Esta semana, el mundo se ha visto conmocionado por la noticia de que trabajadores del sector de la ayuda humanitaria de la ONG Oxfam abusaron sexualmente de mujeres y niñas en Haití, Chad y Sudán del Sur. Aunque la noticia escandalizó a muchos fuera de la comunidad de la cooperación al desarrollo, para los trabajadores del sector no fue tan sorprendente.
A lo largo de los años han salido a la luz varias noticias espantosas que abarcan desde casos de maltrato infantil en los que se demostró la implicación de miembros de las fuerzas de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz en países como Haití, Sudán y la República Centroafricana hasta la presencia de tropas extranjeras y trabajadores de la ayuda humanitaria en la promoción del tráfico de mujeres y niñas en Kosovo.
Sin embargo, las últimas noticias han tenido un impacto significativo a raíz de la campaña #YoTambién y al torrente de denuncias de acoso sexual a mujeres en una amplia variedad de lugares e industrias.
En los últimos meses, Equal Times ha publicado una serie de artículos relacionados con el tema de la violencia de género en el mundo del trabajo con el objetivo de sensibilizar y apoyar un Convenio de la OIT para abordar este acuciante problema.
En este último artículo analizamos la violencia de género contra las trabajadoras en los sectores de la ayuda humanitaria y la cooperación al desarrollo, donde este problema parece generalizado. Hace poco, los medios de comunicación sacaron a la luz preocupantes datos sobre los tipos de abusos que se cometen en las Naciones Unidas y otras organizaciones muy conocidas.
Lo que se desprende de dichos informes es un patrón que se repite: las empleadas se encuentran solas en zonas aisladas bajo la supervisión de un jefe que utiliza su poder e influencia para acosar y maltratar a sus trabajadoras.
Aunque los hombres a veces son víctimas de este tipo de violencia, la amplia mayoría de las víctimas o supervivientes siguen siendo mujeres y la amplia mayoría de los acosadores son hombres.
Para abordar este tema hay que enfrentarse primero a la desigualdad de género, la cultura machista y la sensación de impunidad que impregna al sector de la ayuda humanitaria y que permite a los hombres intimidar a las mujeres locales y extranjeras. Sin embargo, esto no solo afecta a las empleadas durante las misiones; también sucede en las sedes de estas organizaciones internacionales en Nueva York, Ginebra o Bruselas.
Hablar de este tema sigue siendo sumamente difícil y delicado. Equal Times no ha podido encontrar a supervivientes dispuestas a hablar frente a la cámara. Por tanto, hemos entrevistado a una trabajadora del sector que no ha sido víctima de la violencia de género pero que nos contó su experiencia sobre lo que supone trabajar en este ámbito. Asimismo, entrevistamos a una especialista en diversidad de género para poder producir el siguiente corto documental.