Diario de una madre mutilada

Daniel Francisco / Damián Mendoza

Esther sin H sabe que las palabras la salvarán del dolor, de la ausencia, de la muerte. En su diario recuerda. Anota los detalles del asesinato de su hija Irene:

“Llegó sin vida. Intentamos reanimarla, pero fue imposible. Los de la ambulancia dijeron que vivía. Debe haber fallecido al entrar. Tiene 26 orificios en el cuerpo. Hubiera sido imposible…Lo lamento. Un doctor me mira con tristeza, casi diría con miedo. Corre una cortina blanca. Me acerco a la camilla. El cuerpo está cubierto por una sábana. Pálida, como sólo es pálida la muerte. El pelo recogido y un tubo en la boca. Aún así, nunca ha sido más hermosa la muerte. Es mi hija”.

En el documental Esther sin H de Alejandra Islas miramos la tristeza, la desolación, las lágrimas, pero también la lucha, la protesta contra las injusticias, la denuncia contra la impunidad. Son madres que no se cansan de gritar, de marchar, de alzar la voz. Ninguna valla las detiene. Vemos a unas madres en un mitin, sobre una tarima, de pie, con miradas feroces. Una de ellas exclama: “Me piden que haga una oración…pero se me han olvidado”.

En tu documental está la ausencia, pero conforme describes la muerte de Irene aparece también su vida, su brillo, le comento a Alejandra Islas. Me contesta: “Recordar, hacer memoria, no para re victimizarse, sino para rendirle un tributo, para mantener viva a su hija, para que esté en la memoria de todos y eso también me pareció un acto de amor. El amor infinito que puede tener una madre hacia sus hijos. Es también una historia de amor y de memoria. Eso más el arte, más el amor hacia sus otras hijas han sido la base de su resiliencia, su manera de enfrentar la ausencia de su hija”.

La historia de cómo se realizó el documental inicia con el libro de Esther Hernández Palacios, México 2010, Diario de una madre mutilada. “El libro me conmocionó, me indignó, me entristeció”, señala la cineasta y agrega: “Cuando lo terminé decidí que podía hacer un documental. Se lo comenté y ella aceptó. Ella me lo entregó hace cinco años, no lo leí de inmediato, pasó tiempo y cuando lo leí me conmovió. Yo llegué a filmarla en el 2017, ya habían pasado 7 años. Las cosas no han parado: los crímenes, el secuestro, la desaparición forzada, los feminicidios. No hubo ninguna dificultad en el acercamiento a ella. Al contrario, fluyó muy bien nuestro contacto, se formó incluso una amistad”.

El documental es una contribución a la memoria, “que no se olvide, que recordemos que todo esto forma parte del rompimiento del tejido social. No hay una palabra que defina a un padre o a una madre que pierde a sus hijos. Cuando leí el libro y vi que la literatura, que la escritura habían sido para ella un instrumento de sobrevivencia, una forma de sobrellevar el dolor de otra manera, de seguir viva me pareció que ahí está el poder del arte, utilizar el arte para paliar, para menguar un poco las penas, el dolor, el sufrimiento, se apacigua de alguna manera y se transforma en otra cosa”.

Cuenta que se “lanzó” a hacer un documental sin tener recursos, pensó que en el camino iba a encontrar más apoyos. Una parte del proyecto lo hizo con el Sistema Nacional de Creadores de Arte, pero obviamente esto requería de más recursos para poder llevar un equipo, un fotógrafo, un sonidista, un productor. Se le dificultó un poco llevar a cabo las multitareas. Tuvo apoyo en Xalapa de una persona que hace cortometrajes y de una persona que hace dron.

Cree que estas dificultades pueden también ser ventajas porque el hecho de que iba prácticamente sola con la cámara le permitió tener una confianza mucho mayor, un movimiento mucho más discreto. “Sacaba la cámara y se volvía parte de mi en ese espacio y ellos me dejaban fluir con mi cámara”.

Esther tuvo una actitud abierta, generosa, colaborativa. Eso le ayudó mucho en la realización del documental. “Estos temas son muy dolorosos y difíciles de digerir por todo lo que generan. Esta cauda de emociones que son como de impotencia, de no poder arreglar las cosas, de no poder ver resultados. Es duro, pero es parte de nuestra realidad, es parte de nuestra gama de tristezas y de dolor y de calamidades que padece nuestro país desde hace años”.

TV UNAM estrena en exclusiva el documental Esther sin h (México, 2021) el lunes 8 de marzo a las 22:00 horas, como parte de la programación especial para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Esther sin h es una coproducción de TV UNAM, Ave de Paso Films y la Universidad Veracruzana, con el auspicio del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA).

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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