#AccionGlobal

21 de marzo de 2017, en distintos lugares de Nuestra América, Canadá, Estados Unidos y Europa, distintas personas, estudiantes, colectivos, migrantes guatemaltecos, organizaciones de mujeres, derechos humanos y populares llegaron a las sedes de las embajadas de Guatemala para demandar justicia por la masacre de 40 niñas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción el 8 de marzo.

La indignación por una de las más terribles masacres de posguerra cometidas por el Estado guatemalteco en la historia del país en contra de las niñas se universalizó durante las siguientes horas después de consumarse el incendio en una de las aulas del Hogar Seguro. Por lo menos 19 niñas habían muerto en el lugar.

Solo 14 días han transcurrido desde la masacre. Finalmente, con el trabajo permanente de varias voluntarias en el Inacif logramos publicar el listado de las 39 niñas que murieron a consecuencia del incendio; una niña más permanece en la morgue del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y aún no se ha logrado identificar. En total son 40 las niñas masacradas por el Estado. Sobre el estado de salud de las nueve que fueron trasladadas a Estados Unidos se conoce poco, lo mismo pasa con la totalidad de niñas y niños que salieron del Hogar Seguro el día de la masacre: su situación sigue siendo incierta, las instituciones estatales siguen reteniendo la información.

A 336 horas de la masacre, los autores materiales e intelectuales aún siguen en la impunidad.

La plaza

Las mujeres en distintos países de Nuestra América convocaron a una acción global por #LasNiñasDeGuatemala para este lunes 21 de marzo a partir de las seis de la tarde. La diferencia de horarios fue adelantando al nuestro las primeras imágenes de los plantones frente a las embajadas o en distintas plazas, en las ciudades de Roma, por ejemplo, Madrid, Quebec y de forma simultánea en San Cristóbal de las Casas, Honduras, Nicaragua, El Salvador; en Guatemala: Cubulco, Baja Verapaz, Cobán, Alta Verapaz, Quetzaltenango, Petén, San Juan Sacatepéquez y en el Parque Central.

El calor casi insoportable que hace durante el día al entrar la tarde se desvaneció, el viento comenzó a soplar con fuerza, la temperatura a las seis de la tarde comenzó a bajar. En el Parque Central de la ciudad capital de Guatemala, el clima estaba completamente fresco, sobre el piso las luces de las velas iluminaban como pequeños enjambres de luciérnagas.

La gente se autoconvocó a la plaza, de norte a sur. Sobre el parque, decenas de personas se fueron reuniendo, llevaron consigo velas, pino, flores, peluches, juguetes, cartas, incienso. En carteles impresos colocaron los nombres de las niñas, en el extremo sur del largo memorial que se colocó desde el 8 de marzo, continúa el fuego ceremonial. El 21 de marzo es un día importante desde la cosmovisión del pueblo maya, es el Waxakib’ B’atz’, el cambió de un nuevo ciclo de 260 días del calendario lunar.

Las niñas no estuvieron solas, la gente sigue exigiendo justicia por ellas. En las plazas, sus nombres comienzan a decirse, se les está nombrando al fin, con su identidad, con sus rostros, dejaron de ser un dato frío, una estadística y junto a sus familias y la solidaridad de muchas personas, se sigue exigiendo, denunciado y reclamando por justicia.

El intento fallido por desvanecer la masacre

Mientras en distintos lugares del planeta se exige y se reclama justicia para las niñas masacradas, el gobierno de Jimmy Morales, ministros, asesores y achichincles no escatiman esfuerzos ni recursos para intentar desvanecer el impacto de la masacre. Frente al impacto social nacional e internacional que provocó el asesinato de las 40 niñas, buscan dispersar la atención, poner punto final y que ya no se hable de la masacre. A los 11 días en la correccional para menores Etapa II se protagonizó un amotinamiento, para intentar captar la atención, con otro resultado mortal. ¿Por qué el motín en la correccional de menores y no las otras cárceles?

Cuatro monitores (custodios armados) muertos. Mediáticamente intentan posicionar a los menores de edad involucrados en las pandillas como el centro de atención, les resulta fácil con tanta estigmatización y porque han delinquido. Los trabajadores de los call centers gubernamentales y empresariales buscan revertir la injusticia del 8 de marzo, se intenta exacerbar el odio hacia las maras, hacia los jóvenes, hacia las niñas.

