Moscú, Rusia. Durante casi seis años, vecinos y activistas han mantenido viva la defensa del bosque de Jimki, un bosque de abedules de aproximadamente mil hectáreas situado en Moscú que forma parte del llamado cinturón verde que rodea esta ciudad rusa. Zorros, alces, jabalíes y un gran número de especies de insectos forman parte de la fauna de este lugar, en donde también crecen plantas en peligro de extinción.
Desde el año 2006 se planea la construcción de una nueva autopista que costará ocho billones de dólares y que atravesará el bosque para conectar Moscú y San Petersburgo. Para poder llevar a cabo el ambicioso proyecto de la empresa Vinci, sin embargo, parte del bosque tendrá que ser talado.
La tala de árboles empezó en julio de 2010, e inmediatamente comenzaron los enfrentamientos entre los activistas y los trabajadores. Los activistas, conformados por gente de la zona y un grupo llamado Defensa Ecológica de la Región de Moscú, junto con Greenpeace-Rusia y el movimiento civil Frente de Izquierdas empezaron a hacer guardia las 24 horas del día para evitar que talaran los árboles. El 8 de julio de 2010, docenas de anarquistas y antifascistas asaltaron la administración central de Jimki, en donde dibujaron un graffiti con la leyenda “Salva el bosque ruso”.
En agosto del mismo año, 2 mil activistas asistieron a un concierto organizado para protestar contra la construcción de la autopista. Ese mismo día, dos líderes de la oposición y un activista de los derechos humanos que participaban en las concentraciones para celebrar el día de la bandera nacional de Rusia, fueron detenidos. Los activistas afirmaron que fueron arrestados para que detuviesen “las acciones en defensa del bosque de Jimki»
El Tribunal Supremo ruso dictaminó que la construcción de la autopista no es ilegal, por lo que activistas del Movimiento en Defensa del Bosque de Jimki presentaron una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo, mientras que el partido gobernante, Rusia Unida, pidió al presidente que detuviera la construcción.
A finales de agosto, Bono, cantante del famoso grupo de rock irlandés U2, se declaró totalmente en contra de la construcción de la autopista mientras estaba de gira por Rusia. Bono invitó a Yuri Shevchuk, estrella de rock rusa, a subir al escenario durante un concierto, y juntos cantaron una canción de Bob Dylan frente a 60 mil personas. Shevchuk, criticó abiertamente la ruta planeada para la autopista, y se convirtió en noticia cuando en mayo pasado se enfrentó a Vladímir Putin cara a cara. En una entrevista, Bono lamentó no haber sacado el tema durante su reunión con el presidente ruso.
Antecedentes de la lucha
El 26 de agosto de 2010, el entonces presidente, Dmitri Medvédev, ordenó detener la construcción de la autopista y pidió tiempo para deliberar. «Teniendo en cuenta el gran número de peticiones (en contra de la construcción), he tomado la decisión de suspender la implantación del decreto de la construcción de la autopista y de mantener debates públicos y especializados adicionales».
Los activistas que luchan para proteger el bosque calificaron la decisión del presidente como una «victoria». Era un momento de triunfo. Pero el bosque siguió siendo talado.
Fotos de satélite obtenidas por ecólogos, mostraron que 200 metros del álveo del río Klyazma, uno de pocos ríos que provee a Moscú de agua limpia, había sido llenada. Además, manifestantes y periodistas defensores del bosque declararon haber sido atacados e intimidados tanto por la policía como por asaltantes anónimos. Tres periodistas –Anatoli Adamchuk, de Zhukovskie Vesti, Mikhail Beketov de Khimkinskaya Pravda y Oleg Kashin de Kommersant– fueron agredidos en lo que se cree que fueron ataques vinculados con la cobertura de las protestas.
En días recientes, activistas y ecologistas rusos, junto con algunos periodistas, hicieron una inspección de la tala del bosque en el distrito de Solnechnogrosk, cerca de Moscú, y constataron que la destrucción del centenario bosque está siendo llevando a cabo por DorInzhStroyProekt SL, una empresa que en julio de 2010 contrató neonazis para atacar a los ecologistas. El beneficiario de este proyecto es la NorthWest Concession Company SL (NWCC SL), una empresa que es 100 por ciento propiedad de Vinci Concessions Russie. La NWCC SL será la concesionaria de la primera sección de la autopista de peaje Moscú-San Petersburgo, que se realizará como un proyecto de colaboración público-privada.
El proyecto ha sido ampliamente criticado por la innecesaria destrucción del bosque de Jimki y otras áreas naturales protegidas que provocará, así como por las múltiples inconsistencias que hay en la planificación del transporte en Rusia y por la participación en el proyecto de empresas desconocidas en jurisdicciones de paraísos fiscales, al parecer controladas por oligarcas rusos.
En las inspecciones de la tala, los activistas pidieron los permisos para la tala de los árboles, pero los trabajadores no pudieron mostrárselos. La policía detuvo a los activistas ecólogistas, pero no a los que destruían el bosque.
Gracias a la demanda ante el Tribunal Europeo, a las páginas web traducidas en cinco idiomas y a la participación del los ecologistas y artistas extranjeros, el caso del bosque Jimki ha cobrado fama internacional.
Recientemente el gobierno de Moscú anuncio que construirá un parque para “sustituir” el área de bosque que ha sido talada. Definitivamente se trata de una semi-victoria, pero da esperanza. El movimiento que defiende el bosque ha ido cobrando fuerza, y los activistas creen que pueden aún conservar y recuperar la belleza de la naturaleza del bosque en su estado original.