Escucharnos-decir: nos responden algunas compañeras tras la invitación a debatir sobre el Paro Nacional de Mujeres del próximo 9 de marzo.

Hay un sentido común en las respuestas: hablemos, conversemos en distintas escalas pero haciendo un énfasis en hablemos entre nosotras. Hablemos en una asamblea, en un foro, en un grupo de amigas grande o pequeño, en una casa o una plaza, en las redes o en la calle, pero hablemos. Encontrémonos, juntémonos. Ese sentido común responde a la necesidad de hacernos fuertes, de escucharnos, preguntarnos, y entendernos con el afán de fortalecer el cuerpo colectivo e individual que implica la lucha feminista en curso. Algunas llaman a esto «escucharnos decir».Pero sí, también se nota que la convocatoria del 9M en clave #undíasinmujeres, nos confundió, aunque quizá eso no está del todo mal, porque nos hace preguntarnos y dudar, nos obliga a conversar y nos incita a reflexionar y a hacer, a cerrar filas y ser creativas para enfrentar el desasosiego

Extractos de respuestas que hemos recibido:

“… estamos parando las mujeres pero no para estar encerradas o tener días de asueto. La Huelga Internacional ha colocado como punto central que paramos  para visibilizar el trabajo que las mujeres realizamos y que no es reconocido y que es clave para la reproducción de la vida y del propio sistema que nos usa y nos explota. 

Estamos en una coyuntura compleja y tensa en donde … hay un ambiente que abre ventanas de oportunidad para profundizar la revolución feminista, generar procesos de conciencia, grupos de mujeres, de estudio, de lectura, de accionar diverso, buscar generar más impacto social; es una oportunidad para que el movimiento gire su mirada hacia la sociedad y pueda tener mayor impacto social y comunitario.

El mundo no se divide «entre conservadores» y «neoliberales» y los otros.Hay una división sexual del trabajo que opera para sostener el sistema. Nos tiene que quedar claro que nosotras solo podemos confiar en nuestra organización. … Estamos en una revolución que no dará marcha atrás. Cambiemos todo. Vamos por todo”, Josie, feminista.

“[Es necesario] un encuentro para discutir desde una perspectiva feminista, anticapitalista, libertaria cómo enfocamos esta lucha que no empieza ahora, también en el contexto de las otras luchas en las que también estamos. Podemos empezar el 9 y podemos seguir después. Creo que es importante situar el papel esencial del sexismo y el patriarcado como pilares de sostén del sistema de dominación y explotación. Con la discriminación de género se marginaliza, desplaza, violenta, más de la mitad de la población.

Tanto desde el gobierno como desde sectores de derecha y empresariales, hay un intento de vaciar de contenido esta protesta que es una expresión más de un largo camino de denuncia, resistencia, construcción de organización, conciencia y solidaridad de las mujeres que luchamos”, Silvia Ribeiro, periodista.

“Considero que la más grande amenaza que podemos tener es que la indiferencia nos gane”, Blanche.

“Es necesario un Paro activo, generar células de información y debate entre nosotras. Organizar acciones, conocernos, apoyarnos, invitar amigas que sabemos necesitan un grupo de apoyo”, Sofía, Educadora.

“¿Qué tal acampar en los zócalos desde el sábado? Mantener un campamento de protesta mientras hacemos actividades, denuncias, talleres, etc.. Creo fundamental denunciar el oportunismo de la derecha porque son los culpables de deslegitimar al movimiento feminista… Los tenemos que denunciar enérgicamente ya”, Danilú, estudiante Puebla.

“Es necesario encontrarnos para discutir, apapacharnos, ver películas feministas, lo que cada grupo necesite de acuerdo al momento en que vivimos. Yo voy a reunirme con amigas a conversar”, Wichita, bailarina.

“Me encantaría que fuera el 8M es el día en que hay más presencia. Necesitamos  hacer un foro después de la marcha. Las instituciones y empresas «apoyan» cuando la práctica es normalizar la violencia”, Cecilia, trabajadora universitaria.

