Colectivo de Comunicación del Asentamiento Milton Santos
Brasil. El asentamiento Milton Santos es una comunidad consolidada conformada por 68 familias que desde hace 7 años batallaron en la lucha por la reforma agraria y construyeron sus casas y sus vidas cosechando y produciendo alimentos en la región de Americana, estado de São Paulo. Sin embargo, desde julio del 2012, los moradores del asentamiento vienen sufriendo presiones para salir de las tierras en las cuales fueron legalmente asentados por el ex-presidente Lula da Silva y por el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra), el 23 de diciembre del 2005.
A mediados del año pasado, el Incra fue intimado a cumplir una reintegración de la propiedad solicitada por la familia Abdalla – antiguos propietarios del terreno – que tuvieron parte del terreno confiscado en la década de 1970, por cuenta de deudas que tenían con el Estado. Ignorando el largo y doloroso proceso de consolidación de la comunidad de pequeños agricultores – que cuenta inclusive con el apoyo de diversos programas gubernamentales el desembargador Federal Luiz Stefanini autorizó la orden de desalojo.
Desde entonces, han habido varias tentativas por revertir la situación, tanto encuentros con representantes del gobierno, así como acciones de protesta, pero ninguna de ellas trajo la garantía que las familias necesitan para volver a sus vidas y continuar con su producción.
Al inicio de este año, el día 10 de enero, el Incra fue oficialmente comunicado de la decisión judicial, que establece el plazo de 15 días para que las familias se retiren del terreno. Conforme el documento, a partir el día 24 de enero la acción de desalojo puede ser realizada con el uso de la fuerza policial. Y, tomando en cuenta la historia de la región, es muy probable que esta acción se lleve a cabo con un alto grado de violencia.
Los asentados no tienen ninguna alternativa, por eso prometen seguir luchando hasta las últimas consecuencias para que puedan continuar viviendo tranquilamente en sus casas, con sus plantaciones, en la comunidad donde ya están desde hace siete años y por la cual empeñaron su vida. Por eso, reivindican que la presidenta de la república, Dilma Rousseff, firme el decreto de desapropiación del área por interés social, siendo esta la única medida que resolvería el problema de forma definitiva.
La situación en el lugar es extremadamente tensa. Es urgente difundir lo que está sucediendo en el asentamiento Milton Santos, y apoyar la lucha de esas familias que están en un alto riesgo de ser expulsados a partir del 24 de enero. Apelamos para que quienes apoyan su causa, periodistas y observadores de los derechos humanos, vuelvan su atención para el caso y no dejen que otra barbarie se repita.
A continuación un reportaje publicado en la página Passa Palabra y traducido para Desinformémonos, el que se explica más sobre los desafíos de la actual reforma agraria y la situación de Milton Santos
Desde la comunidad Milton Santos: es la hora de lo imposible
Nosotros tenemos una tarea: hacer lo imposible. Pero para que este imposible pueda ser alcanzado, es necesario arremangarse los brazos ahora mismo, para después no lamentar la leche derramada.
Passa Palavra
Traducción: César O.
Brasil. En el barracón más grande del Asentamiento Milton Santos se reunieron asentados, organizaciones y solidarios para participar en la conferencia Actualidad y desafíos de la reforma agraria, en la que participaron el profesor Plínio de Arruda Sampaio Jr, y la profesora Maria Orlanda Pinassi. Informados de que la notificación del Incra1 ya había ocurrido, la conferencia, que ya había sido convocada desde la semana pasada, agregó un nuevo carácter y transcurrió como un espacio de intercambio de ideas y de refuerzo de solidaridad con el asentamiento.
Después de la rápida explicación del abogado del movimiento, poniendo a los presentes a la par del nuevo escenario, Plínio de Arruda Sampaio Jr. abrió la conversación hablando de la importancia del Milton Santos. En primer lugar, dijo, la defensa de los asentados poseería un significado en sí, por cuenta del esfuerzo de casi una década de estos trabajadores. Pero, en un contexto más general, la situación delicada del asentamiento implicaría aún un desafío para todos los trabajadores y demás sectores de la izquierda que luchan por una vida digna, en la medida en que la cuestión encarna el derecho del trabajador brasileño a tener acceso a la tierra.
Más adelante, el profesor comentó que este sería un momento decisivo para medir cuánto la era petista cedió en relación a sus propuestas originales. Lo que está en juego aquí es saber si el gobierno Lula [Dilma] va repetir lo de Pinheirinho2 o si, de hecho, existe alguna diferencia entre este gobierno y el gobierno Alckmin [del estado de São Paulo], que ya dio el recado y avisó la forma en que funciona cuando los pobres luchan por dignidad.
Respecto a la particularidad de la lucha por la reforma agraria, destacó el tremendo retroceso que significaría el desmantelamiento del Milton Santos. No sólo no se hace más reforma agraria, sino que es como si se negara lo poquito que ya había sido hecho. Es la desreforma agraria, ironizó.
En sus comentarios, la profesora Maria Orlanda Pinassi manifestó preocupación al identificar una tendencia parecida desarrollándose en un contexto más amplio. Un ataque exitoso al Milton Santos, alertó ella, señalaría que asentamientos que estén en la mira del capital serán alcanzados. Por lo tanto, concluyó, la trinchera del Milton Santos es la trinchera de varios asentamientos y varios movimientos sociales.
