En Movimiento

Raúl Zibechi

Bicicletas

¿Qué ejército es ese que celebra su aniversario mostrando niñas y niños montando en bicicletas, mientras mujeres adolescentes se esfuerzan por aprender a conducirlas?

El EZLN está mostrando parte de lo conseguido en los 40 años desde su fundación y en los 30 desde el alzamiento (y no 40 como deslizó un periodista desatinado)[1].

La reciente andanada de comunicados es una maravilla, desde muchos puntos de vista. La centralidad de las niñas y la apuesta por el tiempo largo (siete generaciones), muestra tanto la coherencia de su pensamiento y su acción como la imperiosa necesidad de levantar la vista cuando el sistema de partidos políticos no hace más que mirarse el ombligo y no tienen más horizonte que las próximas elecciones.

Nos enseñan que no se levantaron ni para ser poder, monumento o para recibir reconocimientos, sino para cambiar el mundo, algo que resulta evidente cuando se comparan las imágenes de 1994 con las actuales. Niños, niñas y jóvenes bien alimentados y vestidos, con nuevos y muy variados conocimientos, modernos digamos, que eligieron continuar con sus compromisos como zapatistas.

Ellas y ellos ya viven en un mundo nuevo, diferente, no capitalista. Ese mundo construido por miles de bases de apoyo en la geografía zapatista de Chiapas, luego de que el EZLN recuperar las tierras. Ese es el mundo a defender y a profundizar para que sea el modo como vivan las niñas y niños dentro de 120 años.

Lo que más me impresiona del zapatismo, lo que me produce admiración y enamoramiento, es la capacidad para soltar y desprenderse de lo que ellos mismos han creado. Haber decidido el fin de las juntas de buen gobierno y de los municipios autónomos, una ceración histórica y ejemplar del “mandar obedeciendo”, nos muestra el profundo perfil transformador del EZLN.

Tan transformador, que son capaces de finalizar una iniciativa propia no para retroceder sino para profundizar lo que son, pensando en el tiempo largo y en las nuevas generaciones. Vamos a mirarlo de otro modo. ¿Qué fuerza política en el mundo es capaz de hacer algo similar? ¿Sería rebelde o revolucionaria una fuerza que se aferre a lo ya construido? ¿No sería esa una actitud conservadora e institucional que ya no puede seguir transformando?

Tal vez no seamos capaces de entender lo que están proponiendo hacia adelante, pero lo ya decidido debe ser respetado por su profundo carácter emancipador. Podría decir que se están emancipando de aquello que han creado para emanciparse, lo que nos muestra que no hay formatos definitivos y que no puede haberlos cuando estamos en ese círculo interminable de luchas, resistencias y creaciones.

La cuestión de las pirámides y la autocrítica que conlleva, es otra señal fuerte en la que deberíamos reflexionar para seguir aprendiendo.

La autocrítica dice muchas cosas, todas ellas van a contracorriente de la izquierda hegemónica.

Lo primero es que existe un deseo de superación, que realizan prácticas que hace mucho tiempo abandonó la izquierda que se contenta con echar todas las culpas al imperialismo, a los medios de comunicación, a la derecha y a cualquier cosa que sirva para no mirarse en el espejo de sus desviaciones.

Ser autocríticos nos hace mejores y sobre todo nos hace creíbles. Es un acto de responsabilidad que debe ser valorado y respetado, porque es una opción ética ineludible que nos lleva a creerle al EZLN, en confiar aunque no comprendamos del todo en el momento. Pero es también una clara señal de fortaleza, ética, material, espiritual. Los débiles temen la crítica.

Por último, por ahora, está la cuestión de la estructura y del funcionamiento real. Podríamos decir que el zapatismo coloca el cómo se hacen las cosas por encima del aparato. Puede haber una forma organizativa interesante, pero que en sus modos termine reproduciendo la cultura de la pirámide, como señala el comunicado del sub Moisés.

Algunos párrafos son realmente trascendentes: “Si el zapatismo fuera sólo el EZLN pues es fácil dar órdenes.  Pero el gobierno debe ser civil, no militar.  Entonces mismo el pueblo tiene que buscar su camino, su modo y su tiempo.  Dónde y cuándo qué cosa.  Lo militar debe ser sólo para defensa.  Pirámide puede servir tal vez para militar, pero no para civil.  Eso es lo que vemos”.

Muy fuerte. Pero además de los problemas del funcionamiento, aseguran que los MAREZ y las JBG, que sirvieron para aprender a gobernar en autonomía, ya no van a servir para enfrentar la tormenta.

Esta parte aún no la conocemos. Pero lo que han reflexionado y creado hasta ahora, nos hacer sentirnos cada vez más hermanados con el zapatismo.


[1] https://www.jornada.com.mx/noticia/2023/11/17/opinion/40-anos-construyendo-autonomia-7780

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