Diciembre nos late fuerte

Emergentes

Foto: Cologens

Cuando el sol se presentaba perpendicular a la cúpula del Congreso de la Nación, el perímetro ya estaba vallado desproporcionalmente. Tras el metal negro se alineaban, a medida que avanzaban las horas, filas de gendarmes cuya perspectiva no dejaba ver al último. Eran interminables. La agenda del día estaba constituida de una manifestación popular y de un recinto en búsqueda de quorum para aprobar un ajuste con disfraz de gala de reforma. La perspectiva interminable de gendarmes encastraba con el plan del día: tenían por delante 9 horas de represión.

Crónica: Emergentes
Fotos: Sub Coop, Sebastián Miquel, M.A.f.I.A., RNMA, Majo Malavarezk, Emergentes, Pablo Molinari, Nico Cardelio, Cologens y Venticuatro/Tres

Fotos: Sub Coop

Las diferentes organizaciones populares avanzaron hacia la plaza de los dos congresos, empuñando el derecho a la protesta social para poner sus propias vallas frente a una intención por parte de la alianza cambiemos de apurar una ley de ajuste, como si estuviesen haciendo las compras de fin de año el último día. Apretando los nudos de las provincias para que lxs diputadxs que fueron electos en la práctica democrática tomen asiento y observen en primer plano como las leyes se deciden adentro y los palos se pegan afuera.

Rondaban las 3 de la tarde y en un bar a metros del congreso la televisión mostraba el juego de la silla en el recinto mientras los vidrios del local se empañaban con los gases. Una mujer desde atrás y pegada a la televisión daba la orden calma: “cierren la puerta, que no entre el gas”. Con un pañuelo rosa de flores y el limón en la mano quería escuchar lo que pasaba en la cámara de diputados. Pero el volumen del televisor estaba al máximo y el sonido de las balas era mas fuerte. Apareció el video graph “se levantó la sesión en Diputados”, se inició una tímida celebración pero las balas nos cesaron.

Fotos: Sebastián Miquel

Algunas personas atinaron a salir del bar a festejar, sin embargo, la nube de gas que envolvía a manifestantes se perpetuaba frente al Congreso. “Esperemos, si ya está”. Esbozó uno de los mozos que había dado vuelta el dispenser de agua para que quienes estaban allí pudiera llenar sus botellas. Se advirtió que el gas estaba entrando al local, la mayoría bajó a un deposito con ventiladores a respirar. Se pasaron de mano en mano limones, leche y pañuelos. Arriba, atravesando el asfalto la zona estaba sitiada.

Foto: Fotos: CC BY-NC-ND 3.0 — M.A.f.I.A.

El perímetro del Congreso mostraba una coreografía en loop, la gente acercándose a la plaza, la policía reprimiendo con todos los recursos excesivamente disponibles: camiones hidrantes y pintura amarilla para marcar a lxs jubiladxs que apuraban el paso por Rivadavia alejándose de las vallas.

Fotos: Red Nacional de Medios Alternativos

Sobre la calle Montevideo a metros de Rivadavia, Raquel, una jubilada de 65 años habla por teléfono con su hija que le pide que vuelva a la casa. Ella le responde mientras camina apurada alejándose de los gases: “Tengo que estar acá, si no estoy acá, no tengo sangre en las venas. Me pasé 40 años de mi vida trabajando”. Continuaba con la oreja pegada al teléfono que no era un smarthphone, era uno de esos que solo sirve para hablar y mandar mensajes.

Foto: Majo Malavarezk
Foto: Emergentes

Sobre las cuatro de la tarde, los ojos irritados se mezclaban con los tonos disfónicos de los cantos en la retirada de la plaza. Regresando a los puntos de encuentro, las motos de la policía federal desplegaron la cacería, despejando a su paso los cordones y las veredas, dando coletazos a lo que ya había inaugurado la gendarmería en las puertas del Congreso. Porque a las 4 de la tarde todavía quedaba mucho recurso represivo por utilizar. Una vecina del barrio abrió el portal del edificio para dejar entrar a una madre con un niño de 8 años que se refregaba los ojos mientras le decía a su mamá que estaba bien.

Foto: Pablo Molinari
Foto: Nico Cardelio

La caída de la tarde se compuso de horas en la que los palos, gases y detenciones solidificaron el plan de este gobierno con respecto a las fuerzas de seguridad y al modo en que eligen gobernar: un DNU pululando por los escritorios, un jefe de gabinete asegurando que la paz social está absolutamente garantizada –con el telón de fondo de un trabajador de prensa con el torso hecho un colador– y personas detenidas en comisarías y en sedes de gendarmería.

Foto: Cologens
Fotos: Venticuatro/Tres

Diciembre nos late fuerte, el pulso de una época cuyas heridas parecieran abrirse. Sin embargo, hay algo que suele no tenerse en cuenta por parte de estos gobiernos que buscan sangre y disciplinamiento vestido del gran camino de rosas del diálogo; es el poder callejero y colectivo que se impregna en la cotidianidad del pueblo cuando pone sus propios límites, que no son vallas negras ni de metal.

Foto: Emergentes

Publicado originalmente en Emergentes

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de internacional  

Dejar una Respuesta