Enfocando

Luis Jorge Gallegos

Impunidad, corrupción y misoginia

Ser periodista, fotoperiodista o trabajar con la información en un país como México, un país desbordado en la impunidad, la corrupción y el cinismo se vuelve complicado desarrollar la profesión, generar aportaciones a la sociedad, registrar y dar testimonio del complejo entorno que nos toca vivir generacionalmente.

Esbozando el entramado mundo del periodismo nos encontramos con el desdén empresarial como principio, donde se desprende la inestabilidad económica y laboral, la falta de espacios para publicar, mismos que se van cerrando para dar cabida a la publicidad y compromisos adquiridos entrelazados con la llamada “línea editorial”, actos que desmotivan la generación de propuestas informativas de mayor envergadura, aunado a la falta de tiempo para realizarlas por la cantidad de fuentes o eventos a cubrir cotidianamente, lo que genera frustraciones profesionales y personales al no tener reconocimiento de ninguna índole. Los salarios en el 99% de los medios de comunicación son más que miserables. Todo lo anterior genera un ambiente poco propicio para despegar y cubrir una necesidad y un derecho a informar y estar informado.

En el ámbito público es más complejo debido que hoy por hoy, efectivamente te va la vida en ello. En los eventos “públicos” organizados por instituciones oficiales u organismos públicos o movimientos sociales, te restringen los espacios físicos y la información con la que debes trabajar. Todos se convierten en censores y el nivel de imposición que ejercen lleva a cerrar espacios, creatividad, libertad que al final se pagan costos más allá del evento mismo, de la coyuntura o el momento en cuestión. Esa actitud “simplista” provoca la cerrazón y el control momentáneo pero al ser constante, se vuelve permanente, por lo tanto se vuelve costumbre y al final perdemos todos. Es decir, vivimos en un sistema de cobertura informativa autoritario, generado por los organizadores de los eventos y avalado, hasta aplaudido por las empresas de los medios de comunicación, debido a que, los que arriesgan, no sólo la parte física, sino la vida misma, son aquellos que las circunstancias han convertido en mensajeros de la información (reporteros, fotógrafos, camarógrafos), esa etiqueta que no pretende ser despectiva, genera al final una sociedad mal informada, con costos que ayudan a la simulación desde cualquier circulo de poder, sobre cambios sociales o políticos, engañando sistemáticamente a propios y extraños y nadie asumirá responsabilidad histórica y todos señalaran a otro lado.

Todo lo anterior sin contemplar el nivel de violencia e intimidación que se ejerce con toda arbitrariedad. Ejemplos tenemos varios cotidianamente. Se juega a “Río revuelto, ganancia de pescadores”, juego que nos pone al límite de un barranco, de un callejón sin salida. Lo ocurrido a Gloria Muñoz Ramírez, directora de Desinformémonos y columnista de La Jornada o a Anabel Hernández, periodista de Proceso, de quienes fueron allanadas sus casas, sus espacios más íntimos y personales, hecho que clara y desgraciadamente agrega elementos de misoginia, hechos perversos, de mentes pervertidas, actos lastimosos para quienes lo viven y terriblemente indignantes para el conjunto de la sociedad, porque con ello retrocedemos como género humano, porque esos hechos nos colocan en un punto básico del entendimiento y la razón, imponiéndose la intolerancia profunda de quienes se creen con derecho a sobajar, intimidar o lastimar a otro ser humano, pareciera que todo va en contra de ejercer su profesión en libertad, que todo estuviera en contra, arriesgando la vida misma, apoyada esa impunidad por un sistema de partidos y un gobierno ausente y en ocasiones motivante de la violencia, incapaz de realizar tareas fundamentales de proteger y garantizar los derechos de sus ciudadanos, sin importar actividad profesional o cívica, todos salimos, pero no sabemos si regresamos a casa o al regresar te encuentras que la allanaron.

Homenaje a dos compañeros, dos amigos

El 12 de octubre murió Jorge Pliego Guzmán, el 12 de noviembre muere Juan Lorenzo Jaime de la Torre, dos compañeros, dos camarógrafos, dos profesionales, dos historias, dos excelentes seres humanos.

El primero hizo su trayectoria en Televisa, el segundo en varios medios, en el último fue PCTV.

Ambos muy jóvenes, con proyectos, con sueños profesionales, personales y familiares.

Les mandamos un abrazo dónde quiera que estén y dónde estén harán reír y pasarla padre a los que se topen con ustedes en su nuevo andar, igual que lo hicieron por su paso con tantas personas que tuvimos la fortuna de conocerlos en estos caminos.

Sin título

Correo: luisjorge17agosto@gmail.com

2 Respuestas a “Nueva etapa Desinformémonos”

  1. Ramon Benitez

    «Sin embargo, la diferencia de esta propuesta radica en generar la inquietud y la invitación al público de Desinformémonos a que todo grupo social retrate su entorno por motivación propia; es decir, se retraten a sí mismos cómo mero registro o como parte de una expresión personal; sea por diversión al retratar a su primo, hijo, sobrino, padre, novia, vecino o simplemente a las personas de su cotidianidad. El retratar puede ir desde lo más íntimo hasta lo más público, así como los espacios de belleza natural que son espectaculares, normales por cotidianos, pero son asombrosos en otras latitudes.»
    La fotografia es unos de mis hobby y con gran pasion lo he tomado, no solo porque me agrada, y es a traves de ella que se puede comunicar bien, una imagen, una instantanea es la mejor expresión que se da del momento en que se encuentra ese momento.
    Es por eso que me gusta mucho y se que luego comunicar a través de la imagen.
    Y Desinformemonos… es una muy buena alternativa o propuesta de comunicación.!!

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