Canto a Julio Antonio Mella

FRANCISCO LÓPEZ BÁRCENAS

Como cada año, el revolucionario cubano Julio Antonio Mella fue recordado en el aniversario de su muerte, ocurrida el 10 de enero de 1929, en la ciudad de México, cuando caminaba con su compañera Tina Modotti, por la céntrica calle de Abraham González.

Asesinado a tiros por órdenes del dictador cubano Gerardo Machado, Mella fue fundador del Partido Comunista y de la Federación Estudiantil Universitaria de Cuba.

La posteriormente aclamada Tina Modotti escribió sobre su compañero: “En la persona de Mella asesinaron no sólo al enemigo del dictador cubano, sino al enemigo de todas las dictaduras. Machado, una caricatura de Benito Mussolini, ha cometido un nuevo crimen, pero hay muertos que hacen temblar a sus asesinos y cuya muerte representa, para aquellos, el mismo peligro como su vida de combatientes […] esta noche, un mes después del cobarde asesinato, honramos la memoria de Mella prometiendo seguir su camino hasta lograr la victoria de todos los explotados de la tierra. De esta manera lo recordamos como él lo hubiera preferido: no llorando, sino luchando”.

El siguiente canto dedicado al joven revolucionario fue escrito por el abogado y analista Francisco López Bárcenas, conocido por sus vastas publicaciones sobre temas indígenas y agrarios, el 10 de enero de 1987, en el 58 aniversario de su muerte.

CANTO A JULIO ANTONIO MELLA

 

Quiero levantar mi voz

a la luz de las estrellas

para recordar al hombre

que fue Julio Antonio Mella.

 

Nació en novecientos tres

en la ciudad de la Habana,

su sangre, siendo mestiza,

pintaba de proletaria.

 

Mil novecientos veintiuno,

dentro de la Universidad,

organizó al estudiante

en busca de libertad.

 

Los estudiantes buscaron

reformar la institución,

para liberar al pueblo

y acabar la explotación.

 

La Liga Antiimperialista

creó dentro de su país,

una Universidad del pueblo

llamada José Martí.

 

Se convirtió en un peligro

para el dictador Machado,

y no hallando otra salida

mandó a la cárcel mandarlo.

 

Todo el pueblo protestó

por tan injusto atropello,

lo mismo en la pequeña isla

que en pueblos del mundo entero.

 

Después de dieciocho días

de huelga de hambre salió

libre , pero ante el peligro,

el exilio prefirió.

 

A México llegó un día

confundido entre turistas,

aunque él era diferente,

era internacionalista.

 

Trabajó con el Partido

Comunista Mexicano,

por su recia voz hablaron

muchos de nuestros hermanos.

 

Un triste día, diez de enero,

-el veintinueve era el año-

en el centro del país

fue vilmente asesinado.

 


Desde la gloria en que habitas

guíanos Julio Antonio Mella,

que tu ejemplo y tus ideales

sirvan a todos de estrella.

 

Publicado el 14 de enero de 2013

 

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