El director de conservación del Museo Nacional, João Carlos Nara, declaró a la Agencia Brasil que el incendio del último domingo (2) causó un “daño irreparable” al acervo y a las investigaciones nacionales. Expresando su inconformidad, él lamentó que el presupuesto del país se destine a otras causas. “Gastan millones en otros proyectos”, reaccionó.

El Museo Nacional reunía un acervo de más de 20 millones de artefactos de geología, paleontología, botánica, zoología y arqueología. En el local estaba la colección más grande de momias egipcias en las Américas, esqueletos de dinosaurios y diversas piezas de arte. El directivo afirmó que “restará poco” tras controlar el fuego y que será necesario “esperar el fin del trabajo de los bomberos para verificar realmente la dimensión de la catástrofe”.

En entrevista con la Radio Brasil de Fato, João Brant, que fue secretario ejecutivo del Ministerio de Cultura en el segundo gobierno de Dilma Rousseff, afirmó que “la catástrofe fue horrenda, las imágenes hablan por sí solas y muestran una pérdida absolutamente irreparable. No se puede hablar en reconstrucción sin pasar por el duelo lo que se perdió allí”.

El rector de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), Roberto Leher, declaró que por ser un edificio centenario, la sede del museo no cumplía las exigencias contra incendios. Según Leher, el museo padeció los recortes en el presupuesto porque la UFRJ se encuentra bajo restricciones presupuestarias, como otras universidades públicas brasileñas. “En este contexto, todas las unidades [de la universidad] son afectadas”.

Un informe de Folha de São Paulo mostró la caída vertiginosa de inversiones en el Museo. En 2013, se aplicaron US$ 124.000 en la institución. En 2016, el valor llegó a US$ 100.000 y el año pasado,  US$ 83.000.

Según João Brant, este año el valor traspasado al museo fue cerca de US$ 25.000. Para él, “este valor ínfimo tiene que ver con una realidad de recorte en el gasto, de dificultad de mantener contratos mínimos para su mantenimiento”.

“Para el país, es una pérdida inmensa. Aquí tenemos nuestra memoria. Gran parte del proceso de constitución de la historia moderna de Brasil pasa por el Museo Nacional. Este incendio sangra el corazón. La única forma que tenemos de trabajar esta pérdida brutal es reconstruirlo. Creo que en Brasil hay que forjarse un compromiso con la sociedad política,  con el gobierno federal, que tiene medios para eso, para que haya presupuesto, para que la universidad pueda reconstruir esa edificación de hecho y recuperar, dentro de lo que sea posible, su acervo extraordinario”, afirmó el directivo del Museo Nacional.

En este sentido, también João Brant considera que hay una serie de responsabilidades, que no se puede hablar solamente en el recorte en el gasto, pero que no hay otro punto de partida que no sea este recorte. “Se cree que si se recorta el gasto público, Brasil va a recuperar la capacidad económica, pero no se conocen todos los efectos negativos de este recorte, inmediatos y de largo prazo. Hemos perdido acervos de un modo que es completamente irrecuperable. Cuando se habla de recorte en el gasto público, por ejemplo, todos los museos tienen un mínimo para su mantenimiento, si se recorta, no se puede hacer nada”.

Había un acuerdo firmado entre la universidad y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para viabilizar cambios estructurales en el edificio histórico y el cambio del sector administrativo para edificios anexos, con el objetivo de minimizar el uso de energía eléctrica en el edificio, que concentraría sólo las exposiciones. Gran parte de esos recursos estaría destinado a un sistema de prevención de incendios.

El Museo

El Museo Nacional está localizado en el Parque da Quinta da Boa vista, en el barrio imperial de São Cristóvão, en la ciudad de Rio de Janeiro y es la institución histórica más antigua del país. El sitio fue fundado por el emperador Juan IV de Portugal, en 1818. La institución está vinculada a la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), tiene un carácter académico y científico y reunía diversas áreas de investigación, esqueletos de animales prehistóricos y libros raros.

El acervo del museo se formó a lo largo de dos siglos a través de colectas, excavaciones, permutas, adquisiciones y donaciones y está subdividido en diversas colecciones. Es la principal base de datos para investigaciones desarrolladas en todas las regiones del país y en otras partes del mundo y también posee de las bibliotecas más grandes de Brasil especializadas en ciencias naturales, con más de 470.000 libros y 2.400 obras raras.

Uno de los artefactos más importantes del Museo Nacional era el fósil humano más antiguo de América, bautizado de Luzia, que integraba la colección de antropología.

*Con informaciones de Agencia Brasil, Camila Salmazio y Julia Rohden.

Edición: Beatriz Pasqualino y Tayguara RIbeiro