El ataque a la delegación Benito Juárez pone en riesgo el proyecto autónomo del Centro Cultural la Pirámide en la Ciudad de México, que se declaró en asamblea permanente.

Durante más de 10 años, refieren integrantes de este espacio, han mantenido a flote una propuesta cultural, independiente de partidos políticos y gobiernos. “Hemos logrado ser un referente como ejercicio artístico con formas autogestivas, la Pirámide no tiene ninguna subvención o presupuesto gubernamental para su funcionamiento”.

El centro cultural es un espacio abierto a propuestas alternativas que no tienen cabida en sitios convencionales, ya sea por no “ser comerciales” o no contar con una “amplia trayectoria”.

La comunidad reivindica su derecho a organizarse, al acceso a la cultura con nuestras formas y nuestros modos. Además exigen al gobierno, de cualquier nivel, respeto a la diversidad y pluralidad de expresiones artísticas y culturales que habitan en la Ciudad de México, pero que sea real y no sólo discursivo, señalaron.

A ocho años de que la Pirámide solicitara la renovación de su PATR (Permiso Administrativo Temporal Revocable), el pasado 20 de febrero fue notificado por parte de la Dirección de Patrimonio Inmobiliario del Gobierno del Distrito Federal (GDF), la negativa de dicha petición.

El gobierno delegacional en reiteradas ocasiones se ha negado a dar el visto bueno para que el Comité de Patrimonio Inmobiliario (CPI) dictamine en positivo dicha solicitud.
El PART es una figura administrativa, en el que el GDF concesiona a particulares el uso de espacio público. El Foro Sol o el Auditorio Nacional funcionan bajo ese régimen, pero con fines de lucro, igual que los parquímetros o espectaculares.

El CPI conformado por varias secretarías del GDF, dictamina los permisos, solicita a las delegaciones el visto bueno, que no es vinculatorio. La posición de la delegación Benito Juárez siempre ha sido adversa; y para que se dictaminara en contra de la Pirámide argumentó ante el comité el deterioro del inmueble.

El deterioro es innegable luego de más de dos décadas de no recibir un mantenimiento a fondo, pero contamos, nos refieren, con un plan integral de infraestructura para convertirlo en un espacio ecológico, sustentable, con azoteas verdes, celdas solares, reciclaje de agua pluvial.

Aún sin dar término a la gestión en curso por parte del Centro Cultural, la entidad ha pedido que el inmueble sea administrado por la delegación.

El proyecto de mantenimiento fue elaborado por un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin embargo ha sido imposible su desarrollo por falta de recursos, que ha sido gestionados pero al no contar con la certeza jurídica que otorga el PATR no se han podido obtener.

El acoso por parte del gobierno de la delegación Benito Juárez ha sido constante durante estos años, denunció la comunidad y ante la situación, diversos colectivos, habitantes, talleristas, productores independientes y la comunidad en general, ha instalado una asamblea permanente en defensa del proyecto.

La comunidad realizará una jornada de primavera por el derecho a la cultura el próximo 28 de marzo. Con danza, exposiciones, proyección de documentales y demás actividades exigen el derecho a la autogestión y el acceso a la cultura.

Este espacio con recursos autogenerados ofrece cultura todas las semanas a la comunidad.