México. DF. Ser joven y hacer cine en México, como en muchas otras profesiones, requiere de pasión por lo que se hace, aprender a resolver las circunstancias que se nos presentan con los pocos elementos y recursos que se tienen, pero sobre todo, enfrentarse a los prejuicios mediante los cuales se cree que aún no se tiene la edad para decir muchas cosas o la capacidad para dar resultados. Para Edgar Romero Navarro, director del cortometraje Bajo el último techo -una producción del IMCINE y Patricia Maldonado- el cine es algo muy amplio, lo mismo es arte que espectáculo, por lo tanto, yo creo que el cine debe tener todos los escaparates, uno de ellos es que el cine debe ser liberación, en época de crisis más, de repente imaginarte cosas fuera de tu realidad ayuda; dentro de estos múltiples escaparates que tiene el cine, debe buscar transformar.
Bajo el último techo es un cortometraje de manufactura mexicana que narra la historia de Beto, un niño de nueve años bastante tímido que vive con sus abuelos, quienes lo sobre protegen. Un día, al edificio llega un nuevo inquilino, Stephany, un transexual. El cortometraje trata de la amistad que crece entre Beto y Estefany sin ningún tipo de prejuicio. El guion tardó alrededor de dos años en ser finalizado y fue realizado por Eyerí Cruz en colaboración de Paul Andre Serrano y Edgar Romero; está protagonizado por Mario Alejandro López, César Romero, Graciela Orozco, Xavier Xímenez
Con la intención de transformar, Edgar señala que con su más reciente trabajo busca incluir a todas las personas. En el contexto de la comunidad lésbico-gay, lo hace de una manera en la que no se busca victimizar, sino todo lo contrario, te presenta personas con personalidades fuertes, de iniciativa y que no se vencen tan fácilmente y que luchan por ser cómo son ( ) Al final, la reflexión es esa, la pluralidad y la aceptación del ser humano por el ser humano, nosotros hablamos del transexualismo pero para mí, el cortometraje aplica para cualquier otra minoría étnica, racial, de todo tipo.
De acuerdo con la organización Agenda LGBT en su Informe de la situación de homofobia en México(1), presentado en junio pasado Los crímenes de odio y otras expresiones de violencia en contra de los grupos de diversidad sexual siguen creciendo de forma preocupante en el país sin que las autoridades lleven a cabo ningún tipo de acción para detenerlas Y es que, a pesar de que han pasado ya tres años desde que la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI) logrará que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobara en diciembre del 2009, las modificaciones al Código Civil mediantes las cuales se legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo, la discriminación y violencia siguen siendo parte de las materias sin resolver a nivel nacional y estatal, incluso con preocupación ven como cada día los crímenes de odio en su contra van en aumento.
Erick Fuentes, director de dicha organización, señaló al diario La Jornada que una de los problemas más grandes en la actualidad es la inexistencia de una política de Estado hacia nuestra comunidad. Vemos con preocupación que hoy tenemos prácticas regresivas que no ocurrían desde hace 20 años. La homofobia también está saliendo del clóset con mucha fuerza(2).
En el informe Nacidos Libres e Iguales de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, identifico que en las leyes que castigan las relaciones entre personas del mismo sexo, se exponen argumentos en los cuales se les califica de delitos contra el orden natural, contra la moralidad o libertinas.
Encontrar al actor que realizará el personaje de Stephany no fue tarea fácil: hicimos varios casting y lo que más se presentaba eran personas heterosexuales queriendo actuar el cliché de lo que es ser homosexual, se sentía la actuación estereotipada pero al igual que el transexual, es una realidad muy distinta Cuando todo indicaba que iba a tener que escoger al menos peor la maquillista y el director de arte, Claudio Contreras Pache le recomendaron a Cesar Romero. Le enseñaron su perfil Facebook, vio la foto, lo contactó, y al verlo se sorprendió de su habilidad para actuar a pesar de que su profesión es la de bailarín. Al parecer no se equivocó en su elección, en noviembre pasado, Cesar ganó el premio a mejor actor del festival Pantalla de Cristal.
Cuando le pregunto a Edgar sobre los comentarios que ha recibido durante las presentaciones de Bajo el último techo, me comenta que el más interesante ha sido por parte de uno de sus familiares un espectador común y corriente, quien le hizo notar la belleza de la historia, y el cómo había logrado que reflexionará sobre la forma en que veía a la comunidad LGBTTTI con sinceridad le dijo: no son malos, eso no tiene nada qué ver. Según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) la principal forma de discriminación que enfrenta la comunidad LGBTTTI es el no acceso a restaurantes, bares y centros nocturnos; así como mensajes que llaman al odio y a la burla en las redes sociales., hasta mediados de este año, había contabilizado alrededor de 149 mil mensajes discriminatorios en redes sociales, de los cuales el 20% eran mensajes homofóbicos(3). Javier Hernández Valencia, representante en México de la Alta Comisionada, advirtió que las agresiones por identidad sexual en México sólo se visibilizan cuando las víctimas son activistas o promotores de derechos, mientras que las que ocurren en la cotidianeidad parecieran invisibles
Yo quise ser cineasta porque hubo películas que me tocaron, que me transformaron afirma Edgar cuando habla acerca de la situación del cine mexicano. A su parecer la industria nacional está atravesando por un momento interesante; desde su perspectiva, el problema no está en la existencia de blockbuster (como llaman al cine comercial) sino que el otro cine, el cine con premios en festivales o con distintas propuestas tanto visuales como de temas, no tienen la misma difusión, se está privilegiando aquel que no termina de alejarse de la televisión, como lo acontecido con la última producción del Eugenio Derbez, No se aceptan devoluciones, la cual está considerada la más taquillera de la historia del cine mexicano: al final el espectador mexicano no lo ve y no lo quiere ver; la precepción del cine mexicano por los mexicanos sigue siendo que la de un cine chafa, sin propuestas, tal vez, por ello no llama tanto la atención como aquel que realiza gente con la que se ha educado la población de nuestro país a través de Televisa.
Para este joven director, quien realizó estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba debido a que fue rechazado por dos centros de formación cinematográfica en México, una de las tareas pendientes del gremio cinematográfico es la de generar una labor de educación, con la que se pueda formar nuevos espectadores, así como una urgente necesidad de reformar las políticas culturales donde por ejemplo, no se centralice toda la producción en el Distrito Federal: Hay gente que está intentando hacer cosas distintas, las escuelas están en el distrito federal pero no llegan a los estados, uno de los caminos sería ese. Al final yo creo que hay gente que quiere contar otras historias en todo el país, y no toda la gente tiene el dinero o las capacidades de venir al DF, además, sino te apellidas Cuarón, Del Toro o Iñarritu es difícil vivir, no tiene nada de glamoroso, le tienes que entrar a todos los trabajos que se presentan como XV años, bodas, bautizos o comerciales, lo importante es que a pesar de que se esté haciendo un cine guerrillero y pobre de bajo presupuesto- este debe ser con profesionalización; que el joven, que el cineasta sepa lo que está haciendo, tanto en el rodaje como en la postproducción.
Para el 2014 Bajo el último techo estará participando en festivales de tipo B y C, así como en los relacionados con la comunidad LGBTTTI.
1. http://enehache.com/viewArticle.php?p_Id=3713&which=3
2. http://www.jornada.unam.mx/2013/06/28/sociedad/043n1soc
