Colombia. ¿Dónde está el verdadero poder? El poder del Estado colombiano, en verdad en este caminar lo veo muy débil. He visto, sentido y escuchado que desde que existen recursos, todo tiene un precio y con esto digo que la politiquería vive en todo lado.
En todo proceso la verdad se da a conocer muy poco, con esto quiero decir que no todos hacemos parte del sancocho, que existen personas que se han ganado el respeto de los demás gracias a su trabajo y su ética, es decir, que hablan y actúan con la verdad. Pero, también hay que decirlo, los han tratado de callar y no lo han logrado porque el verdadero proceso se da, se siente, se demuestra, se habla con la práctica y no con la teoría sin ningún interés individual, si no en búsqueda de algo que se ha perdido mucho tiempo atrás, y que, sin embargo, se camina con grandes esperanzas.
Según la Constitución Política de 1991, artículo 1, Colombia es un estado social de derecho, en forma de república ordinaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. Pero lo que dice en la escritura, no se aplica para nada. Muchas de las personas que quedaron dentro del Congreso no han caminado con la verdadera esencia de la verdad, muchos somos las personas que queremos que nuestros representantes sean verdaderos líderes que digan lo que en realidad buscamos y queremos los y las ciudadanas.
Por eso, ahora que hemos abierto los ojos y sabemos para dónde vamos, estamos en este pensamiento de lucha, de concientizar a nuestra gente sobre el precio que se paga al votar, al elegir. Así pues, es necesario, también, hacerles ver que vale la pena caminar contando la verdad, sin mentir, dar a conocer las necesidades que viven nuestras comunidades indígenas, afros, campesinos, gitanos, sectores marginados que, históricamente, han sido apartados, pero que igual, de una u otra forma, nos reencontramos en algún espacio para seguir en la lucha. Sólo así podremos todos reconstruir nuestra verdad en la unidad de cada uno de nuestros pueblos, comunidades, sectores y territorios para un cambio necesario y urgente.
Es necesario concientizarnos sobre la lucha organizada, pues no podemos esperar que el Estado actúe como un Estado social de derecho, hay que tomar la determinación y actuar de forma organizada, en pie de lucha.
17 de marzo 2014