El decreto de desapropiación por interés social
Reflexionando a partir de elementos que fueron surgiendo en el debate, es posible delinear mejor lo que está en juego con el decreto de desapropiación por interés social3, medida reivindicada por los asentados de Americana como única salida posible para resolver el impasse creado.
De acuerdo con la intervención de algún solidario en el debate, la particularidad del caso Milton Santos residiría en el hecho de que su resolución, cualquiera que sea, abrirá precedentes importantes en lo que respecta a los caminos de la lucha por tierra y vivienda tanto en el campo como en la ciudad.
En un primer escenario, consideremos que Dilma Rousseff se niegue a firmar el decreto de desapropiación por interés social y permita que las 68 familias sean desalojadas. De inmediato, probablemente tendríamos otras 68 familias apiñándose en las periferias de las grandes ciudades. Pero no sólo eso, si tomamos en cuenta otras informaciones.
Como ya había adelantado la profesora Pinassi, preocupa la noticia vehiculada por el periódico O Estado de São Paulo de que el gobierno federal pretende reorientar las funciones del Incra frente a la reforma agraria. Señala la editorial del periódico: La modernización administrativa del Incra, aliada a una alteración paulatina del perfil de la reforma agraria en el país, viene en muy buena hora, pues indica la opción por la integración de los pequeños agricultores al agronegocio, algo que será benéfico para todos menos, claro, para aquellos que lucran políticamente con la proliferación de los sin-tierra.
El punto central de la propuesta del nuevo Incra consiste en descentralizar las funciones de ese órgano, transfiriéndolas a otras carteras gubernamentales y desvinculándolo definitivamente de los procesos de lucha, o sea, de la influencia de los movimientos sociales. El Incra va a continuar manteniendo una política de reforma agraria, pero controlada por el Estado; una reforma agraria para asentar a pequeños productores sirviendo al agronegocio. ¿Es eso lo que queremos? cuestionó Pinassi.
Más inquietante se revela la información cuando la asociamos a otros pasos institucionales que están siendo dados en las altas esferas de poder. Conviene notar que tales articulaciones no se llevan a cabo sin el apoyo del Poder Judicial, que desde 2004, por lo menos, viene actuando en forma muy cercana al Incra, con la intención de afinar sus acciones en lo que toca a la gestión de los conflictos agrarios. La noticia aqui referida4 revela que particularmente el Desembargador Federal Luiz Stefanini, el mismo que expidió la medida precautoria (liminar) de reintegración de propiedad al Milton Santos y también firmó la medida precautoria contraria a la reserva de los indios Guarani-Kaiowá, hace tiempos trabaja en conjunto con sectores del poder ejecutivo.
Teniendo eso en cuenta, es posible vislumbrar el contenido del proyecto que el Poder Judicial, Incra y gobierno federal tienen, no sólo para las 68 familias del asentamiento de Americana, sino para todos los asentamientos situados en áreas próximas a los grandes centros urbanos; cuadro en que, a pesar de su pequeño porte, el asentamiento Milton Santos figuraría como importante marco divisor.
Por otro lado, considerado el altísimo grado de modernización y ocupación de la cuestión agraria en el país, especialmente en estados como São Paulo, la firma del decreto de desapropiación podría señalar un nuevo camino para las luchas sociales. Sabemos que diversos movimientos sociales, tanto del campo como de la ciudad, se constituyeron en los últimos años basados en la bandera de la desapropiación por improductividad o por no cumplimiento de la función social de la propiedad, pero hoy se ven limitados frente a su propia bandera.
El desafío, por lo tanto, es enorme, ya que este instrumento jurídico ha sido, eso sí, utilizado en favor de las grandes inversiones empresariales. Es a éste al que el gobierno recurre para llevar adelante proyectos de desapropiación y desalojo de las poblaciones más pobres para la ejecución de grandes obras, como por ejemplo las obras para la Copa del Mundo o la construcción de anillos carreteros.
Por ello, la firma de este decreto por la presidenta da república representaría una inversión inédita de este artefacto jurídico, inspiraría la resolución de varios otros conflictos en torno de la cuestión agraria dispersos por el país y, sobre todo, ampliaría el horizonte de actuación legal de los movimientos sociales.
¿De qué lado se está?
Vistas las cosas de esta manera, las preguntas colocadas en el evento de defensa del Milton Santos, se podría agregar que no son tan sólo el gobierno federal o la presidenta Dilma los que están puestos a prueba en este delicado momento. La encrucijada en que está este asentamiento apunta hacia dos salidas, una a la izquierda y otra a la derecha, frente a las cuales todas las organizaciones, movimientos, colectivos y militantes están convocados a posicionarse.
Siendo exacto el contaje regresivo a partir de la notificación del Incra, día 09, los que opten por estar del lado izquierdo de la trinchera tendrán muy pocos días para ayudar a intensificar la campaña en defensa del asentamiento. Como bien dijo uno de los asentados en la conferencia: Nosotros tenemos una tarea: hacer lo imposible. Pero para que este imposible pueda ser alcanzado, es necesario arremangarse los brazos ya mismo, para después no lamentar la leche derramada.
Para más informaciones sobre el asentamiento Milton Santos: assentamentomiltonsantos@gmail.com www.assentamentomiltonsantos.com.br http://www.facebook.com/AssentamentoMiltonSantos
Publicado el 21 de enero de 2013