Con la firma de los Acuerdos de Paz en 1992 que puso fin a más de una década de conflicto armado entre la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el gobierno de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) se inició una nueva historia para la sociedad salvadoreña y para las mujeres.
«Creo que la voz de las mujeres y nuestras luchas se han empezado a escuchar después de 1992 con la fuerza que tomó el movimiento feminista organizado. También creo que con el cambio de gobierno [en el 2009 con el acceso al poder del FMLN] se ha logrado concretar algunas de esas demandas de las organizaciones sociales y eso se puede asociar con la aceptación de feministas en instancias del gobierno de [el presidente] Mauricio Funes, afirma aNoticias Aliadas Mariana Moisa, de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local (CFDL).
Moisa, a pesar de que ve cambios en los distintos ámbitos del país como la política, el empleo o incluso el sector militar en el cual se permite la participación femenina, considera que hay temas que aún siguen arrastrando una buena capa de oscurantismo.
«El Salvador no posee programas de educación sexual libres de prejuicios, expone la feminista. Y añade que el país centroamericano «ha penalizado el aborto en cualquier circunstancia, incluso cuando la vida de la mujer esté o corra peligro.
La antropóloga y feminista estadounidense Ellen Moodie, catedrática de la Universidad de Illinois, quien ha investigado la transición a la democracia en El Salvador después de la firma de los Acuerdos de Paz fue consultada por Noticias Aliadas sobre los derechos reproductivos de las mujeres.
«No hay situación de libertad en las mujeres para hacer sus propias decisiones reproductivas, dijo. «La mujer vive bajo un ambiente sospechoso. Si sufre un aborto espontáneo, sospechan que abortó su feto ilegalmente. Las leyes de El Salvador hacia el aborto son de las más restrictivas del continente.
Embarazos adolescentes
En mayo pasado, el Ministerio de Salud (MINSAL) se mostró alarmado por el número de embarazos en adolescentes, a pesar de que en los últimos años la cifra se ha ido reduciendo. La titular del MINSAL, María Isabel Rodríguez, afirmó a la prensa que «los índices son muy altos. Tenemos una tasa [de embarazos] en adolescentes de 89 por cada 1,000 mujeres entre 15 y 19 años. Es un dato muy alto porque la media de Latinoamérica es de 77.
La ministra según consignó el diario La Prensa Gráfica invocó «tanto a hombres como mujeres, que la educación en el campo de la salud sexual y reproductiva se generalice, que vaya desde las escuelas y que no haya mitos en contra de esa educación, porque cada día los problemas que provoca el embarazo de la adolescente son muy graves.
El 63.7% de la población es menor de 30 años y las mujeres representan el 52.8% de la población total del país, según el Informe de Labores del MINSAL 2012-2013.
«En Centroamérica somos los segundos en tener el índice de embarazos en adolescentes más bajo. El primero lo tiene Costa Rica. Es una cifra que hemos ido bajando paulatinamente en los últimos 20 años, aún así las cifras son alarmantes, manifestó a Noticias Aliadas, Sofía Villalta, coordinadora de la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva del MINSAL.
Según Villalta, en el 2012 se registraron los casos de 12 adolescentes embarazadas que murieron por complicaciones durante el proceso. Para ese mismo año, el MINSAL contabilizó 82,586 partos atendidos por personal calificado, de los cuales 24,190 fueron de madres adolescentes.
El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) detalló en su informe «Estado de la Población Mundial 2013, publicado el 30 de octubre, que «alrededor del 19% de las jóvenes en países en desarrollo quedan embarazadas antes de los 18 años de edad, agregando que «alrededor de 70,000 adolescentes en países en desarrollo mueren por año por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Indica además que «cada año en los países en desarrollo ocurren 7.3 millones de partos de adolescentes menores de 18 años.
El informe señala como causas subyacentes la desigualdad de género, pobreza, violencia y coacción sexual, políticas nacionales que restringen el acceso a los anticonceptivos y a las políticas de educación sexual adecuada a la edad, falta de acceso a la educación y servicios de salud reproductiva.
«A esas edades deberían estar estudiando, transitando de la secundaria al bachillerato, pero están convirtiéndose en madres, señaló en rueda de prensa, Elena Zúñiga, representante del UNFPA en El Salvador. «En el caso de las adolescentes de menos de 18 años, y particularmente las de menos de 15, el embarazo no es el resultado de una decisión deliberada. Al contrario, el embarazo en general es el resultado de la ausencia de poder de decisión y de circunstancias que están fuera del control de la niña. El embarazo a temprana edad refleja el menoscabo de las facultades, la pobreza y las presiones, de compañeros, pares, familias y comunidades.
«El embarazo adolescente es un fenómeno de preocupación en El Salvador que requiere de una atención integral. Una de cada cuatro mujeres se convertirá en madre antes de los 18 años, afirmó Zúñiga, al tiempo que hizo un llamado «a todos los agentes claves de la sociedad a reaccionar ante el tema del embarazo adolescente.
Para erradicar el embarazo en niñas y adolescentes, el UNFPA recomienda la intervención preventiva entre adolescentes jóvenes, eliminar el matrimonio entre menores de 18 años, proteger los derechos a la salud, educación, seguridad y a una vida libre de pobreza, involucrar a hombres y niños en la solución, lograr que las niñas asistan a la escuela y que permanezcan más tiempo en ella.
Ciudad Mujer
En el 2011 vio la luz el centro de atención integral Ciudad Mujer, un ambicioso e inédito proyecto que fue parte de las promesas electorales de Funes. El programa se ejecuta a través de la Secretaría de Inclusión Social y la titular de esta iniciativa es la primera dama Vanda Pignato.
Entre los servicios que ofrece se incluyen salud sexual y reproductiva, atención a la violencia de género, empoderamiento económico y promoción de sus derechos. También existe un área infantil destinada a los hijos de las mujeres que reciben atención. En total existen cuatro sedes de Ciudad Mujer en los departamentos de San Salvador, San Miguel, Usulután y La Libertad.
«Celebramos el proyecto de Ciudad Mujer. Tiene la posibilidad de dar respuestas más rápidas, sin embargo, estas políticas siguen siendo asistencialistas. No tienen elementos que le permitan a la mujer cuestionarse su condición. Todo es un trato de víctima hacia la mujer y no [permite] otro elemento que sirva para empoderar a las mujeres, observa Moisa.
«Otro elemento que no tiene a favor es la infraestructura y el mantenimiento del espacio. Esto es elevado a nivel económico y a nivel político no hay una ley que asegure que si hay un cambio de gobierno este proyecto continuará, agrega.
La activista feminista señala que es necesario abordar sin tabúes los grandes temas y problemáticas que afectan a la mujer salvadoreña.
«El tema de la salud sexual y reproductiva no está siendo abordado como se debe, observa Moisa.