Este jueves se realizó en Grecia la tercera huelga general contra la reforma a las pensiones exigida por los acreedores internacionales y acordada por el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, quien llegó al poder hace un año.
Durante la manifestación, la policía dispersó a los participantes con gases lacrimógenos y granadas de humo.
La huelga concierne a todos los sectores y profesiones, desde abogados hasta agricultores, quienes han bloqueado las carreteras en los últimos días.
El movimiento se posiciona contra una reforma que, entre otras cosas, reducirá el máximo de las pensiones de 2 mil 700 euros a 2 mil 300, y creará una jubilación de base garantizada de 384 euros mensuales.
Además, el gobierno pretende fusionar los diferentes fondos de pensiones y aumentar las cotizaciones patronales y de los empleados.
Con el plan gubernamental se esperan ahorrar mil 800 millones de euros por año, es decir un 1% del PIB, para satisfacer a los acreedores como el Fondo Monetario Internacional y reducir la deuda pública.
Como consecuencia de la huelga, números vuelos, trenes y ferries fueron suspendidos, y los hospitales se limitaron únicamente a atender urgencias.
El proyecto de ley debe votarse este mes en el parlamento, en el que la coalición del primer ministro dispone de una corta mayoría de 153 diputados sobre un total de 300.
Con información de agencias