“El paro activo [de nosotras el 9M] es una oportunidad para explorar qué significa «Vivas nos queremos»: ¿qué haríamos con nuestro tiempo si no tuviéramos que servir al jefe, al padre, al marido, al ideal de feminidad patriarcal? Todo un horizonte de libertades podría iniciarse ahí.

El paro busca que las mujeres valoren el trabajo que hacen, tantas veces invisibilizado, y que lo valoren también sus jefes, sus compañeros de trabajo, sus subordinados, sus maridos, sus hijos, sus amigos. 

Por eso es problemática la propuesta «ni una mujer en las calles»: pasa por alto la importancia del espacio doméstico como lugar de trabajo, y como lugar de violencia. Si desaparecemos de las calles nos confinaremos en el sitio donde todos los días ocurren violaciones y feminicidios que son negados rutinariamente”, Adriana González Mateos, Profesora universitaria y escritora.

“Aquí en Xalapa andamos prendidísimas con el Paro y demás acciones de esos días, planeando foros, conversas callejeras, performance, marchas, cadenas y demás.  … [Propongo] hablar de la relación entre violencia y trabajo precarizado, retomando la historia de la lucha que dio el grupo «Salarios para el trabajo doméstico», donde participó Silvia Federici, sobre remuneración al trabajo doméstico, para visibilizar la violencia que hay detrás de considerar el trabajo de reproducción de la vida como un no trabajo.

La fuerza y la determinación de las jóvenes es súper alentadora por estos lares. Somos un puñado de profesoras avivando los círculos de reflexión y los espacios de encuentro, pero son cientos de estudiantes prendidísimas haciéndose escuchar con toda su rabia en un estado impunemente feminicida”, Verónica Moreno, profesora, Facultad de Antropología, UV.

“Con algunas compañeras he conversado la importancia de parar pero de visibilizarnos, esto es, paramos pero no desaparecemos sino que nos hacemos presentes en espacios públicos, plazas, jardines, para encontrarnos. … Es muy importante no invisibilizarnos, es un paro que busca evidenciar el trabajo no remunerado, espacios que se invisibilizan y que están ocupados por mujeres, no es que dejemos de hacer cosas, dejamos de hacer cosas que sirven a la reproducción del capitalismo y el patriarcado.

…Hay que generar espacios de diálogo/encuentro donde podamos reflexionar sobre las formas de lucha que son formas de cuidado cotidiano, de soporte entre todas, de apoyo, de fuerza, de la vida cotidiana…temas como el aborto no se pueden tratar de la misma manera en comunidades indígenas como se abordan entre compañeras que nos manifestamos por su legalización…es importante reconocer nuestras diferencias y a partir de ahí tratar de mirarnos de otra manera, no podemos dejar de lado las relaciones de poder que se gestan entre mujeres, lo importante aquí es cómo las gestionamos para salir  a las calles este 8,9…. ningún esfuerzo es pequeño y todas podemos hacer mucho desde donde estamos”, Úrsula, Oaxaca.

“De nosotros depende que funcione. Echar culpa no sirve… desde mi acción y pensamiento actuo y cambio. Creo que lo único q podemos hacer es organizarnos e involucrarnos a pequeña escala , nuestra familia, nuestra cuadra, nuestro barrio, y así replicarlo… por eso la idea del 9 nadie se mueve pienso q es un buen inicio para organizarnos como mujeres. Algo tan sencillo y tan complicado al mismo tiempo”, Bola.

“Creo que somos culturalmente sociedades tremendamente machistas y no va a ser fácil cambiar esta situación sin dar la pelea y luchar por nuestros derechos, partiendo por la vida, pero creo que se ha avanzado, aunque lentamente, históricamente y debemos seguir. No nos extrañe que la sociedad machista se resista al cambio y nos persiga y nos baje el perfil”, María Ester Lezaeta Guzmán

“Yo creo necesitamos asambleas donde hablar de aquello que nos preocupa, de tomar acciones que favorezcan la seguridad entre nosotras. De cómo incluir a las niñas en un espacio seguro donde se hable de la importancia del movimiento en reconocimiento del respeto que deben tener».

