Buscando impulsar estrategias para promover el desarrollo sustentable de algunas regiones del país, el gobierno colombiano creó en 2004 políticas para estimular la participación de la iniciativa privada en el ecoturismo. Diez años después es posible ver, no los beneficios sino los perjuicios causados por la iniciativa. La Red Territorios Visibles denuncia la pérdida de derechos territoriales de algunas poblaciones y pide que el gobierno adopte medidas para compensar los problemas generados.
Al lanzar las directrices para promover la participación privada en la prestación de servicios ecoturísticos en el Sistema de Parques Nacionales Naturales, el gobierno creía que conseguiría optimizar recursos para actividades de conservación, fomentar el turismo, contribuir con la sustentabilidad financiera para el manejo y conservación de ecosistemas frágiles y promover el desarrollo sustentable en las regiones, con énfasis en las comunidades y organizaciones de base.
Sin embargo, haciendo un balance después de diez años de implementación de la iniciativa, los beneficios no sobresalen. La Red Territorios Visibles Red Latinoamericana de Observatorios de la Tierra y del Territorio cuestiona las intenciones reales del gobierno en esa época, ya que la iniciativa fue formalizada durante el período de mayor agravamiento del conflicto armado interno, de robo de tierras y desplazamientos forzados de habitantes de las áreas rurales.
El resultado fue que el paquete de beneficios tributarios ofrecido a la iniciativa privada sumado al auge del turismo en el país creó el escenario ideal para el desarrollo de un modelo que aún hoy amenaza peligrosamente las formas de vida locales y los ecosistemas de muchos de los lugares más importantes de Colombia.
La Red Territorios Visibles denuncia que uno de los casos más críticos es el del Tayrona National Park, ubicado en Magdalena, Caribe colombiano. A pesar de ser uno de los parques más visitados, las empresas privadas que invirtieron en proyectos turísticos sabían poco o nada sobre el contexto local y los conflictos por la posesión de la tierra.
En Islas de Rosarios, donde está ubicado el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo, el problema principal es que el parque afecta directamente espacios habitados ancestralmente por comunidades afrodescendientes que hoy se encuentran limitadas, viviendo dentro de un parque natural. Su movilidad, actividades de subsistencia y el ejercicio de la territorialidad como un todo fueron perjudicados. Cualquier intervención y uso de los recursos naturales corre el riesgo de ser comprendida como un «ataque a la naturaleza y ser pasible de castigo.
«Ésta es la otra cara de la realidad que muchos turistas desconocen, pues los lugares que visitan con tanta admiración son espacios históricamente habitados, donde emergieron procesos organizativos llenos de disputas territoriales con una serie de restricciones y limitaciones, que fueron el terreno fértil de importantes procesos de resistencia. Por eso, vender paisajes como lugares vacíos cuando en realidad son la vivienda de cientos de familias organizadas, no sólo invisibiliza y borra la presencia y la contribución de los nativos a esos paisajes, sino que también es un atentado en contra de la autonomía territorial que defendieron por tantas décadas, denuncia la Red.
Ante esto, la Red Territorios Visibles reclama al gobierno colombiano que adopte medidas para compensar los impactos causados por el ecoturismo y que busque un equilibrio entre los derechos y las autonomías territoriales locales y el sector turístico, prestando atención especial a la realización de consultas previas a la población afectada.