El domingo 19 de marzo por la noche, en una operación militar, los pandilleros realizaron ataques simultáneos a distintas comisarías de la Policía Nacional Civil (PNC). Nuevamente hubo costos humanos: tres agentes, entre ellos una mujer, han sido asesinados. ¿En dónde está el trabajo de inteligencia y prevención de las fuerzas de seguridad?

En El Faro se publicó en 2016 que las maras en El Salvador por ejemplo, responden a las directrices de la extrema derecha[1], del partido Arena, o por lo menos negocian, en Guatemala la realidad no podría estar alejada del caso salvadoreño. ¿Acaso las maras y los poderes económicos no se coordinan entre sí?

El Gobierno intenta revertir el impacto de la masacre de las 40 niñas. Tuvieron durante todo un día la cobertura de los medios de comunicación, el Presidente se aprende el discurso, lo colocan frente a los medios de comunicación y finalmente, el show comienza. Pasadas las horas, buscan colocar a la PNC como víctima de las pandillas (jóvenes), buscan a través del terror que la población reaccione y criminalice a las niñas del Hogar Seguro. Pero nadie olvida que por lo menos seis agentes de esta institución estuvieron dentro del Hogar Seguro cuando se realizó el incendio y que otro contingente de fuerzas especiales estuvo afuera del Hogar y no hicieron nada por auxiliar a las niñas. ¿Quién dio la orden?

Luego del mediodía las acciones y la opinión pública en las redes sociales fue desplazando los ataques de las pandillas, el amarillismo de los medios tradicionales y corporativos, la tendencia de la masacre de las niñas se posicionó nuevamente #FueElEstado #NosFaltan40, la gente sigue llegando a las plazas.

¿Qué otro escenario mediático irán a lanzar?

[1] El Faro. Arena prometió a las pandillas una nueva tregua si ganaba la presidencia. 11 de marzo 2016. https://www.youtube.com/watch?v=qpgnEV2uFiY

Días después de la masacre

Las voces de reclamo y denuncia acompañaron la agonía y la rabia de cientos de padres y madres que corrieron al municipio de San José Pínula ese 8 de marzo para buscar a sus hijas, las niñas estaban hacinadas en un centro con capacidad para 400, sobrepoblado con más de 520 de ellas. Este Hogar Seguro está bajo la administración de la Secretaria de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), un día antes del 8 de marzo, las niñas denunciaron que eran víctimas de una estructura criminal de trata, tortura, violaciones sexuales, y amenazas.

Toda la responsabilidad recae directamente en un Jimmy Morales, un presidente sin respaldo popular, ausente de cualquier toma de decisión gubernamental. El Ministerio Público (MP), realizó únicamente tres capturas: Carlos Antonio Rodas Mejía, exsecretario de (SBS); Anahy Keller Zabala, ex subsecretaria de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia, y Santos Torres Ramírez, exdirector del Hogar Seguro “Virgen de la Asunción.”

De la masacre transcurrieron ya catorce días y solamente están bajo prisión preventiva tres funcionarios públicos. La investigación continúa en el MP, la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) está apoyando en la misma.

Siguen habiendo muchas dudas sobre este crimen de Estado, las familias poco a poco se van querellando en el proceso penal que recién fue abierto contra estos primeros funcionarios públicos. Con seguridad no serán los únicos que irán a prisión preventiva y luego a juicio. Hay varias sindicaciones contra otros funcionarios e instituciones, por ejemplo: la Procuraduría General de la Nación (PGN), la Oficina de Prevención contra la Tortura (OPT), el Ministerio de Gobernación, la Policía Nacional Civil (PNC).

¿Quiénes están detrás de la estructura criminal que operaba desde el Hogar Seguro?

El daño ya es irreparable, el Presiente se niega a renunciar. Para las 40 niñas que ya no están, para sus familias y para la sociedad, será un camino largo para lograr justicia, en una Guatemala tan adversa.

Mientras tanto en la plaza el viento sigue soplando, la solidaridad y la indignación crecen.