[Está la amenaza] “A la burla de la acción o alcance de este hecho por hombres e incluso mujeres, a la intromisión de personas ajenas al movimiento con el fin de violentar y desviar la intención del paro. Su significado para mi es demostrar el impacto de nuestra unidad y qué sería de nuestros contextos sin cada mujer; el alcance es social, económico, y más allá pero creo necesitamos unirnos para cuidarnos y defendernos», Enelra.

“¡Excelente iniciativa! Que no nos movamos es justo lo que quisieran… No estoy viviendo en México desde hace unos años, pero regreso el año próximo. Actualmente trabajo con un grupo de teólogas feministas de izquierda en la ciudad de Münster, Alemania, pero me interesa mucho lo que está pasando en México y me gustaría participar en el debate a través de la red. Su propuesta me hace mucho sentido. ¡Muchas gracias!», Pilar.

“Sí, sobre todo empezando por hacer conciencia de volvernos aliadas y no enemigas, como nos ha enseñado el heteropatriarcado capitalista”. Medusa_Head.

“Llevábamos unas semanas tratando de estimular en los albores del paro, un espacio de reflexión en cuanto a las maneras en que podemos desplegar nuestra rebeldía, sobre todo en los espacios de la universidad. Sin embargo, la BUAP anunció hace poco que se sumaría al paro (no sabemos cómo ni de qué forma) y se hizo un llamado a la inactividad (parar el consumo), lo que hizo que muchas compas optaran por abandonar la idea de ocupar espacios universitarios y viendo la posibilidad de aplazar nuestra actividad. 

Para nosotras es muy importante utilizar ese tiempo de visibilidad internacional y masiva para recuperar, compartir y producir claves de rebeldía y autonomía de las luchas de las mujeres. Producir un tiempo para nuestra organización, un tiempo para nosotras. No queremos que la nueva postura arribista de las instituciones aplaque la fuerza de las mujeres, y si nuestras actividades se aplazan, no dejaremos de denunciar su conducta arribista y desmovilizadora. 

Al mismo tiempo me parece que lo que ha sucedido las últimas semanas no es menor, y el #8M y 9M puedan ser una oportunidad para arrojar una lectura colectiva frente a estas amenazas, como son la cooptación partidista, la “izquierda” que nos lee como enemigas (que ojo tampoco somos sus amigas) y el flujo de incontables fuentes de información que hacen difícil arrojar explicaciones que doten de sentido!” Verónica, estudiante universitaria.

“En Oaxaca también se están preparando varias actividades desde el 6 y 7, el 8 la marcha y para el 9 la convocatoria es estar en las plazas de la ciudad. Con estudiantes de dos cursos estamos preparando una conversación sobre la violencia laboral en la vida académica: analizar cómo nos drenan energía con los requisitos para que nuestros productos valgan, pensar en cómo siempre estamos bajo sospecha de que lo que hacemos desde las áreas sociales, sean realmente ciencia, conocimiento válido y no sólo interpretaciones subjetivas sin validez ni confiabilidad de acuerdo al canon establecido para medir la calidad del trabajo académico y de investigación.” Elia, Profesora universitaria, Oaxaca.

Y desde Ecuador, nos dicen lo siguiente:

“Quién no entienda que las izquierdas latinoamericanas son profundamente machistas, o no ha militado en espacios de izquierda o no es mujer/ LGBTIQ. Apuntes desde Ecuador.

Y es que la frase común en los círculos feministas: “No hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda” cobra cuerpo y forma en cada reunión sindical, en la participación en espacios de unidad (ej. Colectivo Unitario en el Ecuador que agrupa Frente Unitario de Trabajadores, Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador-CONAIE) con mesas directivas en las que la proporción de hombres y mujeres es diez a una, en cada campaña política, en la designación de candidatos/as viables, cuando se conquistan vice-prefecturas o en la construcción de las agendas “verdaderamente importantes” y las secundarias.“ Erika Arteaga Cruz (Parlamento de Mujeres / Ecuador- MujeresContraElPAquetazo