Según datos preliminares del Censo Agropecuario, solo el 18 % de las explotaciones en Mendoza son administradas por mujeres. Referentes de tres organizaciones aseguran que la cifra no representa lo que pasa en el campo.
Los datos preliminares del Censo Nacional Agropecuario 2018 muestran que las mujeres administran el 18 % de las explotaciones agropecuarias en Mendoza, mientras el resto está a cargo de varones. Sin embargo, desde distintas organizaciones aseguran que la cifra no es real y que es una muestra más de la invisibilización de la tarea de las mujeres puertas adentro de la finca.
El género de quien administra las unidades productivas fue uno de los aspectos incluidos en el cuestionario del Censo Nacional Agropecuario 2018. A estos datos se sumaron otros referidos a la posesión y tenencia de la tierra, al registro de cultivos, a la producción animal y a los residentes y trabajadores de estos espacios productivos, entre otras consultas.
Resultados preliminares
De acuerdo a los resultados preliminares del censo, en Argentina existen 250.881 explotaciones agropecuarias (de las cuales 21 178 se encuentran en Mendoza), con una superficie total de 157.423.932,1 hectáreas, de las cuales 6.008.851,1 corresponden a la Provincia.
A nivel nacional, se determinó que de 211.928 explotaciones conducidas por el tipo jurídico personas humanas (es decir, no por una asociación, organización, cooperativa, etc), 43.339 son administradas por productoras mujeres, que en términos porcentuales representan el 20 % del total. Por otro lado, se observa que 164.850 están conducidas por varones, es decir el 78 % del total.
Los porcentajes sobre quien administra la propiedad se mantienen en la Provincia respecto de la Nación. Aquí, de un total de 18.034 explotaciones, se determinó que 3.387 son administradas por mujeres, lo que representa el 18 % del total. En tanto, 14 245 están conducidas por varones, lo que arroja una participación porcentual del 78 %.
Sin embargo, para referentes de distintas organizaciones productivas de Mendoza, el dato sobre quien toma las decisiones en las explotaciones no se condice con la realidad que se vive en el campo y es una muestra más de la invisibilidad de las tareas femeninas en el sector rural.
Sin perspectiva de género
Mariana Díaz Valentín, integrante de la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST) y del colectivo de género que tiene la organización, compartió su mirada crítica sobre distintos instrumentos de medición censal porque entiende que carecen de perspectiva de género y que replican la brecha que existe en las zonas rurales.
Para Díaz Valentín, en algunos casos no existe una capacitación adecuada del censista, por lo puede tomar como administrador de una explotación a quien es la figura jurídica o el propietario, pero eso no significa que esa persona tome las decisiones administrativas y productivas en ese espacio.
La productora aseguró que la mirada femenina queda muchas veces relegada tanto en las estadísticas como en las políticas públicas, en este último caso porque son genéricas y sin una mirada específica de la realidad rural. Explicó que en estos espacios las mujeres tienen doble y triple jornada de trabajo, ya que no solo están a cargo de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos, sino también del trabajo directo de la tierra y las decisiones respecto de la producción.
Más allá de no conocer en detalle los datos del censo, Alejandrina Zotelo, integrante de la organización Crece desde el Pie del Valle de Uco, aseguró que existe una gran invisibilización del trabajo de las mujeres campesinas y que, pese a algunos intentos de políticas públicas aisladas, la situación no se modificó en los últimos años.
Zotelo explicó que en la organización, que reúne a unas 80 familias productoras, la mayoría de las mujeres trabaja la tierra y toma decisiones respecto de la producción, pero, sin embargo, en muchos aspectos el varón sigue teniendo un lugar preponderante. Dio ejemplos: los bienes materiales suelen estar a su nombre, tiene un lugar en las mesas de diálogo provincial y también es relevante su participación cuando se trata de brindar líneas de crédito.
La productora comentó que, pese a esta realidad, son las mujeres las que se organizan cada vez más en cooperativas de trabajo productivo, lo que les permite cultivar, elaborar y vender los productos que generan.
Para Malvina Luera, coordinadora de la Asociación de Pequeños Productores de Cuyo, los datos estadísticos simplemente no se condicen con la realidad que ve a diario en el campo. Comentó que las mujeres trabajan y deciden a la par de los varones respecto del tema productivo y que tienen un conocimiento profundo de las prácticas de cultivo.
La integrante de esta asociación, que trabaja hace 12 años en zonas de Maipú, San Martín y Junín, expresó que en los últimos años no se abrieron espacios que impulsen la equidad en el ámbito rural. Aseguró que no se llama a la mujer campesina a opinar en ámbitos públicos o privados de toma de decisiones, sino que ahí los referentes siguen siendo varones y que lo mismo pasa con las políticas de crédito, cuyo destinario siempre es el varón.
Para Luera, es necesario cambiar estas prácticas, por lo que desde la organización propusieron que las comunas abran espacios de diálogo con las mujeres campesinas. Al mismo tiempo, celebró que a nivel nacional exista un Ministerio de las Mujeres que se ocupe de esta temática.
Fuente: Universidad UnCuyo