resté importancia por si fuera un accidente. Me sentí muy avergonzada cuando ya lo hizo tan tranquilamente que no supe qué hacer, y no creo que mi papá se diera cuenta porque fue muy rápido, pero como 10 segundos más tarde, ¡pasó otra vez y lo hizo de nuevo!»

Otra participante señaló que Hollaback! es el único lugar donde puede hablar de sus sentimientos de disgusto y encontrar comprensión. Una chica más manifestó que estaba cansada de que su madre le dijera que debe ocultar esas experiencias.

Y no se trata sólo de mujeres. «Cualquiera que sea serio acerca de la prevención de acoso en la calle puede unirse», invita May. «Queremos que los hombres sean parte de la solución también».

Publicado el 23 de diciembre de 2013

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