La paz en Venezuela es una muralla que escalan y desescalan los mercenarios del imperio estadounidense y sus subsidiarios europeos. La escalan para realizar sus tropelías y desescalan esa muralla de paz tras llevarlas a cabo. Esa es la verdad, mirémos a la madre de ésta, la historia. Después de sus crímenes, de sus intentos de golpes de Estado, de sus robos al pueblo venezolano, siempre encuentran protección en Colombia, en EEUU, en España y en algún otro gobierno financiador de la desestabilización, el objetivo es hundir países en la pobreza y que sea más fácil robarles o volver a colonizarles.
Si la persecución de semejantes personajes lejos de Venezuela es una lucha a largo plazo, por la protección que prestan a los asesinos cualquiera de éstos sus amos, dentro de Venezuela da resultados como vemos últimamente con los corruptos y ladrones.
La Revolución es una lucha diaria.
Las victorias diarias de la Revolución alimentan la conciencia social, y la conciencia social nos hace fuertes, lo que no quiere el gran capital, la ética social nos hace fuertes, la justicia social nos hace fuertes. Con ellas damos la batalla a diario. La victoria diaria de la Revolución pone negro sobre blanco la verdad, madre de la historia, émula del tiempo que es depósito de la acción, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso del presente, y advertencia de lo porvenir, la victoria diaria de la Revolución abre el horizonte de esperanzas del pueblo trabajador.
Debido a que en Venezuela la cultura de lo común esta arraigando, se está creando la conciencia propia, de clase trabajadora, la guerra económica se ve como obra de la reacción, de la misma manera se ve la violencia sufrida, el bloqueo financiero y político del imperio. Con la nueva conciencia se ve que todas estas son formas todas de intervención injerencista, en la que cuentan con un papel preponderante los mercenarios que escalan y desescalan la muralla de paz para realizar su papel de acosadores. Los hemos visto y oido llamar a gritos al golpe de Estado, a la intervención extranjera, al robo de alimentos, a la violencia en la calle y más violencia y más violencia, sembrando Caracas y otras ciudades de incendios y muertos. Y los inductores de los crímenes han perdido, ha perdido el imperio, han perdido los subsidiarios de éste: la unidad popular ha defendido la paz día a día con la nueva organización.
Pero, dejémos aquí un ejemplo de escalador y desescalador de la muralla de paz, un ejemplo de acosador mercenario, que escapa para esconderse y es acogido y protegido por empleados del imperio.
Antonio Ledezma:
En Febrero de 2015 es detenido por ser uno de los que dirigió el fallido golpe de Estado conocido como “La salida”, en el que él y sus mercenarios causaron la muerte de 43 personas.¿Pueden imaginar lo que tanto crimen habría supuesto en el imperio o en uno de los Estados subsidiarios del imperio?.
En Agosto de 2017 Antonio Ledezma hizo público un vídeo en el que llamaba a la rebelión civil y al levantamiento militar y a la violencia en las calles, y se le llevó a la cárcel para luego quedar en arresto domiciliario.¿Habría corrido la misma suerte en el imperio o en cualquier sucedáneo de éste?. Piénsenlo.
El 17 de Noviembre de 2017 el tal Antonio Ledezma viola la detención domiciliaria y huye de Venezuela, desescala la muralla de paz.
Antonio Ledezma, compañero de aventuras de aquella Lilian Tintori que se llevaba en varios cajones un montón de millones de dólares en medio de la situación económica de pura resistencia, y cuando la descubren no se le ocurrió más que decir que era para su “abuelita”. En fin, el que hace llamamientos golpistas y huye de la justicia para ocultarse, véase el recorrido que hace: primero llega a Colombia y es recibido por miembros del gobierno. Al día siguiente, 18 de Noviembre, vuela a Madrid a ocultarse bajo las faldas de Rajoy, injerencista seguidor del ultraderechista Trump. Para dar cobertura publicitaria al desescalador golpista le reciben en el aeropuerto de Madrid Andrés Pastrana, expresidente de Colombia, que fue acusado por el que le sucedió en el cargo, Gaviria, de recibir dinero del Cártel de Cali para su campaña electoral, y se apoyaba para hacer esa acusación en el caso que se conoció como el de los “narcocassettes”, grabaciones donde los narcos le mencionaban como receptor de su dinero.
