«El objeto del presente artículo consiste en la priorización de una serie de claves políticas que refuercen las resistencias populares a los megaproyectos en defensa de la vida. Estas parten de un marco de referencia que resalta una serie de capacidades colectivas, que den respuesta tanto al contexto global vigente como a la trayectoria de lucha de pueblos, comunidades y movimientos sociales frente a las grandes empresas».
Claves para la resistencia popular a los megaproyectos
Nadie pone en duda hoy en día el poder que acumulan las empresas transnacionales: trascienden lo económico para proyectarse también en lo cultural, lo político y lo jurídico. Las multinacionales, de este modo, se han convertido en el núcleo central de una red que, junto con múltiples instituciones locales, estatales y multilaterales, conforma un poder corporativo que protagoniza, defiende e impulsa el sistema vigente en todas sus facetas. Este atraviesa un momento especialmente crítico, debido a las escasas expectativas de crecimiento económico para las próximas décadas, al cambio climático y al agotamiento de materiales y fuentes estratégicas de energía fósil. Cómo impulsar un nuevo ciclo de acumulación, cómo hacerlo con una base física drásticamente menor, y además en un contexto de creciente vulnerabilidad climática y financiera, se convierte a la vez en su gran desafío y su principal paradoja.
Para enfrentarlos, el poder corporativo renueva su agenda, en un intento desesperado por adaptar la reproducción del capital a estas condiciones sin parangón histórico. Las transnacionales impulsan así el proyecto de capitalismo del siglo XXI, que se traduce en una muy virulenta ofensiva mercantilizadora a escala global. Si el capital no encuentra sendas estables y crecientes de acumulación, toda traba sectorial, política y geográfica todavía vigente al comercio y a la inversión internacional debe ser derribada, blindando un mercado autorregulado y ultrarregulado en su favor. Independientemente de si dicha ofensiva, como se observa cada vez más nítidamente, nos conduce al desgobierno, al abismo social y al colapso ecológico, poniendo incluso en serio peligro la vida en el planeta.
En este contexto de agravamiento exponencial de la disputa entre el capital y la vida, los territorios emergen como espacios estratégicos para la contienda política. Bienes naturales, energía, urbanismo, alimentación, servicios, compra pública, etc. (sectores con un fuerte arraigo local), son nichos de mercado especialmente codiciados en la agenda del capitalismo del siglo XXI. Las grandes empresas desarrollan y planifican de manera sistemática en estos ámbitos megaproyectos de toda índole, convertidos en la herramienta fundamental del asalto corporativo a los territorios. Lo local aúna así el lugar donde desarrollamos de manera cotidiana nuestras estrategias de vida, por un lado, con el espacio donde se implementa prioritariamente la actual agenda del capital, por el otro.
Partiendo de esta premisa, el objeto del presente artículo consiste en la priorización de una serie de claves políticas que refuercen las resistencias populares a los megaproyectos en defensa de la vida. Estas parten de un marco de referencia que resalta una serie de capacidades colectivas, que den respuesta tanto al contexto global vigente como a la trayectoria de lucha de pueblos, comunidades y movimientos sociales frente a las grandes empresas. Destacamos en este sentido la capacidad para implementar un enfoque de transición, que aúne lo cotidiano con un horizonte y una narrativa de cambio radical; la capacidad para posicionar miradas inclusivas, en términos de intersección de propuestas teórico-políticas, agentes y escalas; y la capacidad para fortalecer la resiliencia del movimiento popular, en una disputa a todos los niveles y con una perspectiva temporal a medio y largo plazo.
Estas tres capacidades están a su vez atravesadas en nuestro marco de referencia por las epistemologías del Sur, que dan voz a las sin voz —sociología de las ausencias—; analizan la potencialidad y dinamismo de sus propuestas más allá de su carácter parcial o larvario —sociología de las emergencias—, y facilitan el intercambio de experiencias entre contextos y sujetos diversos para la construcción de agendas comunes —ecología de saberes—.
En definitiva, comenzaremos el presente capítulo explicando algunas características del actual contexto global. En un segundo apartado expondremos nuestro marco de referencia, para avanzar en el siguiente las claves políticas que del mismo se derivan, y que en nuestra opinión son estratégicas para enfocar hoy en día las resistencias populares a los megaproyectos.
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Publicado originalmente en Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL)