Ciudad de México | Desinformémonos. “Fidel Castro fue el líder latinoamericano más importante del siglo XX”, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autonóma de México (UNAM), Enrique Graue, al asegurar que la revolución cubana favoreció a que en América Latina surgiera un orgullo por la región, “una identidad diferente”.
De acuerdo con el rector de la UNAM, la revolución cubana tuvo un impacto positivo en aspectos no sólo sociales y políticos, sino también culturales a nivel regional como en la literatura y en el boom de escritores latinoamericanos, y puso como muestra de ello que los literatos nobeles de esta zona del orbe obtuvieron el galardón después de la década de los sesenta.
“No es que Fidel Castro haya influido directamente en la literatura, pero a lo que sí contribuye la revolución cubana con Fidel a la cabeza, es a una identidad latinoamericana distinta, a una forma de orgullo que permitió florecieran mucho las letras”, aseguró durante la 30 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Fidel Castro, quien se convirtió en el líder revolucionario y estadista más emblemático del mundo, murió este 25 de noviembre pocas horas antes de la media noche. Su hermano, el ahora presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció su muerte con las palabras:
“Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy, 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz”.
Su ingreso a La Habana en 1959 encabezando al Ejército Rebelde se transformó en el símbolo de inicio de la revolución que llevó a su fin a la dictadura de Batista. Desde entonces, fue el comandante en jefe del movimiento, y llevó a cabo dos grandes proyectos: la reforma agraria, que expropió las grandes haciendas extranjeras a favor de los campesinos que trabajaban la tierra, y la nacionalización de las compañías norteamericanas en Cuba.
Con aciertos y errores, Fidel Castro se convirtió en el dirigente de Cuba por 47 años contra el capitalismo, considerado como libertador o, por muchos, como opresor. A través de los años llevó a cabo reformas y actos que desataron polémica ante el país proclamado socialista, como la apertura a la inversión extranjera y la instauración de empresas capitalistas en 1997, o la recepción del Papa Juan Pablo II para rehabilitar a la iglesia católica como interlocutora del régimen, en 1998.
Lo cierto es, que más allá de su último año de gobierno en el 2006, Fidel Castro siguió y continuará como el símbolo de la revolución, del socialismo, de la libertad e incluso de una dicotomía mundial, como el iniciador de una lucha a favor de las masas obreras, aquéllas que proponen, actúan y le dan giro a la conformación de un país.