México, 14 de diciembre de 2014. Cerca de 17 heridos, entre ellos dos familiares de los normalistas desaparecidos y estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y de la Universidad Nacional Autónoma de México, es el saldo hasta el momento de la represión de la Policía Federal ocurrida a partir de las 5:30 de la madrugada, en Chilpancingo, Guerrero. «Fue una provocación grande contra un acto cultural. ¿Qué hacían los federales hospedados y merodeando en el lugar donde anunciamos,desde hace días, que se iba a hacer el concierto?», cuestiona el estudiante Omar García en entrevista con Desinformémonos.
Grupos musicales y artistas solidarios con Ayotzinapa, entre ellos Panteón Rococó, Los Cojolites y Lengualerta, programaron el concierto «Una luz en la oscuridad» para el día de hoy a partir de las 11 horas. Por la madrugada, un grupo de policías federales «drogados y borrachos», de acuerdo con testimonios de los jóvenes, agredió a la comisión de estudiantes encargada de resguardar el tramo de la avenida y el equipo con que se hará el concierto, en las inmediaciones del mercado Juan Leyva Mancilla. Mientras los normalistas, profesores y padres negociaban con el comandante el retiro de los agresores del lugar, fueron golpeados por los policías, que usaban equipo antimotines y gases lacrimógenos, relataron los estudiantes al Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
«Es muy grave que se reprima así a los padres de familia. Nosotros llevamos más de dos meses evitando al máximo este tipo de asuntos, y lo de hoy era tomar una parte de la avenida para instalar equipo para una actividad cultural, más que política», sostiene Omar García. «Todo es por la consigna del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de que no se permitirán las manifestaciones. Quieren cuidar a los empresarios, pero ¿qué daño les iban a hacer unas canciones?», cuestiona. «No llegaron al bloqueo de la autopista, pero sí a un concierto».
Las agresiones de la policía, «con toletes y a patadas contra los que estaban en el piso», fueron «fuertes», explica el estudiante, y agrega que también les quitaron zapatos, teléfonos y carteras, además de que inutilizaron algunas camionetas que utilizaban los estudiantes. García destaca que la Cruz Roja le negó la atención a los heridos, algunos de los cuales fueron trasladados a hospitales, «y en este momento hay una comisión encargada de ver el estado en el que se encuentran».
Los estudiantes y padres de los desaparecidos piden que el concierto siga en pie, aunque algunos de los grupos ya anunciaron que cancelan su presentación por la «provocación» de la policía. Más de 60 artistas e integrantes del staff decidieron permanecer en la Normal Rural Isidro Burgos. Hasta el momento de la entrevista, los normalistas y profesores se encuentran realizando un conteo para descartar que haya personas desaparecidas o detenidas, pues después de la agresión se dispersaron en los cerros de Chilpancingo para evitar ser aprehendidos.
Las manifestaciones de solidaridad con los normalistas desaparecidos a manos de la policía de Iguala, el 26 y 27 de septiembre, no se han detenido. Los familiares rechazan la versión de que los estudiantes fueron ejecutados y calcinados por un grupo de sicarios, y exigen pruebas contundentes en las investigaciones. El secretario de Gobernación anunció hace unos días que no permitirá más bloqueos en solidaridad con los desaparecidos.
Ayotzinapa, en tensión por la agresión de la Policía Federal a padres de desaparecidos y normalistas
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