Foto: Una niña palestina en el refugio improvisado creado por su familia en las ruinas de una escuela de la Unrwa en en el norte de Gaza. (Unrwa)
No es la primera vez ni será la última: el Estado de Israel ha utilizado en la ofensiva contra Gaza iniciada el 7 de octubre de 2023 el suministro de agua como “arma de guerra”. Los ataques han generado una “destrucción generalizada” de las infraestructuras desalinizadoras y de saneamiento, mientras que las “restricciones significativas” en el suministro de agua a través la empresa pública israelí Mekorot han dejado a más de dos millones de personas al límite de la supervivencia. En la ciudad de Gaza, ocho de cada diez pozos de agua y todas las plantas desalinizadoras de la ciudad de Gaza han sido destruidas, algo que ha dejado a la ciudad casi sin acceso al agua potable.
El informe Water War Crimes (Crímenes de guerra de agua), hecho público este 18 de julio por Oxfam Intermón, confirma que los ataques y las restricciones han dejado a cada gazatí con un suministro de 4,74 litros por persona por día, apenas una descarga de una cisterna de váter, menos de la tercera parte de la cantidad mínima recomendada en situaciones de emergencia.
Los ataques y las restricciones han dejado a cada gazatí con un suministro de 4,74 litros de agua por persona, apenas una descarga de cisterna de váter, tres veces menos que el mínimo para la supervivencia
Los ataques israelíes, sostiene el informe, han destruido cinco instalaciones de agua y saneamiento en Gaza cada tres días desde el inicio de la masacre. A las consecuencias derivadas de la destrucción de las instalaciones se suma la reducción en un 78% del suministro de la compañía nacional de aguas de Israel (Mekorot).
La destrucción del 70% de las bombas de aguas residuales y todas las plantas de tratamiento de aguas negras, así como todos los laboratorios de análisis de la calidad del agua de la Franja, aumentan el riesgo a contraer enfermedades infecciosas, según Oxfam.
La orden emitida por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en la que exigía que mejorara de forma inmediata el acceso al agua y a la ayuda humanitaria ha sido desoída, según declaró Lama Abdul Samad, especialista en Agua y Saneamiento de Oxfam Intermón, para quien no es ninguna novedad que Israel aplique “castigos colectivos” y utilice el hambre y la sed como “arma de guerra”. Una situación que ya está generando “víctimas mortales”.
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