La Cruz Roja ha cifrado en al menos 300 las víctimas mortales de los enfrentamientos que se han registrado desde el jueves en Bangui, capital de la República Centroafricana, tras contabilizar los cadáveres de los depósitos de los hospitales, lugares de culto y los que están desperdigados por las calles de la ciudad.

A pesar de ello, la organización humanitaria considera que la cifra podría elevarse, ya que continúa la búsqueda de personas desaparecidas.

Las tropas francesas ya se han desplegado en la capital pero a pesar de ello la situación sigue siendo caótica.

«Los asesinatos continúan, los hombres armados siguen presentes y cometen actos de violencia en la ciudad», ha declarado a Efe una autoridad local del cuarto distrito de la capital.

Bangui ofrecía a primera hora de hoy la imagen de una ciudad desierta, a pesar de que algunos habitantes han comenzado a salir a la calle. Los soldados franceses han intensificado sus patrullas desde anoche.

Aviones de combate del Ejército galo han sobrevolado la ciudad en labores de reconocimiento sobre el terreno, según fuentes militares.

El presidente francés, François Hollande, aseguró que la operación militar tendrá una duración determinada y que el objetivo es entregar el control a las fuerzas africanas en cuanto sea posible.

Las autoridades responsabilizan del caos a grupos favorables al derrocado presidente, François Bozizé, y a las milicias «antibalaka» (antimachetes) que se enfrentan a combatientes de la supuestamente disuelta coalición Seleka.

Según un oficial de la fuerza internacional africana (Misca), –que actualmente cuenta con 2.600 hombres– los combates comenzaron cuando miembros de Seleka, ahora integrados en las nuevas fuerzas de seguridad, detectaron a milicianos «antibalaka» en el barrio de Boy-Rabe.

El presidente, Michel Djotodia, ha pedido a la población «mantener la calma» y confiar en el Ejército francés.