También el exministro Horacio Serpa declaró en 2013 que el gobierno de Pastrana “protagonizó la caída más estruendosa de la economía en el año 99.” Éste Pastrana es uno de los que reciben en Madrid al golpista Ledezma.
Pero junto a Ledezma se encuentra en la recepción la Vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, que forma parte del grupo liberal de la eurocámara y proviene de aquel partido ultra que se conoció como UpyD.
Los rodean un gran número de periodistas, de esos de los que sabemos que no dicen la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo… sino que defienden lo que los dueños de las empresas periodísticas, porque son empresas capitalistas, quieren que se defienda, y en este caso se trata de su Venezuela de antes de la Revolución y del golpista Antonio Ledezma, escapado de la justicia.
¿Y qué creen que van a hacer con él?. Horas después de su aterrizaje en Madrid es recibido, ya ven que urgente es la cosa, por el mismísimo Rajoy, y sin esperar le dan la nacionalidad. Qué manera más impúdica y arrogante de mostrarse. Con la nacionalidad inmediata le protegen contra la petición de extradición. Una segunda cosa, unida a esa primera, Rajoy manifiesta la intención de hacer de España una base operativa en el continente europeo para la contra venezolana.
No queda ahí todo, de inmediato Cospedal, presidenta de la Comunidad de Madrid, con los organismos estadounidenses dedicados a financiar insurrecciones, golpes de Estado, terrorismo y demás (según declara el mismo Kerry y la señora Clinton entre otros), destinan inmediatamente fondos para que éste ultraderechista y sus seguidores se empleen de fuera adentro de Venezuela en la agitación contrarrevolucionaria. ¿Qué se diría, qué harían los imperialistas si cualquiera financiase y lo hiciese público, a cualquier ultraderechista para que en éstos países se realizasen algaradas y se intentasen golpes de Estado?. En el caso del ejército de información del imperio… no encontramos una palabra que lo critique.
Para poner en marcha la maquinaria, Antonio Ledezma se traslada a EEUU en busca de contactos “internacionales” de su misma ralea antisocial, y con el que se encuentra en primer lugar es, ¡qué casualidad!, ya como “español”, con Luis Almagro, secretario de la OEA, escalador de la muralla de la paz venezolana y perdedor de todas las batallas contra la Revolución bolivariana.
Llama la atención que con su nuevo pasaporte del país al que ha huido como un conejo, va a otro país de “conejos”, EEUU, donde se ocultan la mayor parte de los ultraderechistas latinoamericanos escapados de la justicia. Ya es típico que si un antisocial, un terrorista, se tiene que ocultar, siempre, siempre, siempre, lo haga al amparo del gobierno imperial estadounidense… o del español.
Ahora una nota sobre el tiempo, hoy, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por venir:
¿Qué pensará Antonio Ledezma cuando ve que sus compañeros de desventuras partidistas, que habían hecho un llamamiento al boicot de las elecciones municipales recientemente celebradas en Venezuela, sus mismos compañeros se le desmarcan y se presentan por otras opciones políticas?
¿Qué pensará cuando de los 24 partidos de la oposición, sólo tres no se presentan, y el resto de ellos lo hace con 1.500 candidatos?
¿Qué pensará Antonio Ledezma cuando ve que en Venezuela, y eso que él llama al boicot, para elegir a los regidores municipales vota más gente que en EEUU para elegir presidente?
¿Qué pensará Antonio Ledezma cuando ve que el resultado electoral hace que el 93% del pueblo tenga alcaldes que están con la Revolución bolivariana?
¿Cuánto odio destila Antonio Ledezma cuando el pueblo venezolano quiere la paz, y la defiende como una muralla, cuando quiere la estabilidad, los cambios que hagan justicia social, … y él y sus protectores quieren el golpe de Estado, la invasión extranjera, la guerra económica, …? ¿Cuánto odio destila Antonio Ledezma?.
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