Francia. El violento operativo lanzado por el gobierno francéspara impedir la reocupación de los terrenos desalojados en Notre-Dame des Landes, cerca de la ciudad de Nantes, no tuvo éxito. Pese a los dos días de enfrentamientos y a los cien heridos, los opositores permanecen en la zona que defienden y el gobierno tuvo que recular en sus intenciones.
Desde el 16 de octubre de 2012, los terrenos donde Jean-Marc Ayrault, el jefe del gobiernosocialista francés, pretende construir un nuevoaeropuerto internacional, se transformaron en un campo de batalla permanente. El objetivo era desalojar de la zona (ZAD) a todos los activistas que podrían impedirla realización de los primeros pasos de la obra de construcción; másde mil guardias móviles fueron enviados para tumbar las casas y las cabañas ilegales de los activistas más radicales.
Pero después de varias semanas de cerco policiaco y de retenes en los caminos, de destrucción de casas, de represión y de resistencia, losguardias móviles no supieron cómo reaccionar ante la gigantescamanifestación de apoyo que el 17 de noviembre tuvo lugar en la zonapara respaldar a los activistas locales. Los activistas informaron que el 17 de noviembre, 40 mil personas asistieron para ocupar y reconstruir la zona.
Toda la semana se construyó un nuevo lugar de lucha en un campo puesto adisposición por su dueño; se construyeron nuevas cabañas en el bosquede Rohanne. (Fue) una semana mágica donde cientos de personas pusieron en común sussaberes prácticos, su creatividad, sus herramientas, sus materiales ylograron edificar una cocina, dormitorios, salas de reunión, un bloquesanitario, y nuevas cabañas en los arboles, informaron los organizadores.
Esto fue una verdadera provocación para Jean-Marc Ayrault, exalcalde de Nantes (de1989 a 2012) y promotor del proyecto , convencido de que por fin su sueñourbanístico se haría realidad después de más de 15 años de redobladosesfuerzos para lograr su realización. En efecto, la ocupación porparte de los activistas del bosque de Rohanne, de la Casa del Rosal yde varios otros terrenos estratégicos impide en lo concreto el inicio delas obras, previsto para enero de 2013. Para acabardefinitivamente con la resistencia, se lanzó una nueva intervención policiaca el 23 de noviembre, con 900 elementos policiacos.
Ese día, mientras un escuadrón cercó y atacó a los ocupantesdel bosque de Rohanne-donde varias cabañas habían sido reconstruidas paraimpedir el derribo de los árboles-, otro contingente rodeó la última casa enduro ocupada por los activistas en la zona, protegida por variasbarricadas y numerosos tractores. Mientras tanto, otro contingentepoliciaco empezó la expulsión de activistas del campamento dereconstrucción instalado durante la manifestación del 17 de noviembre.
Sin embargo, la situación jurídica de este último lugar, ubicado en un terrenotodavía privado, impidió su inmediata destrucción. Advertidos del nuevooperativo policiaco, cientos de personas empezaron a dirigirse hacia la ZAD, cercada por operativos policiacos, unos para protestar,
otras para hostigar a la policía, mientras muchos lograban infiltrarse por
los campos, llevando víveres y respaldo a los activistas de la zona que
empezaban a reorganizar la resistencia. Varios enfrentamientos estallaronentonces, los oponentes resistiendo a los gases lacrimógenos y a lasgranadas aturdidoras con piedras, botellas y barricadas.
En el sábado, la lista de heridos se elevaba ya a varias decenas, ya
que los policías apuntaron directamente contra los manifestantes con
lanzagranadas y pistolas con balas de goma. Mientras la policía
procedía con mucha dificultad a la destrucción de las cabañas de los árboles del bosque de Rohanne, la brutalidad del ataque policiaco
levanto una ola de solidaridad sin precedentes en toda Francia,
en la que mítines y manifestaciones de solidaridad se desencadenaron endecenas de ciudades. Bloqueos de puentes por tractores y operación
tortuga en algunas carreteras, ocupación de aeropuertos y oficinas del
Partido Socialista, multiplicación de colectivos de apoyo, miles de
manifestantes desfilando en la ciudad de Nantes el día siguiente, y finalmente, varios concejales oponiéndose al proyecto de aeropuerto y encadenados a las rejas de la sede de la prefectura regional, obligaron
al gobierno socialista a detener temporalmente la operación.
Tomando en cuenta el hecho de que todavía quedan interrogantes en lasociedad sobre la pertinencia del proyecto, elgobierno decidió posponer las obras seis meses para procedera nuevos estudios ambientales y crear una comisión de diálogo para denuevo explicar el proyecto, mientras proponía parar las operaciones policiales si los manifestantes se comprometían a dejar de reconstruir en la zona de manerailegal.
Para el partido ecologista, opuesto al proyecto pero integrantedel gobierno, la propuesta fue vista como una apertura, mientras losoponentes locales la criticaron rotundamente, reafirmando que la únicanegociación posible será sobre el abandono del proyecto, y que lareconstrucción de cabañas es una necesidad para proteger la zona y seguirviviendo ahí, ante los destrozos cometidos en las últimas semanas por lapolicía.
En la zona, el retroceso verbal del gobierno no parece corresponder
entonces a más que una ligera tregua. Y si las destrucciones de cabañas separaron, los policías están todavía desplegados en las principales
carreteras. El lunes 26, cinco personas que enfrentaron a los guardias móvilesen una barricada fueron arrestadas por policías disfrazados de
manifestantes, y una de ellas fue encarcelada inmediatamente. Así que paramuchos oponentes locales, el gobierno no hace más que tomar tiempo paraver cómo actuar de nuevo.
Mientras tanto, los activistas reconstruyen yreplantean la coordinación de una lucha que hoy en día, además de loscientos de oponentes viviendo en la ZAD, cuenta con cerca de 70 comités de apoyo en toda Francia. Y, mientras se plantean marchas desolidaridad por toda Francia, ocupación de edificios públicos en casode nuevas destrucciones y la realización de otra gran manifestación, laresistencia se articula también con otras luchas en contra de megaproyectos, como sucederá el próximo 3 de diciembre en contra del proyecto de Tren de AltaVelocidad entre Francia e Italia. Después de esos ataques y a pesar de lasdecenas de heridos, muchos oponentes afirman que hoy en día, la luchade Notre-Dame tiene más fuerza que nunca.
Publicado el 3 de diciembre de 2012