El Tribunal Supremo indio ha anulado una sentencia del Tribunal Superior de Nueva Delhi que legalizó la homosexualidad en 2009, al considerarla «constitucionalmente insostenible», y ha afirmado que el Parlamento puede considerar la opción de enmendar el Código Penal.
«Es muy regresivo. No tiene sentido», ha dicho a la prensa local Anjali Gopalan, directora de la ONG Fundación Naz, que en 2001 inició el proceso judicial contra la penalización de la homosexualidad y que ha anunciado que recurrirá la sentencia del Supremo.
El máximo organismo judicial de Nueva Delhi dictaminó hace cuatro años que el artículo 377 del Código Penal violaba varios artículos de la Constitución al penalizar los actos sexuales consentidos entre adultos.
Este artículo, una ley británica de 148 años de antigüedad, que data de la época victoriana, considera ilegal «las relaciones carnales contra el orden de la naturaleza» -entre ellas las homosexuales, y las pena con hasta 10 años de prisión.
Tras la legalización, varios grupos religiosos y sociales, como la Alianza de Iglesias Apostólicas, el Consejo Cristiano de Utkal, el Consejo de la Ley de Musulmanes de la India y líderes del hinduista Bharatiya Janata Party, recurrieron la sentencia ante el Supremo.
El gurú Baba Ramdev ha celebrado el veredicto y se ha ofrecido a «curar» a los homosexuales en su ashram durante una rueda de prensa en Nueva Delhi.
«Si nuestros padres hubiesen sido homosexuales, entonces nosotros no habríamos nacido. Por lo tanto, es contra natura», ha razonado el maestro hinduista.
Activistas homosexuales, organizaciones de derechos humanos y reputadas personalidades han respondido con dureza a la decisión judicial.
«Que os jodan»
«Querido Tribunal Supremo, de acuerdo con vuestras leyes la violación dentro del matrimonio es legal, pero el sexo consensuado gay no. Que os jodan», ha dicho en su cuenta de Twitter la activista y poeta Meena Kandasamy.
El prestigioso historiador Ramachandra Guha ha afirmado también en Twitter que la decisión «es un paso atrás hacia el barbarismo y el medievo».
Amnistía Internacional ha escrito en su cuenta de esta red social que «la decisión del Tribunal Supremo hace retroceder a la India muchos años en su compromiso con la protección de las libertades básicas».
La comunidad LGTB de Nueva Delhi planeaba una manifestación contra el veredicto, pero la Policía les ha negado el permiso, de acuerdo con el activista por los derecho de los homosexuales Ashok Row Kavi.
«La Policía nos ha dicho que cualquiera que proteste contra la sentencia del Tribunal Supremo será arrestado», según recoge el diario digital Firstpost.
«Pero nadie va a volver al armario… Protestaremos esta tarde con banderas negras», ha dicho el activista.
En manos del Gobierno
En su fallo, el Supremo afirma que «la Legislatura debe estudiar la conveniencia de eliminar la sección 377 del Código Penal indio», con lo que deja en manos del Gobierno la situación de la comunidad homosexual.
El ministro de Justicia, Kapil Sibal, ha dicho tras la conocerse la decisión que «el Tribunal Supremo es el arbitro final y tiene que ser respetado por el Gobierno».
Ante la pregunta de si la Legislatura enmendará el Código final, el ministro ha afirmado en la televisión NDTV que «si el Parlamento celebra sesiones trataremos las cuestión».
Pero parece improbable que el Gobierno del Partido del Congreso, en horas bajas, trate de enmendar el Código Penal para legalizar las relaciones entre personas del mismo sexo meses antes de las elecciones generales del próximo año.
Tras el restablecimiento de la penalización en la India, Nepal es ahora el único país del Sur de Asia donde las relaciones sexuales entre homosexuales son legales.